Sr. Rudy Giuliani, los judíos no tenemos por qué olvidar el pasado

19/05/2023

3 min de lectura

El pueblo judío no vive en el pasado, sino que está creando el futuro.

Esta semana, Noelle Dunphy, ex empleada de Rudy Giuliani, presentó una denuncia en la Corte Suprema de Nueva York, acusando al ex alcalde de Nueva York de acoso sexual y de hacer comentarios antisemitas y racistas. Ella afirma que Giuliani dijo: "Los judíos quieren pasar todo el tiempo hablando de su maldito Pésaj… Superen Pésaj de una vez por todas. Fue como hace 3.000 años".

Esta supuesta diatriba podría aplicarse no sólo a la Pésaj sino también a muchas de las festividades y tradiciones básicas judías: “Oigan judíos, están conmemorando eventos que sucedieron hace más de tres mil años. ¡Supérenlo ya!”.

Es algo sobre lo que estuve pensando en este momento en el que los israelíes celebran la reunificación de Jerusalem que tuvo lugar hace 56 años. A través de milenios de exilio y persecución, desde las cruzadas a la inquisición española y el Holocausto, los judíos mantuvieron a Jerusalem en primer lugar en sus mentes.

Durante miles de años los judíos declararon al final de ese fastidioso Séder de Pésaj que parece molestar tanto a Giuliani: ¡El próximo año en Jerusalem!

Durante milenios, los judíos han estado obsesionados con Jerusalem. ¿Por qué mantener esta fijación con el pasado? ¿Por qué los judíos no lo superan de una vez por todas?

Cuando los judíos rezan tres veces al día, en cualquier lugar del mundo donde estén, se paran mirando en dirección a Jerusalem. En la plegaria central, la Amidá, que se recita tres veces al día, los judíos rezan pidiendo el regreso de los exiliados y el retorno a Jerusalem, donde se reconstruirá el Templo Sagrado.

Este anhelo por retornar se menciona cada vez que un judío come pan y recita la Bendición de Agradecimiento después de la Comida. En el momento de mayor alegría personal, cuando una pareja se encuentra debajo de la jupá con toda su vida por delante, se acostumbra a romper una copa y decir: "Si te olvidara, Oh Jerusalem, que mi diestra pierda su destreza" (Salmos 137:5). A pesar de la intensa felicidad, no olvidamos que Jerusalem todavía no fue completamente reconstruida; es como si el corazón de la nación estuviera bajo soporte vital.

Además de todo esto, cada año hay tres semanas, previas a Tishá BeAv, en las que el pueblo judío adopta severas costumbres de duelo y se lamenta por la destrucción del Templo Sagrado, lo que ocurrió hace miles de años.

Durante milenios, los judíos han estado obsesionados con Jerusalem. ¿Por qué mantener esta fijación en el pasado? ¿Por qué los judíos no lo superan de una vez por todas?

La respuesta es muy simple: los judíos no viven en el pasado, sino que están creando el futuro.

La historia sin fin

Todo orador o influencer sabe cuán difícil es mantener la atención completa del público durante tres minutos. ¿Cómo se logra hacerlo durante tres mil años?

Este es uno de los grandes desafíos que enfrenta el pueblo judío. Comenzando con Abraham, el primer patriarca que entró en una relación de pacto con Dios, continuando con el éxodo de Egipto y la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, donde recibimos las órdenes para convertirnos en un faro de luz y esperanza en el mundo, difundiendo sabiduría y valores desde el epicentro de Jerusalem, los judíos han estado escribiendo una historia épica que se extiende a lo largo de toda la historia.

¿Cómo podemos asegurarnos que las diversas generaciones a través de los milenios no pierdan el hilo del argumento, se mantengan firmes a su misión judía y continúen escribiendo el siguiente capítulo de esta historia en constante desarrollo?

Los judíos están rodeados de hitos y señales que les recuerdan su propósito y su dirección.

A lo largo de períodos de exilio y de inimaginables persecuciones, el pueblo judío mantuvo una memoria colectiva, apuntando al futuro mientras recordaba su destino nacional. Los judíos se rodearon de hitos y señales que les recuerdan su propósito y su dirección, y de prácticas que aseguran que la siguiente generación entienda la historia y reciba las herramientas necesarias para poder escribir el siguiente capítulo.

Pésaj es el momento dedicado a cristalizar la historia del pueblo judío y transmitirla a la siguiente generación, para que ellos tomen la batuta y continúen la siguiente porción del viaje de la nación. La visión de Jerusalem como el corazón y el alma del pueblo judío, donde pueden conectarse de forma palpable con lo Divino y recalibrarse, es algo que está integrado al sistema de GPS colectivo de los judíos. Antes de que existiera Waze, los judíos de los rincones más remotos del mundo tenían programado su destino final, su verdadero norte. Mira hacia el Este, visualiza Jerusalem, afirma tu destino final mientras tejes el siguiente capítulo de este tapiz histórico en constante desarrollo.

Algunos judíos perdieron el hilo, descartaron la “novela” de 1.000 páginas que les parecía que era demasiado pesada de leer. Pero, sorprendentemente, la nación judía en su conjunto sigue recordando, avanzando con un sentido inquebrantable de propósito, aceptando su papel como coautores de una narrativa que trasciende al tiempo, parte de un tapiz que abarca el pasado, da forma al presente y promete un futuro repleto de esperanza y significado.

Sr. Giuliani, es por eso que los judíos nos negamos a superarlo.

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