La resiliencia del pueblo judío en las épocas más oscuras
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Cómo apegarse a las resoluciones para experimentar un cambio verdadero.
Aquí hay 5 pasos para alcanzar un crecimiento real y sacar a la luz lo mejor de ti.
Comienza por fijar un objetivo realista. Ten claro lo que quieres y sé específico.
Si lo que buscas es una mejora en tu estado físico, entonces di: “Este año voy a trabajar en vivir más sano y perder 5 kilos”. Si lo que deseas es mejorar tus relaciones, entonces identifica lo que deseas trabajar para conectarte con los demás.
El punto de partida es entender exactamente a dónde apuntas.
Una vez que has fijado un objetivo, es fácil perderse sin un verdadero plan.
¿Cómo lograrás vivir más sano? ¿Lo que va a cambiar es tu dieta? ¿Eliminarás las bebidas y los bocadillos azucarados de tu cocina? Si vas a registrarte en un gimnasio, no es suficiente con inscribirte y dar la información de tu tarjeta de crédito. Observa las clases que ofrecen y decide cuáles estarán en tu calendario semanal. Haz un compromiso realista.
Si este año te gustaría conocer a esa persona especial, tienes que hacer un plan. ¿A qué clases asistirás o en qué funciones voluntarias puedes participar para poder llegar a conocer a otras personas? ¿A quién puedes reclutar para que te tenga en mente y sea tus ojos y oídos donde quiera que vaya?
La meta de crear un matrimonio más fuerte es maravillosa, pero... ¿cómo vas a hacerlo realidad? ¿Qué harás para fortalecer la unión con tu pareja? ¿Cómo bajarás la temperatura si te das cuenta que estás perdiendo el control? ¿Es posible encontrar mejores formas de reaccionar ante las frustraciones y decepciones?
Establece una meta realista. Pasos pequeños, incluso pasos de bebé, son mejores que saltos enormes que pueden ser abrumadores.
Todos necesitamos amigos y familia que puedan alentarnos. Si en tu vida hay personas que subestiman tu camino, distánciate y no compartas tus esperanzas y aspiraciones. Ellos son detractores que destruyen los sueños de otros, hacen comentarios sarcásticos y drenan nuestra confianza.
Rodéate de personas que crean en ti y que te deseen lo mejor. Una palabra o un mensaje de texto de aliento ayudan mucho.
Es fácil quitar placeres y decir “No más postre” o “Voy a salir de las redes sociales y Netflix”. Tendremos más éxito si agregamos algo positivo para llenar el vacío. ¿Qué vas a hacer ahora que has dejado de ver televisión? ¿Cómo reemplazarás el pote de helado Haagen Dazs que solía ser tu comida de consuelo cuando te sentías mal?
Si tu meta es ir al gimnasio, escoge clases que disfrutes. O considera hacer largas caminatas o salir a correr al aire libre con un compañero para que realmente ocurra.
Lo que sea que decidas, asegúrate de que involucra una persona, actividad u objeto que te puedan dar placer.
Sólo porque pasó una semana y no alcanzaste tu meta o resultó que volviste a los mismos hábitos, no significa que debas rendirte. Todos caen. Levántate, sacude el polvo y comienza de nuevo. No cedas ante la desesperación y no seas duro contigo mismo. Ignora esa voz interna que te hunde.
El camino al éxito sólo tiene lugar a través del fracaso. Ten esperanza, no desesperanza. Descubre tu músculo de resiliencia. Decide seguir adelante.
Tú eres quien mejor puede alentarte. Accede a tu fuerza interior. La mejor versión de ti está esperando ser descubierta.
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