¿Adán y Eva eran judíos?

¿Cuál es exactamente el estatus de Adán y Eva dentro del judaísmo? ¿Se considera que ellos eran judíos o nó?

El Rabino de Aish responde

Técnicamente no. El pueblo judío sólo comenzó con Abraham y sus descendientes.

Pero en cierto sentido, en la época de Adán no había necesidad de un pueblo judío. Dios originalmente quiso una relación directa con todas la humanidad: con Adán, Eva y todos sus descendientes. Si esto hubiera ocurrido, nunca habría existido un pueblo designado como "judío". Sólo cuando la humanidad pecó y rechazó a Dios a cambio de la idolatría, Él tuvo que "conformarse" con que una sola nación proclamara Su Nombre y sirvieran como emisarios para el resto del mundo.

Abraham descubrió por sí mismo a Dios en su juventud y comenzó a difundir Su Nombre. Como resultado, Dios eligió a Abraham para engendrar una nación que mantendría la relación directa con Dios que en verdad Él había planeado para todos desde un comienzo.

Aunque en ese momento los judíos se convirtieron en el "pueblo elegido", eso no significa que Dios haya rechazado al resto del mundo. Parte de la misión de los judíos es ser "una luz para las naciones" (Isaías 42:6, 49:6).

Hashem desea una relación directa con todos, pero la mayor parte de la humanidad decidió alejarse. Por eso Dios eligió a una sola nación que pudiera llevar su estandarte y dar el ejemplo para todos los demás.

Finalmente, en la Era Mesiánica, todo el mundo seguirá los pasos de Israel y llegará a reconocer al Dios de todo el universo, tal como dijeron claramente los profetas, por ejemplo Isaías:

"Y así acontecerá al final de los días: El Monte del Templo de Dios se establecerá firmemente como cabeza de los montes y será exaltado sobre todos, y todas las naciones fluirán a él. Muchos pueblos irán y dirán: "Vengan, subamos al Monte de Dios, al Templo del Dios de Iaakov, y Él nos enseñará Sus caminos y andaremos por Sus sendas". Porque de Sión saldrá la Torá y de Jerusalem la palabra de Dios. Él juzgará entre las naciones y resolverá las disputas de muchos pueblos. Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas; no alzará la espada ninguna nación contra otra y no harán más la guerra" (Isaías 2:2-4).

"No herirán ni destruirán Mi monte sagrado; porque la tierra se llenará del conocimiento de Dios como las aguas cubren el mar" (Isaías 11:9).

¡Quiera Dios que esto ocurra prontamente en nuestros días!