Sociedad
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Mi intento de contrarrestar la propaganda antisraelí, de a una conversación a la vez.
Estoy inmerso y soy parte de Hollywood, pero vuelo sigilosamente bajo el radar. Sin pancartas grandilocuentes en la plaza pública. Sin reuniones virtuales para movilizar a un ejército de activistas. No aprovecho mis millones de seguidores en las redes sociales.
Hace un mes, cuando Hamás disparó 4.000 misiles a los civiles israelíes, los medios sociales explotaron con propagandas de "Palestina libre". Se publicaron millones de mentiras y mensajes engañosos contra "las atrocidades del régimen apartheid colonial de Israel que comete genocidio y limpiezas étnicas contra los indefensos palestinos en un campamento de prisioneros al aire libre".
Con la capacidad singular de las redes sociales de confirmar y exagerar los prejuicios, Vox Media denominó esto la "intifada de TikTok".
Mis colegas publican y reenvían información y gráficos que sólo cuentan la narrativa palestina, no porque sean malos, sino debido al pensamiento grupal facilitado por las redes sociales. Es mucho más fácil obtener "me gusta" y "compartir" si uno está del lado de Hamás.
Aunque Hamás claramente declaró que su objetivo es destruir al estado de Israel, personas influyentes no informadas (quienes probablemente ni siquiera pueden señalar en un mapa dónde queda Israel), sin darse cuenta perpetúan una narrativa en la que el genocida Hamás se expresa en el lenguaje de la lucha por la libertad.
Como alguien que se dedica a la industria del entretenimiento y tiene muchos seguidores, sería un suicidio profesional manifestar públicamente una postura proisraelí.
Como alguien que se dedica a la industria del entretenimiento y tiene muchos seguidores, sería un suicidio profesional manifestar públicamente una postura proisraelí. La "cultura de la cancelación" lleva a que sea prácticamente imposible señalar la diferencia entre Hamás disparando misiles a civiles y la autodefensa de Israel, sin que la gente trate de silenciarte a través del acoso virtual.
Una prueba: Gal Gadot, la Mujer Maravilla de Hollywood, recientemente publicó en Twitter: "Israel merece vivir como una nación libre y segura. Nuestros vecinos merecen lo mismo". Sin embargo, este benigno sentimiento en pro de la paz, de respeto hacia ambas partes, recibió una tonelada de odio y condenas. En el 2019, cuando Demi Lovato publicó sobre un "mágico" viaje a Israel, los defensores de la justicia social la obligaron a pedir disculpas: "Lamento si herí u ofendí a alguien".
En un ambiente tan tóxico, no es posible intentar establecer una conversación. No hay manera de ganar.
Pero si no puedo manifestar abiertamente mi sionismo, por lo menos puedo mantener conversaciones privadas. Así fue que comencé a acercarme a mis colegas (artistas, directores, camarógrafos, músicos y agentes) para mantener conversaciones cara a cara, con el objetivo de hacerlos pensar antes de publicar información enardecedora sobre temas que no entienden.
Tengo que caminar en puntas de pie y no manifestar una tendencia hacia ninguna de las partes. Les señalo que en este conflicto son asesinadas personas inocentes y que todos tenemos la responsabilidad de entender de qué se trata antes de subirnos al tren.
"Dedica más tiempo a entender las diversas perspectivas antes de adoptar una opinión. ¿Acaso Hamás comparte tus valores progresivos? ¿Quién piensas que está más alienado con tu agenda social, la ciudad de Gaza o Tel Aviv? Puede ser que sólo escuchas un lado de la historia y que sin darte cuenta estés publicando propaganda prejuiciosa".
No es un secreto que Hollywood está dominado por valores progresivos. El problema es la "interseccionalidad", donde "Palestina libre" se alinea con otras causas progresivas como LGBTQ y Black Lives Matter, todas ellas uniéndose en un mutuo pacto de apoyo.
Previamente Israel era una causa progresiva, pero ahora los activistas pro-Hamás, con una sabiduría estratégica, invirtieron la narrativa. Hoy, uno no puede estar con la agenda progresiva y al mismo tiempo ser pro-Israel. No puedes apoyar a ambas partes a la vez.
Una prueba: Un reciente evento LGBTQ en Chicago, donde los organizadores expulsaron a los participantes judíos por exhibir banderas del orgullo que tenían la estrella de David.
Históricamente, el racismo en Norteamérica fue de los blancos contra los negros, y esta narrativa se proyecta al Medio Oriente. "Las personas más blancas lastiman a las personas más oscuras", dice el pensamiento progresivo, "por lo tanto debemos apoyar a la gente más oscura. El grupo blanco no puede ser la víctima del racismo ni de ninguna clase de opresión, porque ellos están en una posición de poder".
Dado que en los Estados Unidos la mayoría de los judíos son de origen europeo-ashkenazí, gran parte de los norteamericanos ven a Israel a través de la lente del privilegio o de la supremacía blanca. El activismo pro-palestino se ve enmarcado como un asunto de "bajar un poco a los hombres blancos ricos. De todos modos, tal vez los judíos se lo merecen". Como señaló irónicamente un progresista: "Cuando eres un ejército asombrosamente poderoso y la mayor parte de las bajas están del otro lado, es difícil dar la impresión de ser el bueno".
En realidad, Israel es una sociedad multirracial (marroquíes, etíopes, egipcios), donde la mayoría de la población judía no es blanca.
Sin embargo, por asociación, los judíos norteamericanos están colectivamente vinculados a los actos de un gobierno extranjero. Esto es hipocresía, porque ningún progresista toleraría decir: "No puedo apoyar a los norteamericanos de origen chino debido a la forma en que China trata a los uigures". O "No puedo apoyar a los musulmanes porque Arabia Saudita bombardea a los niños en Yemen".
Publicar instintivamente toda esta propaganda de "Palestina libre" no hace nada para crear la paz. Cuando los antisemitas juegan con la ignorancia de la gente para crear más odio hacia los judíos en el mundo, el efecto es como una bola de nieve. Un sobreviviente del Holocausto de 97 años deseó a sus seguidores por TikTok un "Shabat shalom" y recibió un torrente de abusos de activistas "pro-palestinos" que dejaron mensajes tales como: "Feliz holocausto" y "la paz sea con Hitler". La idea de que "Hitler tenía razón" apareció en Twitter decenas de miles de veces. Durante el conflicto incluso fue una "tendencia" en Twitter.
Mis conversaciones cara a cara son mi humilde intento de defender a nuestro pueblo contra las peligrosas y maliciosas mentiras.
Esta difusión virtual de información errónea antisemita crea un mundo espantoso. El mes pasado se registró un incremento del 500% en los incidentes antisemitas. Caravanas de automóviles con banderas palestinas recorrieron las calles de Nueva York y Los Ángeles gritando "Muerte a los judíos" y "Palestina libre", mientras maldecían, arrojaban botellas, quemaban banderas de Israel y atacaban a judíos.
Yo nací en un lugar donde los judíos son perseguidos y sé qué espantoso puede llegar a ser. Aunque vivo en la diáspora, entiendo que el estado de Israel es crucial para el futuro de los judíos en todo el mundo. En definitiva, el movimiento "Palestina libre" es una cubierta para eliminar a Israel.
Mis conversaciones cara a cara son mi humilde intento de defender a nuestro pueblo contra las peligrosas y maliciosas mentiras. Hay muchos enemigos y muchos que se dedican a hacer el trabajo sucio las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
El pueblo judío es pequeño en número y es posible que nuestros esfuerzos nunca lleguen a cambiar la tendencia de los medios sociales. Pero si todos nos conectamos con algunas personas de nuestro círculo más cercano y articulamos nuestro apoyo a Israel de una manera que pueda ganarse incluso la atención del campamento progresivo, eso mismo ya es un éxito. Eso mueve la aguja un poquito en la dirección correcta y a la vez, igualmente importante, fortalece nuestro orgullo respecto a nuestra herencia judía.
Crédito de la foto: Unsplash, Peter Fitzpatrick.
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