La cantante israelí que figuró en la lista de los 200 mejores cantantes de "Rolling Stone"

25/01/2023

4 min de lectura

Honrada por "Rolling Stone" años después de su muerte, Ofra Haza combinó el pop con la música tradicional yemenita.

¿Qué tienen en común la cantante israelí ya fallecida, Ofra Haza, con Beyoncé y Bob Dylan, Alicia Keys y Aretha Franklin, Elvis Presley y Etta James? La revista "Rolling Stone" este mes los consideró en la lista de los 200 cantantes más grandes de todos los tiempos.

"Estos son los vocalistas que han dado forma a la historia y definieron nuestras vidas, desde suaves operadores hasta gritos crudos, desde música evangélica a punk, desde Sinatra a Selena y SZA", según la revista, cuya lista, armada a partir de la opinión de su personal y de colaboradores importantes, cubre 100 años de música pop como una "continua conversación global".

Ofra Haza por cierto tuvo un rol clave. La exótica morena se ganó una reputación internacional por su mezcla de pop y música tradicional yemenita. Una pionera del Medio Oriente con un amplio atractivo, cantando en hebreo, árabe e inglés. Dijeron que las canciones de Haza disminuyeron la brecha cultural.

Haza creó algo que parecía a la vez antiguo y adelantado a su época.

"Rolling Stone" declaró: "Inspirada en sus ancestros judíos yemenitas, Haza combinó las convenciones vocales tradicionales con la técnica moderna, para crear algo que parecía a la vez antiguo y adelantado a su época".

De la pobreza a la fama

Haza creció siendo la menor de nueve hijos de una familia yemenita tradicional, pobre, que vivía en el barrio Hatikva de Tel Aviv. Nació en 1957 de padres que habían inmigrado de Yemen, y su talento le llegó de forma natural. Su madre había sido una cantante en Yemen, y a menudo cantaba en celebraciones familiares.

A los 12 años, Haza se unió a un programa barrial, el taller de teatro del barrio Hatikva, dirigido por Betzalel Aloni. Al reconocer el talento musical de la joven, Aloni eventualmente se convirtió en su manager y productor.

En el programa barrial ella cantó "Gaaguim" (Añoranza", que se convirtió en un hit en la radio). En 1975, en el Festival de Música Mizrají, con una elegante cadena coronando su cabello oscuro, Haza ganó el tercer lugar con Shabat HaMalká (La reina Shabat).

"Qué bella eres, Reina Shabat, descendiendo en esplendor desde el más alto cielo, y el Eterno brindará una bendición al pueblo elegido", decía el coro.

A veces llamada la Madonna del Medio Oriente, Haza no podía verse ni sonar más diferente con su belleza mediterránea y su voz conmovedora.

Ella confiaba en la fe para encontrar fuerza y energía

Dicen que ella dijo: "No sé qué hubiera hecho sin creer en Dios. Su apoyo me da fuerza y energía para seguir siendo optimista, para sonreír, para no estar deprimida. A veces, si las cosa no marchan demasiado bien, no lloro. Pienso que tal vez así debe ser".

Las cosas marcharon increíblemente bien en los años 80. Haza se ganó el derecho de fanfarronear de ser la mejor cantante femenina de Israel en 1980, 1981 y 1986. Fue la cara de Israel en el Festival de la canción de Eurovisión en 1983, donde ganó el segundo lugar con su canción "Jai" (Vida). Su éxito en 1984, "Im ninaalú" (Si las puertas están erradas), una plegaria yemenita con un pegadizo ritmo disco, que "transportaba de inmediato al oyente con su expresivo mezzosoprano", de acuerdo con "Rolling Stone".

En su breve carrera, Haza grabó 27 álbumes y se presentó en Europa, Norteamérica e Israel, a menudo en las bases del ejército de su país en el norte y en el sur.

De Grammys a Premios Nobel

Nominada para un Grammy por el mejor álbum en 1992, Haza viajó a Oslo, Noruega, en 1994, invitada por el primer ministro israelí Itzjak Rabin, cuando él, Shimón Peres y Yasser Arafat compartieron el premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por lograr la paz en el Medio Oriente.

Sólo un año más tarde, Haza cantó en el servicio en memoria de Rabin, tras su asesinato.

Príncipe de Egipto

Ella se expresó no sólo como cantante, sino también como actriz y compositora. Steven Spielberg la invitó a participar en su película animada de 1998, "El príncipe de Egipto". Ella grabó el tema "Libéranos" y cantó su famosa canción de cuna "River Lullaby", cantándole a una muñeca para evocar la mayor emoción posible. Incluso grabó la voz de Iojeved, la madre de Moshé, en 17 de los 20 idiomas en los que se dobló la película.

Sólo cinco de los actores y actrices de voz, incluyendo a Haza, grabaron tanto la parte hablada como cantada de sus personajes.

Mientras tanto en Israel, ese año Haza cantó una impresionante interpretación de "Jerusalem de Oro" de Naomi Shemer, en la ceremonia oficial del 50 aniversario del estado.

A pesar del brillo de Haza en su carrera, la realización personal parecía eludirla. En 1997 se casó y en el 2000 murió repentinamente de una falla orgánica masiva a los 42 años.

El primer ministro Ehud Barak habló en su entierro y dijo: "Tuve el honor de conocer a Ofra y estaba impresionado por su brillante personalidad y su gran talento. Su contribución a la cultura israelí fue enorme, y el honor que brindó a este país nunca será olvidado".


Foto principal: Ofra Haza, vestida con las prendas tradicionales yemenitas, en la cubierta de su álbum "Canciones yemenitas". Crédito: Hed Artzi.

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