La comunidad judía de Brasil es la más antigua de América

11/07/2023

9 min de lectura

La fascinante historia de los judíos de Brasil.

No es Nueva York, Cincinnati ni Filadelfia. La primera y más antigua comunidad judía en América fue establecida en Brasil, donde judíos sefaradim fundaron la primera sinagoga en Recife en 1636. Esta es la fascinante historia de los judíos de Brasil.

El descubrimiento portugués 1492–1624

Después de un siglo de exitoso descubrimiento y colonización, en el año 1500 la monarquía portuguesa le pidió a Pedro Alvares Cabral que llevara sus barcos lo más al occidente posible para ver si lograba encontrar una ruta alternativa hacia la India. En ese viaje, acompañando a Cabral iba como intérprete un judío, Gaspar da Gama.

Gaspar fue “descubierto” por el famoso explorador Vasco da Gama en India, donde Vasco da Gama se impresionó al encontrar a un hombre blanco sirviendo como consejero de uno de los gobernantes locales. Vasco da Gama pensó que le resultaría útil tener a alguien que hablara los idiomas orientales, así que decidió llevarse a ese hombre a Lisboa. Hizo que el judío se convirtiera al catolicismo y que adoptara el nombre de Gaspar da Gama como deferencia al explorador.

El famoso explorador Vasco da Gama

Cuando Cabral viajó al occidente, pensó que sería útil tener a Gaspar con él para conversar con los nativos. Después de cruzar el Océano Atlántico, llegaron a la tierra que eventualmente sería conocida como Brasil. El primer hombre en pisar esa nueva tierra fue Gaspar. Lamentablemente, su conocimiento de dialectos indígenas no tenía ningún valor al intentar hablar con los brasileros, y fue entonces cuando comenzó la colonización portuguesa en Brasil.

Después de descubrir Brasil, los colonizadores portugueses siguieron hacia el oeste, esperando descubrir oro y plata y extender su masa continental. Eran conocidos como los bandeirantes porque llevaban con ellos una bandeira (bandera). En base a sus nombres, los registros sugieren que muchos de ellos eran conversos, judíos ocultos. Uno de los bandeirantes más importantes fue Fernando de Noronha, un converso portugués que tenía muchos contactos en la corte de Lisboa. Él convenció a la corona para que le rentaran la tierra y él a cambio les daría una madera llamada Pau Brasil que proveía un colorante, así como otros objetos preciosos que encontrara. La madera que él envió le dio a la tierra el nombre Brasil.

Los historiadores sugieren que su plan de rentar la tierra fue un esfuerzo para ayudar a los judíos portugueses, creando un lugar donde pudieran vivir lejos de las crecientes amenazas de la Iglesia Católica y la Inquisición.

Los historiadores sugieren que su plan de rentar la tierra fue un esfuerzo para ayudar a los judíos portugueses, creando un lugar donde pudieran vivir lejos de las crecientes amenazas de la Iglesia Católica y la Inquisición. Esto era crucial, porque después de ser expulsados de España en 1492 por el infame Decreto de la Alhambra, muchos judíos españoles se mudaron a la vecina Portugal, donde eran mucho más tolerantes con los judíos.

Rav Isaac Aboab da Fonseca

Pero este refugio llegó a su fin en 1497, cuando Portugal expulsó a sus judíos. En ese momento, algunos judíos se fueron a los Países Bajos y otros intentaron mudarse a las colonias lejanas, esperando alejarse lo máximo posible del gobierno centralizado y su Inquisición. Así fue como muchos nuevos cristianos o conversos se asentaron en Brasil, en donde se beneficiaron del asentamiento de Fernando de Noronha.

Brasil holandés 1624–1654

En 1600, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que importaba especies y productos exóticos del Lejano Oriente, era sumamente exitosa. Así que los holandeses decidieron crear una Compañía de las Indias Occidentales, que importaría recursos naturales desde Nueva York, las Islas del Caribe y Brasil, un gran productor de azúcar.

Los holandeses derrotaron a los portugueses en el noroeste de Brasil y comenzaron a establecer allí una colonia holandesa, llamada Nueva Holanda. En Nueva Holanda, los holandeses permitieron la libertad religiosa. En consecuencia, muchos conversos portugueses que vivían en las áreas de Brasil controladas por Portugal se mudaron allí, para poder vivir abiertamente como judíos. También había doscientos judíos holandeses que formaban parte de la colonia holandesa original. En Nueva Holanda, los judíos establecieron una variedad de negocios y estuvieron particularmente involucrados en el desarrollo de la industria del azúcar de Brasil.

Calle de los judíos

La mayoría de estos mercaderes judíos vivían en la Rua dos Judeus – la calle de los judíos. En esta calle se construyó la primera sinagoga del hemisferio Occidental en el año 1636: Kahal Zur Israel, la Roca de Israel.

Los registros de la sinagoga muestran la existencia de una comunidad judía bien organizada y con alta participación, incluyendo una escuela de Talmud Torá, un fondo de tzedaká y la supervisión de un comité ejecutivo. En 1642, Rav Isaac Aboab da Fonseca, un conocido rabino de Ámsterdam, y Moisés Rafael d’Aguilar, llegaron a Brasil como lideres espirituales para asistir a las congregaciones de Kahal Zur en Recife y Maguen Abraham en Mauricia.

La conquista portuguesa de Nueva Holanda

La colonia holandesa prosperó durante años, pero luego la Compañía de las Indias Occidentales comenzó a perder interés en la colonia, ya que las ganancias eran menores que en otras áreas bajo su control. Los portugueses lograron sacar a los holandeses de Brasil en 1654, después de una guerra de nueve años.

En el Tratado de Guararapes, los portugueses prometieron respetar la libertad religiosa de aquellos que escogieran quedarse en Brasil bajo control portugués. Sin embargo, en los años siguientes se retractaron de su palabra, acusaron a los judíos de herejía y los persiguieron.

Sello postal brasilero conmemorando a Kahal Zur Israel

En ese momento, 150 familias escogieron regresar a Ámsterdam, pero otras se mudaron a áreas del hemisferio occidental controladas por Holanda. Veintitrés de estos judíos holandeses viajaron a Nueva Ámsterdam, lo que hoy en día es Nueva York. Peter Stuyvesant era el gobernador de Nueva Ámsterdam y a él no le gustaban los judíos, así que pidió permiso de la Compañía de las Indias Occidentales para expulsarlos, sin prestar atención que un porcentaje de los accionistas de hecho eran judíos. La respuesta que recibió desde Ámsterdam fue que tratara a “nuestros accionistas” con consideración.

La inquisición en Brasil

A pesar de la esperanza que tenían los judíos de que la distancia los protegiera del largo brazo de la Inquisición, la persecución portuguesa los siguió al Nuevo Mundo. En 1647, Isaac de Castro fue arrestado por enseñar judaísmo en la parte de Brasil que en ese entonces estaba controlada por Portugal. Lo deportaron a Portugal, donde la Inquisición lo sentenció a muerte y lo quemaron en la hoguera. Reconociendo el peligro, los judíos ocultaron su identidad judía, emigraron a áreas controladas por Holanda o se mudaron al interior de Brasil, en donde había menos supervisión.

Los historiadores encontraron recientemente poblaciones en el interior de Brasil que tienen prácticas aparentemente judías. Estos grupos no pueden explicar por qué, pero encienden velas el viernes, leen sólo el “Antiguo Testamento”, no comen cerdo ni mariscos y se abstienen de comer pan durante la Pascua.

Antonio José da Silva

Uno de los casos más famosos de la Inquisición en Brasil fue el de Antonio José da Silva. Da Silva era un estudiante de derecho que vivía en Rio de Janeiro y que escribió también varias obras exitosas. Alguien lo denunció ante la inquisición, lo arrestaron y lo enviaron a Portugal. Él se negó a retractarse y fue quemado en la hoguera el 19 de octubre de 1739. Su valor inspiró a los brasileros judíos y no judíos y en 1996 su historia fue convertida en una película brasilera llamada O Judeu, "El judío".

El fin de la persecución oficial y la comunidad de Marruecos

En 1773, un decreto real portugués abolió la persecución contra los judíos. Como resultado, los judíos gradualmente comenzaron a asentarse en Brasil, aunque para entonces casi todos los conversos brasileros originales ya se habían asimilado.

En 1822, después de que Brasil se independizara oficialmente de Portugal, los judíos marroquíes comenzaron a llegar a Brasil. En 1824, fundaron una sinagoga en Belem (al norte de Brasil), llamada Porta do Cebu (Puerta del Cielo). En la época de la Primera Guerra Mundial, la comunidad sefaradí de Belem, compuesta principalmente de marroquíes, tenía aproximadamente 800 miembros. En 1950, una ola adicional de inmigración judía trajo a Brasil más de 3.500 judíos marroquíes.

Porta do Cebu (Puerta del Cielo) en Belem, Brasil

Los judíos europeos ashkenazim comenzaron a llegar a Brasil alrededor de 1850. Brasil no fue el destino preferido de los judíos europeos que buscaban una nueva vida en Sudamérica. Los europeos judíos y no judíos tendían a preferir la más cosmopolita Argentina. A comienzos de siglo XX, Argentina contaba uno de los niveles de vida más altos en el mundo. Es posible que los inmigrantes que escogieron Brasil lo hicieron porque la tarifa del barco era mucho menor que la necesaria para viajar a Buenos Aires, que estaba 2.400 kilómetros al sur.

En la década de 1920, escapando del antisemitismo europeo, llegaron a Brasil alrededor de 30.000 judíos de Europea Occidental, principalmente de Alemania. Para 1929 las comunidades se habían establecido y funcionaban 27 escuelas judías.

El antisemitismo en Brasil

En la década de 1930, los intelectuales brasileros comenzaron a difamar a los judíos, retratándolos como no europeos, comunistas empobrecidos, avaros capitalistas y perjudiciales para el progreso. El partido nazi también alentó el antisemitismo entre la diáspora alemana, aunque fueron mucho más exitosos en la vecina Argentina.

En 1938, Brasil comenzó un esfuerzo activo de asimilación y cerró los periódicos en ídish y las organizaciones judías, tanto seculares como religiosas. Siguió una ola de antisemitismo, incluyendo varias impresiones de "Los protocolos de los sabios de Sión". Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Brasil adoptó una política de inmigración que prohibía que entraran al país más refugiados judíos.

Inmigrantes judíos de Polonia en el puerto al llegar a Brasil, 1926. Cortesía de Sergio Zalis, Brasil.

Sin embargo, el embajador de Brasil en Francia, Luis Martins de Souza Dantas, tenía otra perspectiva y heroicamente decidió ignorar la prohibición de inmigración judía a Brasil. Al ver lo que les ocurriría a los judíos si se quedaban en Francia, él otorgó visas de inmigración a cientos de judíos franceses, salvando sus vidas del Holocausto.

Después del Holocausto, Brasil adoptó una nueva constitución, más democrática, y el antisemitismo disminuyó. La inmigración judía fortaleció a la comunidad con un aumento en números y para 1960 los judíos brasileros eran muy prósperos. En las elecciones parlamentarias de 1966, seis judíos, representando a diversos partidos, fueron elegidos para la legislatura federal. Además, los judíos sirvieron en legislaturas estatales y consejos municipales.

Horacio Lafer fue el ministro judío de economía en las décadas de 1950 y 1960. Él tuvo un rol instrumental para que miles de judíos expulsados de Siria, Líbano y otros países del Medio Oriente pudieran asentarse en Brasil.

La comunidad judía brasilera actual

Hoy en día, Brasil cuenta con la novena comunidad judía más grande en el mundo y la segunda en Latinoamérica, después de Argentina. La población judía es de unas 130.000 personas. Alrededor de 70.000 judíos viven en San Pablo, que es el corazón comercial e industrial de Brasil, y otros 30.000 viven en Río.

Los 30.000 judíos restantes están distribuidos en otras ciudades del país. De hecho, en Brasil dicen que “si una ciudad no tiene un comerciante judío, no merece ser llamada ciudad”.

Los judíos de San Pablo se enorgullecen particularmente de su apoyo al Hospital Israelita Albert Einstein, considerado por muchos como el mejor hospital en toda América del Sur. Este fue el primer hospital fuera de los Estados Unidos que recibió acreditación del Joint.

En el Brasil actual, la comunidad judía vive en paz y estabilidad y puede practicar su religión libremente. En contraste con el antisemitismo que dañó su historia, hoy en día la mayor amenaza para los judíos de Brasil es el matrimonio mixto y la asimilación.

Al mismo tiempo, gracias a los esfuerzos de muchos individuos, las escuelas judías, las clases para adultos y los establecimientos kosher comenzaron a florecer.

La sinagoga Kahal Zur en Recife, la primera sinagoga construida en América

Increíblemente, la sinagoga Kahal Zur en Recife, la primera sinagoga construida en América, volvió a abrir sus puertas en el 2002, 347 años después de haber sido cerrada por mandato colonial portugués. La sinagoga no había sido utilizada desde mediados del siglo XVII, cuando los portugueses derrotaron a los holandeses en Recife, expulsaron aproximadamente a 1.,500 judíos y prohibieron el judaísmo. La sinagoga volvió a abrir gracias a la generosidad de la familia bancaria Safra.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Biniamin Citron era un constructor y líder comunitario en San Pablo. A principios de 1950 él se reunió con el destacado sabio estadounidense Rav Aharon Kotler y le contó con orgullo sobre el hermoso edificio que había construido para ser usado como ieshivá, describiendo cómo él iba a producir judíos educados al igual que la gran ieshivá en los Estados Unidos.

Con enorme perspicacia, Rav Kotler le respondió: “Los edificios no crean judíos educados, las personas lo hacen. Si tiene como maestros a los rabinos adecuados, puede producir grandes judíos con fuerte educación. Nosotros le enviaremos al mejor rabino del sistema para ayudar a construir la Torá en Brasil”. Rav Kotler envió a Brasil a Rav Zelig Privalsky. Él y muchos otros ayudaron a crear un futuro judío para miles de judíos brasileros. Un futuro para la comunidad judía más antigua del hemisferio occidental.

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