La historia real del espía que se infiltró en la comunidad judía de Argentina

02/08/2023

7 min de lectura

"Iosi, el espía arrepentido" de Amazon Prime, la historia del espía no judío que se arrepintió de su rol en los ataques terroristas contra los judíos, desenmascara las peligrosas consecuencias del antisemitismo irracional.

Basada en una historia real, la serie de Amazon Prime "Iosi, el espía arrepentido", gira en torno a Iosi, alias José Pérez, que era un agente secreto enviado por el gobierno argentino para infiltrarse en la comunidad judía argentina.

Durante veinte años Pérez vivió como un judío, ocultando su verdadero origen y aparentemente enamorándose de la cultura y la vida judía. Como Iosi, se casó con una mujer judía (y luego se divorció) y eventualmente se convirtió al judaísmo. "En verdad era un excelente candidato para ser un judío", dijo al Jerusalem Post el rabino Mauricio Balter, quien creyó que estaba convirtiendo a Iosi en 1988. "Ahora entiendo que también era un buen actor".

Iosi cree que la información que él proveyó a la inteligencia de Argentina contribuyó a los peores ataques terroristas de la historia del país: la bomba de 1992 en la embajada de Israel en Buenos Aires, y el ataque en 1994 a la AMIA, el centro comunitario judío de Buenos Aires. En ambos ataques hubo cientos de muertos y heridos.

La comunidad judía de Argentina

Los judíos han vivido en Argentina por siglos. Los historiadores hablan de conversos, judíos secretos que se asentaron en la colonia española tras la expulsión de los judíos de España en 1492. La vida era difícil para los judíos secretos en Argentina. La inquisición sólo terminó oficialmente en 1810, cuando Argentina se independizó de España.

Los judíos comenzaron a llegar al nuevo país, buscando su libertad religiosa. A fines del siglo XIX, el goteo de judíos que llegaban a Argentina se convirtió, en palabras del historiador Ricardo Feierstein, en un "aguacero". Millones de inmigrantes, incluyendo decenas de miles de judíos de Europa Oriental, se establecieron en Argentina. Buenos Aires, la capital, se convirtió en un crisol. Los barrios judíos se llenaron de sinagogas, escuelas judías y teatros en ídish.

Cooperativa agrícola Barón Hirsch de Rivera, provincia de Buenos Aires

Para 1914, Buenos Aires era la segunda ciudad más grande de la costa este de América, después de Nueva York. En ese momento vivían en Argentina alrededor de 150.000 judíos.

Entre los miles de judíos que llegaron a Argentina había 824 judíos rusos que viajaron a Argentina en 1889 en el barco S.S. Weser y se asentaron en el noreste del país, decididos a convertirse en granjeros. Con la ayuda del filántropo judío Barón Maurice de Hirsch, ellos establecieron la Asociación de colonización judía, compraron más de 600.000 hectáreas de tierra y establecieron el pueblo de Moisés Ville. En su momento cumbre, vivieron en Moisés Ville más de 2.000 judíos, trabajando como rancheros y granjeros. El pueblo todavía existe, aunque su población se redujo precipitadamente y quedan pocos judíos.

Este experimento de autogobierno judío tuvo consecuencias trágicas para los judíos de Argentina, como queda claro en la serie "Iosi, el espía arrepentido".

El crecimiento del antisemitismo

Con el desarrollo de la comunidad judía tuvo lugar también el crecimiento del antisemitismo. Durante la "Semana trágica" de huelgas y violencia comunitaria que sacudió a Buenos Aires en enero de 1919, muchos grupos de extrema derecha y sus simpatizantes descargaron su furia contra los judíos, proponiendo abiertamente realizar pogromos contra la comunidad judía argentina. Cientos de hogares judíos fueron atacados y saqueados, y los judíos fueron sacados de sus hogares y brutalmente golpeados en las calles.

Gustavo Bassani como Iosi en la serie de Amazon Prime, "Iosi, el espía arrepentido", caminando sobre los escombros tras el ataque a la AMIA.

Los simpatizantes nazis tuvieron gran prominencia en Argentina. En 1946 el país eligió como presidente a Juan Perón. Él era abiertamente simpatizante de los nazis que huían de la justicia en Europa, y abrió el país a muchos nazis criminales de guerra. Al mismo tiempo, Perón limitó el acceso de los inmigrantes judíos a su país.

Durante el período de la dictadura militar en Argentina, entre 1976 y 1983, muchos de los activistas secuestrados y torturados por la junta militar fueron judíos. Se estima que entre 1.000 y 9.000 judíos argentinos fueron asesinados en ese período.

Uno de los mitos antijudíos más persistentes en Argentina es el llamado "Plan Andinia". Durante mucho tiempo, este fue un elemento básico de los grupos de extrema derecha y neonazis en Argentina. Esta teoría falsa se remonta a los días en que los granjeros judíos organizaron la compra de tierras de cultivo en Argentina, en el siglo XIX. El "Plan Andinia" es un engaño, supuestamente un plan ultra secreto tramado por los judíos argentinos para apoderarse de la Patagonia y establecer allí un estado o colonia judía. Esta peligrosa calumnia contra los judíos ayudó a fomentar el antisemitismo en Argentina y en el resto del mundo de habla hispana durante generaciones.

Iosi fue enviado a investigar las conspiraciones judías

En 1985, José Pérez, un no judío, fue asignado a infiltrarse en la comunidad judía Argentina. Su primera misión era obtener información que apoyara el "Plan Andinia". Adoptando el nombre hebreo Iosi, Pérez entró en contacto con judíos locales, y eventualmente terminó apegándose a la vida judía que había creado como cubierta. A medida que se familiarizó con la vida judía argentina, comprendió que la teoría de la conspiración Andinia era absurda.

En la serie de TV, Iosi les muestra a sus superiores de inteligencia un video que filmó de los líderes comunitarios judíos riéndose sobre la ridiculez de Andinia. Uno de los personajes judíos dice riéndose: "Es un mito antisemita con décadas de historia. Algo antiguo".

Cuando Iosi les muestra el video a sus superiores, ellos insisten en apegarse a la desacreditada teoría de conspiración. "No dejes que te engañen, Iosi. Ellos dicen que es un mito para protegerse, para que parezca algo absurdo. Pero el plan es real. Existe y es complejo…" Tratar de contradecir los prejuicios con la razón puede ser inútil.

Los ataques terroristas a judíos

El 17 de marzo de 1992, un terrorista llevó una camioneta cargada de explosivos hasta la puerta de la embajada de Israel en Buenos Aires y la detonó. El edificio de la embajada quedó completamente destruido. Murieron veintinueve personas y hubo 242 heridos.

Un hombre camina sobre los escombros después del estallido de la bomba en la AMIA, Buenos Aires, Argentina, 18 de julio 1994

Dos años después, el 18 de julio de 1994, otra camioneta cargada de explosivos llegó a otro blanco judío, esta vez la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), un popular centro comunitario judío en Buenos Aires. El conductor detonó su camioneta, asesinando a 87 personas e hiriendo a más de 300. Un informe reciente del gobierno israelí declara que el ataque fue obra de Hezbolá, la organización terrorista libanesa con apoyo iraní. El informe concluye que en la actualidad los perpetradores viven libremente en el Líbano.

Si bien no hubo participación de fuerzas del gobierno argentino en los ataques, hubo constantes sospechas respecto a que los líderes del país ayudaron a ocultar la participación de Irán en los ataques. En el 2005, el fiscal Alberto Nisman, quien era el principal investigador del ataque a la AMIA, anunció que presentaría cargos criminales contra la entonces presidenta, Cristina Kirchner, y el exministro de relaciones exteriores, Hector Timerman, por cubrir evidencia sobre el ataque a la AMIA y tener tratos secretos con Irán transgrediendo las sanciones internacionales.

Pocas horas antes de que tuviera que presentarse en el congreso para explicar los cargos, Nisman fue asesinado en su casa.

Los escombros tras el atentado a la AMIA, Buenos Aires, Argentina, 18 de julio de 1994 (AFP)

Para entonces, después de hacerse pasar por judío durante años, José Pérez estaba completamente desilusionado por el antisemitismo que observaba dentro de la inteligencia de Argentina. Cuando ocurrieron los ataques y parecía que los oficiales argentinos estaban ayudando a encubrir la participación de Irán en los ataques, Iosi se sintió muy arrepentido. Eventualmente dejó el servicio de inteligencia y ofreció revelar todo lo que sabía a la oficina de Alberto Nisman. Temiendo por su vida, Pérez entró a un programa de protección de testigos y se fue de Argentina.

En el 2000, él habló con dos periodistas judíos argentinos, Miriam Lewin y Horacio Lutzky, y les dijo que deseaba contarles una historia. Él estaba convencido de que los oficiales argentinos estaban ayudando a encubrir los ataques a la embajada de Israel y a la AMIA. "No soy quien piensas que soy", le dijo a Horacio Lutzky, a quien había visto por las áreas judías en Argentina. "No soy judío. Soy un espía, un agente especial infiltrado en la comunidad".

"Durante su misión, Iosi proporcionó a la policía federal detalles de movimientos, identidades, listas de nombres, horarios, reuniones y croquis del interior de los edificios comunitarios", explica Miriam Lewin. Él se sintió consternado al ver que después del atentado a la AMIA la policía federal no dio prioridad a encontrar a los culpables sino que seguían exigiéndole espiar a la comunidad judía en vez de buscar pistas sobre la identidad de los atacantes.

La filmación de "Iosi, el espía arrepentido"

Daniel Burman, el director judío argentino que creó "Iosi, el espía arrepentido", experimentó de primera mano los atentados de 1992 y 1994. El 17 de marzo de 1992, él caminaba hacia la casa de sus padres en Buenos Aires, cuando "de repente escuché las sirenas". Cuando estalló el edificio de AMIA dos años más tarde, estaba todavía más cerca.

"Vivo a sólo cinco cuadras de la AMIA", contó Burman al Times of Israel. "Era un caos. Todos corrían y se apagaron todas las luces en la zona".

Durante mucho tiempo pensó en hacer una película o una serie televisiva sobre los ataques, pero nunca sintió que fuera el momento correcto. Entonces, en el 2017, entró a una librería y comprendió que tenía el vehículo perfecto para relatar la historia de los atentados. Acababa de salir el nuevo libro de Miriam Lewin y Horacio Lutzky sobre Pérez. Iosi, el espía arrepentido cuenta la historia de Pérez, desde su reclutamiento como espía en la comunidad judía hasta su decisión de ir a la oficina del fiscal federal y entrar al programa de protección de testigos. Fue una lectura desgarradora.

"Llamé a los autores y les dije que necesitaba su historia porque ella me estaba esperando", explicó Daniel Burman. "Una vez que comenzamos a filmar, comprendí que este era el proyecto de mi vida".

Hoy, Pérez divide su tiempo entre un lugar no revelado en Argentina y un país extranjero. "No sabemos dónde está, sólo que está a salvo", explicó Miriam Lewin, quien lo entrevistó largamente para su libro. "Pero su vida quedó destruida. Se siente solo y desilusionado. De todos modos, todavía quiere ayudar a que se haga justicia para las familias de los muertos".

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