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Estableciendo un legado más allá de la cancha.
Con el Día del Padre acercándose y la temporada de la NBA llegando a su fin, es un momento oportuno para celebrar no solo el atletismo y la habilidad en la cancha, sino también el profundo impacto que estos jugadores tienen fuera de ella como padres dedicados. Aquí están los tres mejores momentos de paternidad de superestrellas de la NBA cuyo compromiso con la familia brilla tan intensamente como su destreza en el baloncesto.
Este año, Nikola Jokic fue galardonado con su tercer premio MVP (jugador más valioso) de la NBA, un logro compartido por solo nueve jugadores desde la creación del premio en 1955. Si bien abundan los elogios por su brillantez en la cancha, es el compromiso de Jokic con la paternidad lo que realmente lo distingue.
En una era donde las aspiraciones profesionales a menudo eclipsan los deberes familiares, Jokic se destaca al hacer de la paternidad su máxima prioridad. Cuando se le preguntó sobre cómo la paternidad influye en su legado, Jokic comentó humildemente: “Sí, de muy buena manera. [Me ayuda a entender que] el baloncesto no significa tanto”.
El compromiso de Jokic con la familia va más allá de su hija. Sus hermanos se mudaron de Serbia para estar con él en Denver y asisten regularmente a sus juegos. El año pasado, después de ganar las Finales de la NBA, el principal comentario de Jokic a la prensa fue: “Quiero irme a casa”.
Las palabras de Jokic sirven como un recordatorio conmovedor de que, entre las luces brillantes del éxito profesional, la familia sigue siendo la piedra angular de la verdadera satisfacción.
El resurgimiento de los Minnesota Timberwolves en la temporada 2024 se debe en gran medida a la destreza defensiva de Rudy Gobert. Conquistando su cuarto título de Jugador Defensivo del Año, el impacto de Gobert en la cancha es innegable. Sin embargo, fue su decisión de perderse un partido crucial de playoffs para el nacimiento de su hijo lo que realmente subrayó su compromiso con la familia.
En un mundo deportivo donde el sacrificio a menudo se mide en puntos y rebotes, la elección de Gobert generó tanto elogios como críticas. Algunos expertos cuestionaron sus prioridades, pero quizás Gobert ve una verdad más profunda: que si bien el baloncesto puede definir su carrera, la paternidad moldea su legado más allá del juego.
El viaje de LeBron James a la cima de la grandeza del baloncesto es legendario, pero es su compromiso de reescribir la narrativa de la paternidad lo que realmente lo distingue. Criado sin su padre, LeBron prometió trazar un camino diferente, uno definido por la presencia y el amor.
A pesar de sus logros imponentes en la cancha, la verdadera victoria de LeBron radica en su papel como padre devoto. Él comparte: “Cuando era joven, no tenía un padre. Así que mi idea era que, cuando tuviera un hijo, no solo tendría un [LeBron] junior, sino que haría todo lo que este hombre no hizo”. Fiel a su palabra, LeBron es una presencia constante en los juegos de su hijo Bronny, ejemplificando el profundo impacto de un padre involucrado.
Al honrar a estas estrellas de la NBA, celebramos no solo su destreza atlética, sino su compromiso con la paternidad, un legado que trasciende los confines de la cancha de baloncesto y nos inspira a todos a elevar nuestros roles como padres y mentores.
El judaísmo describe la paternidad como una asociación sagrada con Dios, donde los padres son confiados con el privilegio divino de nutrir y guiar a la próxima generación. Así como Dios nos nutre y protege, nosotros, como padres, emulamos estas cualidades divinas al criar a nuestros hijos. Este esfuerzo sagrado no solo es el cumplimiento de una mitzvá, sino también una oportunidad para un profundo crecimiento personal y autorrealización, ya que profundiza nuestra conexión con nuestra fe, nuestra familia y nuestra comunidad.
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