Como padres, debemos aprender a renunciar al control

15/02/2024

7 min de lectura

El difícil arte de ceder el control.

Uno de los mayores placeres de ser padre (y de ser maestro) es ver a tu "estudiante" crecer, madurar e incluso superarte. Como enseñan nuestros Sabios: "La persona puede tener celos de cualquiera, excepto de su hijo o su estudiante" (Talmud, Sanedrín 105b). Porque a fin de cuentas, mi hijo o mi estudiante son una extensión de mí mismo y, por lo tanto, su éxito también es mío.

Los maestros desean ver a sus alumnos volverse independientes e incorporar lo que han aprendido en su propia toma de decisiones. Por eso, Moshé no se consideró a sí mismo muerto mientras viviera Iehoshúa (1). Yo pienso que la razón de esto es que cuando Iehoshúa respondía a una pregunta, uno podía estar seguro de que esa hubiera sido también la respuesta de Moshé (2).

Sin embargo, consciente o subconscientemente, algunos padres tienen dificultades para ceder el control. De hecho, hay padres de 80 años que les recuerdan a sus "hijos" de 60 que tienen que abrigarse cuando hace frío.

Cada etapa de la vida presenta sus desafíos (3). Pero como dijo el erudito contemporáneo de Jerusalem, Rav Shlomo Fisher (4), todos los mazal tov de la vida tienen un común denominador. Cuando nace un bebé, su cordón umbilical es innecesario y dado que debe esforzarse para amamantar, ahora tiene cierta responsabilidad sobre su propia alimentación. ¡Mazal tov! Al llegar al bar (o bat) mitzva y a la madurez, se vuelve responsable de cumplir los mandamientos de la Torá. ¡Mazal tov! Al casarse, asume nuevas responsabilidades. Al convertirse en padres, tienen todavía más responsabilidad. ¡Mazal tov, mazal tov!

La palabra hebrea para 'responsabilidad', ajaraiut, tiene relación con la palabra ajarit, 'fin', porque responsabilidad implica tener que rendir cuentas por el resultado final de una situación. Esto demuestra la relación entre responsabilidad y autoridad. Uno no puede ser responsable por algo que no puede controlar.

Los padres deben enseñarles a sus hijos cómo tomar decisiones, teniendo en vista que eventualmente deberán "ceder al control".

Algunos padres tienen dificultad para incrementar la autoridad de sus hijos sobre sus propias vidas. Pero la naturaleza humana es desear controlar tus propios asuntos. Nunca superamos la necesidad de discernir la perspectiva de la Torá en una amplia gama de asuntos, pero también debemos aprender a sostenernos sobre nuestros propios pies (5).

Los niños no son una excepción. Ellos quieren ser capaces de tomar decisiones. Los padres deben enseñarles a sus hijos cómo tomar decisiones, teniendo en vista que eventualmente deberán "ceder al control". Esto a menudo implica permitir que cometan errores, algunos triviales, como romper huevos cuando los niños aprenden a prepararse su propio desayuno. Otros errores pueden ser más serios o costosos. Pero el fracaso es una experiencia de aprendizaje, por lo que debemos estar preparados para los inevitables errores de nuestros hijos (6).

Las razones por las que nos cuesta tanto

Hay muchas razones entendibles por las que a los padres nos cuesta tanto ceder el control sobre las vidas de nuestros hijos, incluso gradualmente.

En primer lugar, la mayoría queremos ser necesitados. Sin embargo, tan maravilloso como es dar a otros que realmente te necesitan, otra cosa muy diferente es mantener una situación sólo para ser necesitados. Recuerda, tu experiencia de vida es mayor que la de tu hijo, por lo que si su relación es sana y "cedes el control" cuando él se las puede arreglar por su cuenta, seguirá consultándote en otras áreas. Sin duda esto ocurrirá si tú eres un ejemplo al acudir a otros cuando es necesario.

Otra razón por la que nos cuesta ceder el control, es que queremos proteger a nuestros hijos de las consecuencias dolorosas de las decisiones erróneas. Pero ellos deben aprender que los errores (y su precio) son esperables; eso forma parte de su preparación para la vida. Los errores pueden tener consecuencias desagradables, pero el miedo a cometer errores es peor. Por lo tanto, debes equipar a tus hijos para tomar decisiones razonables, y asegurarles que la mayoría de los errores no son trágicos ni irreparables.

Algunos padres temen "perder" a sus hijos si se vuelven independientes. En verdad es a la inversa. Cuando "cedes al control", tus hijos te consultan más, porque saben que no tomarás la decisión por ellos ni les impondrás tu punto de vista. Que acudan a ti bajo tales circunstancias de hecho es una señal del crecimiento de su propia fuerza, ya que te consultan por su propia voluntad.

Un judío sabio me explicó en una oportunidad que sus yernos le pedían su consejo porque él nunca lo ofrecía voluntariamente, a pesar de ser famoso por sus buenos consejos. Él nunca expresa opiniones sobre su vida familiar. A veces, ellos le dicen: "Supongamos que somos extraños. ¿Qué nos aconsejarías sobre tal y tal problema?". Una vez, cuando su hija recién casada le pidió un consejo, él la envió a consultar a su marido. Que su padre "ceda al control" es una señal de su fuerza, y es precisamente por eso que sus yernos no lo ven como una amenaza a su lugar dentro de sus hogares.

Si los padres no ceden al control, los niños emocionalmente sanos se alejarán.

Si los padre son ceden al control, los niños emocionalmente sanos se alejarán. Yo aconsejo a los padres que estudian con sus hijos detenerse cinco minutos antes de que el niño necesite detenerse. Entonces hay que dejarlos estirar sus piernas o comenzar otra actividad. De esta manera, tendrán expectativas por llegar a la siguiente sesión de estudio.

Para resumir, no olvides que debes preparar a tus hijos para vivir exitosamente por sí mismos. Esto involucra dejarlos tomar gradualmente más control sobre sus propias vidas. Si tanto como parte de la educación de tu hijo como por tu ejemplo personal, le enseñas que es sabio consultar a otros cuando enfrentas un problema difícil, entonces ellos tendrán una excelente oportunidad de vivir adecuada y exitosamente. Tu buena relación con ellos permanecerá intacta, dado que habrán aprendido que consultar con otros, incluyendo a los padres, tiene sentido.

Espera hasta que estén preparados

La idea de que las personas pasan a través de muchas etapas de vida es importante para entender otra causa potencial de problemas disciplinarios. Tal como los padres no deben controlar demasiado tiempo ni de forma demasiado asfixiante a sus hijos, tampoco deben ceder al control antes de que sus hijos estén listos emocional o intelectualmente (aunque ceder al control demasiado tarde puede ser más problemático que hacerlo demasiado pronto). Con respecto al peligro de imponer más disciplina de lo que corresponde a la edad del niño, Rav Shlomo Wolbe (7) explica:

"Tal como es imposible erradicar las tendencias naturales del carácter, también es imposible ignorar las etapas de desarrollo de un niño. En vano se esfuerzan las madres para acostumbrar a sus hijos en temas que, en virtud de su edad, todavía no deben convertirse en temas. Incluso si ese padre tiene éxito, de hecho puede estar dañando a su hijo.

Esto debe quedar claro: cualquier demanda que es incongruente con la edad del niño puede herir su tierno corazón, una herida que en el futuro puede tener efectos preocupantes sobre su desarrollo y personalidad. Este [efecto] puede expresarse en la forma de miedos, nerviosismo y falta de independencia en una edad que exige independencia. (Estas palabras se refieren incluso a asuntos simples como [la insistencia en] la limpieza, sentarse de una forma ordenada en la mesa, etc., cosas que las madres acostumbran a exigir a sus hijos muchos años antes de que sea el momento adecuado)."

En síntesis, debes saber cuándo insistir en cierto comportamiento y cuándo no hacerlo.

Muchos padres imponen con razón un "toque de queda" a sus hijos. Sin embargo, tu hijo puede sentir resentimiento por tu insistencia en asuntos considerados "infantiles" según los estándares sociales y de su medio. Por ejemplo, puede que sus amigos no tengan horarios límites para volver a casa. Entonces, si deseas que tu hijo adhiera a tus valores y no a los de aquellos que lo rodean, debes tomarte el tiempo para establecer una relación con él, o no educarlo en el medio en donde lo estás educando.

De la misma manera, tu hijo puede sentir correctamente que llegó el momento de que él decida sobre asuntos que antes eran prerrogativa de los padres, como la hora de irse a la cama, hábitos alimenticios, etc. Su insistencia en mantener un control absoluto sobre esos temas puede causar conflictos amargos y recurrentes.

Debes prepararte a ti y también preparar a tu hijo parta el momento en el que "cederás al control". Esta transferencia en la toma de decisiones debe tener lugar antes de que el niño lo demande; de esta manera no considerará una señal de debilidad pedirte luego tu consejo, dado que tú eres quien le dio las riendas.

De esto se entiende que si constantemente estás batallando por los mismos asuntos durante un largo período de tiempo, eso puede ser una señal de que tu hijo todavía no está preparado para asumir ciertas responsabilidades o que ya pasó la etapa en la que ese control es apropiado. Observa cuidadosamente a tu hijo antes de exigirle algo. ¿Está preparado teniendo en cuenta su desarrollo? ¿Puede comprender lo que tú deseas? ¿Tus expectativas son prematuras?

Si no estás seguro, déjalo pasar. Olvida la disciplina.

En resumen

Parte de la responsabilidad parental es ayudar a los niños a ser capaces de funcionar independientemente.

Sé un modelo pidiendo consejo. Lo más probable es que tus hijos te imiten.

Asegúrate de transferir responsabilidades a tu hijo en la etapa adecuada de su desarrollo.


Reimpreso con permiso de "Mi hijo, mi discípulo", Editorial Perspectiva


NOTAS:

  1. Ver Rashi sobre Deuteronomio 31:29
  2. Escuché decir a HaGaón Rav Jaim Shmuelevitz zt"l que él sólo tuvo placer de este mundo en dos ocasiones. La primera fue cuando dijo algo que también había dicho Rav Ierujam Levovitz zt"l, entonces Rav Jaim supo que era un verdadero estudiante. La segunda fue cuando uno de sus estudiantes compartió una idea original de Torá que se superponía con una de las ideas de Rav Jaim. Entonces Rav Jaim sintió la alegría de saber que tenía un verdadero estudiante.
  3. Ver Kohelet Rabá 1:2, donde describe los "siete mundos" del desarrollo en la vida. Ver también Alei Shur, volumen 2, pág. 659, para un análisis revelador sobre este tema.
  4. Rav Shlomo Fisher zt"l era el Rosh Ieshivá de la Ieshivá Itri, Jerusalem.
  5. Ver Maharal, Netivot Olam, Netiv HaTorá, capítulo 4, Esta idea complementa el concepto de que fuimos colocados en este mundo para elegir correctamente. Nuestra capacidad de hacerlo es la esencia de la vida humana. Sin embargo, esta independencia precisa una etapa de "aprendizaje", cuando la persona joven aprende de aquellos mayores y más sabios cómo tomar las decisiones. Los padres son sus primeros guías, y por lo tanto, en esencia lo preparan para la vida.
  6. Ver Beer Mejokek (págs. 203-204) donde el autor, Rav Mordejai Katz (1894-1964), Rosh Ieshivá de Telz, señala que Dios permitió al pueblo judío espiar la tierra de Canaán a pesar de que Él sabía que las consecuencias serían muy graves.
  7. Uno de los grandes educadores de nuestra generación, Rav Shlomo Wolbe es el autor de la ampliamente aclamada obra de dos volúmenes, Alei Shur.
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