Los Tuneles del Kotel
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Cada uno de nosotros es parte del todo, todos somos responsables el uno por el otro.
Es asombroso que esta pequeña nación, el pueblo judío, haya sobrevivido. Pero no sólo ha sobrevivido, sino que ha tenido el impacto más profundo en la civilización. Los seis pilares para un mundo perfecto provienen del pueblo judío. El mundo era un lugar muy diferente, ética y moralmente, miles e incluso cientos de años atrás. La piedra fundamental de la visión utópica que la mayoría de la humanidad ha aceptado proviene del pueblo judío.
Irónicamente, hoy muchos judíos piensan que el judaísmo es irrelevante.
¡Pero mira lo que los judíos le han dado al mundo! Los judíos necesitan darse cuenta de que tienen mucho por lo que estar orgullosos: el impacto del judaísmo en el mundo con los valores que comprenden la base de la civilización. Orgullo no es arrogancia. Orgullo es auto-respeto justificado.
Pero enorgullecerse del pasado no es suficiente. El mundo todavía no es perfecto, y sigue habiendo mucho por hacer. El judaísmo nos enseña que no tienes que ser Moshé o el Mesías para hacer una diferencia. Cada persona es única, todos podemos hacer nuestra contribución única para transformar al mundo en un lugar mejor.
Había una vez un afiche de un niñito poco agraciado. Debajo de la foto, decía: “Sé que no soy un desecho, porque Dios no hace desechos”. Ninguno de nosotros es un “turista” en este planeta. Todos tenemos un rol activo.
Maximiza tu potencial y pon tu firma singular en el mundo.
La Luz de la Torá
El judaísmo enfatiza que la educación es una herramienta esencial para obtener la habilidad de asumir responsabilidad por el mundo. No puedes representar al pueblo judío a menos que conozcas lo que el pueblo judío representa. La ignorancia es nuestro enemigo más grande. La ignorancia no sólo causa asimilación, sino también la incapacidad para cumplir con la misión judía.
La Torá provee esta educación, instruyendo cómo convertirnos en un modelo para el mundo, una “luz para las naciones”. Aprender Torá te pone en ese camino.
La causa principal de los problemas del mundo es la falta de valores. ¡Piensa cuán diferente podría ser el mundo si estuviese lleno de personas que creyeran y vivieran de acuerdo al valor de la vida, la paz y la armonía, la justicia y la igualdad, la educación, la familia, la responsabilidad social y el amor! Sé una luz viviendo de acuerdo a los valores que apoyas. Entonces, todos y cada uno de nosotros podrá servir como modelo para los otros seres humanos.
Unidad judía
Sin importar cuánto nos mejoremos, ni cuánto crezcamos hacia nuestro potencial, no podemos cambiar el mundo por nosotros mismos. Debemos darnos cuenta de que cada judío es parte de un todo, de que cada judío es responsable por los demás. Cada judío es una pieza de un rompecabezas increíblemente poderoso, cuya completitud crea una entidad: el pueblo judío. Tikún Olam – perfeccionar el mundo – es un proyecto colectivo demasiado grande como para realizarlo solo.
Una canción popular israelí dice: “Cada uno de nosotros es una pequeña luz, pero juntos brillamos mucho”. Como una “luz para las naciones”, el pueblo judío puede iluminar con la belleza de las ideas y los valores judíos. Cuando esto ocurra, el mundo entero dirá: “Así queremos ser”.
Sin embargo, sin respeto mutuo ni unidad judía, es imposible alcanzar este objetivo.
Construyendo Una Nueva Realidad
Todo esto suena como un sueño irrealizable. Pero recuerda cómo Abraham, resistiendo solo frente a un mundo hostil, cambió el mundo.
El primer Primer Ministro de Israel, David Ben Gurión, hizo una afirmación asombrosa: “Un judío que no cree en los milagros no es realista”.
Si hay algo que la historia nos enseña sobre el pueblo judío, es que todo es posible.
Cuando el pueblo judío se una y se comprometa con sus valores, logrará la bella visión mesiánica por la que hemos estado esforzándonos durante los últimos 4.000 años.
El profeta Mija describe su visión de cómo se verá el mundo cuando toda la humanidad esté unida en paz, hermandad y amor:
Y la montaña de la casa de Hashem será establecida en la cima de las montañas, y será exaltada por sobre las colinas, y la gente fluirá hacia ella. Y muchas naciones dirán: “Vamos, déjennos subir a la montaña de Hashem, la casa del Dios de Yaakov; y Él nos enseñará Sus caminos, y caminaremos en Sus sendas”. Porque de Sión saldrá la ley, y la palabra de Hashem de Jerusalem.
Y Él juzgará entre los pueblos y decidirá respecto a poderosas naciones lejanas y ellas cambiarán sus espadas por arados y sus lanzas por tijeras de podar. Ninguna nación levantará su espada en contra de otra y tampoco aprenderá sobre guerra. Sino que se sentarán, cada hombre bajo su parra y bajo su higuera. Y nada los hará temer, porque la boca del Señor de las Huestes ha hablado (Mija 4:1-4).
Únete a nosotros en esta histórica misión. Da el siguiente paso.
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Este ensayo está adaptado de “Mundo Perfecto: El Impacto Judío en la Civilización” (WorldPerfect: The Jewish Impact on Civilization). En esta notable obra, el rabino Ken Spiro analiza 4.000 años de historia humana para mostrar cómo los valores éticos y morales occidentales provienen de la Torá.
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