¿Por qué los judíos ortodoxos no pueden ser normales como todos los demás?

En el último tiempo, algunos lectores de Aish me formularon la siguiente pregunta: ¿Por qué los judíos observantes no pueden ser normales? ¿Por qué tienen que cumplir esas mitzvot (mandamientos) anticuadas que los hacen resaltar y verse tan diferentes?

Hoy recibí un link para un video que está dando vueltas de un amigable piloto judío de American Airlines que saluda a sus pasajeros cuando bajan del avión luciendo tefilín (filacterias) en medio de la cabeza.

Para resumir una larga historia, un rabino de Jabad estaba en el vuelo y le preguntó si quería ponerse tefilín y hacer una mitzvá. Él accedió y se los colocó cuando aterrizaron. Muy bello. Pero no podemos dejar de preguntarnos qué pensaron todas esas personas que estaban desembarcando… "¿Qué es lo que tiene este piloto en la cabeza?".

Para responder a esta pregunta, me gustaría compartir con ustedes una idea.

En hebreo, la palabra mitzvá (mandamiento) comparte la misma raíz que la palabra tzavta, que significa 'junto con', o 'en equipo con', es decir, conexión. Hacer una mitzvá no es simplemente hacer un buen acto; es un vehículo para acercarse y conectarse con el Creador.

¿Cómo logra esto la mitzvá?

El Zóhar, el principal libro de misticismo judío, dice que cuando Dios creó el universo, primero observó la Torá. La Torá es el plano de la creación. Esta es una idea muy profunda.

Un masivo rascacielos es la máxima manifestación de un plano sumamente detallado. El plano, que es previo a la construcción, es un microcosmos del edificio. Y antes del plano, existió una idea que tomó forma en la mente del arquitecto. Y antes de que existiera la mera idea del rascacielos, estaba el arquitecto mismo, que es la fuente del rascacielos en este ejemplo.

La Torá, como el plano de la creación, es un microcosmos del universo. El mundo y todo lo que hay en él es un reflejo de la Torá: es la manifestación externa de la Torá que existió antes de que existiera un universo. Y antes de la Torá, estaba "El Arquitecto", el Creador que es la base fundamental de todo. El arquitecto es Dios.

Podemos comparar esto con las famosas muñecas rusas, donde cada muñeca es una réplica de la muñeca previa. La primera muñeca, la principal, que es la fuente de todo, es Dios. La siguiente muñeca es la Torá, el plano que puede describirse como la "mente" de Dios. La siguiente muñeca es el universo, que es un reflejo de la Torá.

La última muñeca, la más pequeña, eres tú. Tu objetivo es transformarte en un "microcosmos" o una "versión a escala" de la muñeca principal y encajar perfectamente en tu lugar, asemejándote a Dios. ¿Cómo? Aprendiendo y personificando la Torá, al representar sus valores, que son una expresión del Creador, logras asemejarte a Él y de esta manera te apegas a Él.

Los mandamientos no son rituales sin sentido, ni son sólo buenos consejos que puedes recibir de cualquier libro de autoayuda. La Torá es la matriz, el código fundamental, el plano de la realidad, y cuando cumples una mitzvá te estás conectando con la Fuente de la existencia.

Si la Torá fuera sólo otro libro de autoayuda, simplemente uno más antiguo que sigue teniendo récord de ventas, entonces no habría ninguna razón para no actualizar sus palabras y obtener una edición más moderna, más en sincronía con las tendencias actuales, o descartar aquello con lo que no puedes relacionarte.

Pero la Torá es la realidad, porque surge de una fuente Infinita, incambiable. Por eso es inmutable y nunca queda fuera de moda. Cada palabra es un portal a una fuente de profunda sabiduría. Sí, algunos mandamientos pueden parecer raros o diferentes (en especial si nunca antes viste a nadie con tefilín), pero eso se debe a nuestra propia falta de entendimiento.

Al describir la Torá, la Mishná en Pirkei Avot dice: "Dala vuelta para un lado y para el otro, porque todo está en ella" (5:2). Por lo tanto, la próxima vez que veas algo raro en el judaísmo, utiliza esto como una oportunidad para explorar su significado más profundo y extraer parte de la sabiduría judía que está esperando a ser descubierta por ti. Y esto a su vez te ayudará a expandir tu definición de lo que es normal.