El plato del Séder: una guía para todos los recuerdos que nos unen

Es la noche de Pésaj y la tía Berta se cruza por encima tuyo descuidadamente para agarrar un pedazo de rábano picante exhibido en el plato del Séder frente a ti. Mientras ella levanta la raíz picante demostrativamente (como demanda el ritual del Séder), trocitos de rábano caen en tu dirección, y te preguntas: ¡¿Qué tiene esto que ver con Pésaj y porque tengo que comerlo?!”.

Y tu reacción es precisamente el punto… todo está hecho para que hagamos preguntas reales sobre el que posiblemente fue el momento más definitivo en la historia judía y cómo se relaciona con nosotros. El Séder y más específicamente el plato del Séder, sirve como "utilería comestible" para contar esa historia. Cada elemento de la mesa tiene un gran potencial de crear recuerdos sensoriales e inspirar conversaciones espectaculares.

¿Qué hay en el plato del Séder?

Karpas: 

Tradicionalmente perejil, pero puede ser cualquier verdura. Considéralo como una invitación de apertura en la noche de preguntas comestibles ya que esta es la primera comida que ponemos en nuestra boca. El Karpas es verde, lo cual nos recuerda la primavera, la estación de renovación, cuando ocurrió el Éxodo.

Tomamos una cantidad muy pequeña para tentar a nuestro paladar, pero primero lo untamos en agua con sal, la cual nos recuerda las lágrimas saldas de la esclavitud. Para llegar a la primavera, primero tenemos que vivenciar el invierno anterior.

Jaroset:

¿Qué es esa cosa pastosa y dulce te preguntas? La textura de esta salsa especiada con canela se parece a la argamasa que usaban nuestros antepasados cuando eran esclavos en Egipto. Se muelen juntas nueces y manzanas y se mezclan con vino para crear una consistencia como de argamasa. Y aunque casualmente es delicioso ponerlo sobre la matzá, en realidad usamos la dulzura para moderar la amargura del Maror (untándolo y sacudiéndolo).

Maror: 

Una hierba amarga, para recordarnos la amargura de la esclavitud. En mi familia, nuestra tradición era usar rábano picante rallado para la hierba amarga. Mi padre solía comer tanto que las lágrimas corrían por sus mejillas mientras se ponían color rojo como betabel (betarraga). Él sonreía y decía “Ay, eso es tan rico”. Yo nunca entendí como él podía disfrutar el sufrimiento. Realmente, era experiencial para él. En el Séder, actuamos y nos ponemos incluso por un momento en los zapatos de nuestros ancestros. Y cuando lo hacemos, el sabor se queda de un año hasta el otro, conectándonos a través de las generaciones. Cuando él probaba el maror, el revivía cada Pésaj que podía recordar con familia y se sentía alegremente conectado. Eso y también le encantaba la comida picante.

Jazeret:

Otro tipo de hierba amarga, lo más común es lechuga. El Talmud discute muchas formas de hierbas amargas que pueden usarse en el Séder. A nosotros los judíos nos encanta debatir y tener un segundo tipo en la mesa que satisface todas las opiniones. De forma similar, todos los “debates” de un lado para otro entre rabinos mencionados en la Hagadá – no son discusiones arbitrarias sino más bien están ahí para ayudar a estimularnos a discutirlo y llegar a un mejor entendimiento.

Beitzá (un huevo asado):

Hace mucho tiempo en la época del Templo (hace como 2000 años), había muchos tipos de ofrendas que se llevaban para observar Pésaj. El huevo simboliza la ofrenda que llevábamos en cada festividad. En mi familia, servimos huevos cocidos al comienzo de la cena para tomar conciencia de esto.

Zroa (hueso asado):

Una de las tres comidas simbólicas principales del Séder (recibe su propio párrafo en la Hagadá junto con la Matzá y el Maror), el hueso de pierna es también una representación de una ofrenda que ya no podemos llevar sin la existencia del Santo Templo – llamada el sacrificio de Pésaj. Cada año después del éxodo de Egipto, Pésaj se conmemoraba asando a un cordero que se comía en casa hogar. De esta forma, recordábamos aquella noche cuando Dios pasó las casas de los judíos en Egipto mientras Él mataba a los primogénitos en todas las casas egipcias. Esa noche los judíos marcaron sus puertas y dinteles con sangre de un cordero (una jugada bastante riesgosa dado que el cordero es considerado un dios egipcio) y se quedaron seguros adentro. Hoy en día, usamos un hueso asado en vez.

Matzá:

¿El pan de la aflicción o el pan de la libertad? Bueno, en realidad las dos. Estábamos tan apurados por salir de Egipto que no tuvimos tiempo de hornear pan – panes planos tendrían que ser suficientes en nuestra salida de la esclavitud. La galleta favorita del judaísmo es el ingrediente secreto para tener una vida libre. ¿Cómo pasamos nuestro tiempo? ¿Estamos en control o esclavizados?

¿Qué es el “sándwich de Hillel”? Después de completar la degustación de maror y matzá, hay una cosa más por hacer antes de llegar a nuestra sopa con kneidalej…el misterioso sándwich de Hillel llamado Korej. Hillel vivió durante la época del Templo y su práctica era comer matzá, maror y sacrificio de Pésaj todos juntos en una sola vez… lo cual suena bastante bien para mí. Sandwich de shwarma de cordero? En un nivel más profundo, Hillel estaba enseñado una valiosa lección: podemos disfrutar los beneficios de la libertad (matzá) pero solamente cuando podemos unirla con nuestras experiencias colectivas de esclavitud (maror) podemos desarrollar gratitud por las bendiciones y milagros en nuestras vidas; para llegar aquí tenemos que venir de allí. Al reflexionar y recordar, desarrollamos una sensibilidad y empatía hacia otros menos afortunados y esa es la lección que todos debemos llevarnos. Ahora el Séder concluye y es momento para la carne. ¡Ciertamente ya todos tenemos hambre!

Este Pésaj intenta acceder a los sabores del Séder de forma significativa. Haz preguntas sinceras y busca formas de pasar estas viejas tradiciones a la nueva generación de forma relevante.

Y, para una nueva versión de gefilte fish prueba esta receta de Tortitas de pescado con hierbas y salsa de rábano picante y limón de mi nuevo libro, The Giving Table.