6 datos sobre el jametz

16/04/2024

3 min de lectura

En Pésaj, limpiamos nuestras casas, y nuestras vidas, de jametz. Pero, ¿qué es jametz?

Uno de los mandamientos principales de Pésaj es no comer jametz. ¿Qué es exactamente jametz? Aquí hay cinco datos que debes conocer sobre el jametz.

1. Jametz puede ser de cinco clases de granos

El jametz puede ser de los cinco granos: trigo, espelta, cebada, centeno o avena. Si cualquiera de estos granos se mezcla con agua y se lo deja reposar durante 18 minutos o más, se convierte en jametz.

En teoría, si una porción de trigo, espelta, cebada, centeno o avena nunca tocó agua desde el momento en que fue cosechado, entonces no es en absoluto jametz. En la práctica, es casi imposible comprar uno de estos granos y que no sea jametz, ya que el proceso de cosecha, almacenamiento, procesamiento y envasado del grano implica inevitablemente que se introduzca alguna clase de humedad por el camino. Cada vez que compramos un paquete de harina, avena instantánea o similar, estamos comprando algo que ya es jametz.

(Los artículos especiales para Pésaj: matzá, mezclas para Pésaj, etc. se hacen con granos que fueron cuidadosamente controlados y almacenados en instalaciones kasher para Pésaj, y nunca estuvieron expuestos a la humedad que está presente en los procesos convencionales de fabricación que convierten al grano en jametz).

2. Durante Pésaj no podemos comer ni poseer jametz

Una de las instrucciones centrales de la Torá para Pésaj es la orden de limpiar nuestras casas de todo jametz. "Durante un período de siete días comerán matzot, pero en el día previo eliminarán el jametz de sus casas, pues cualquiera que comiera jametz … esa alma será cortada de Israel" (Éxodo 12:15).

Este pasaje recuerda la noche previa al éxodo de Egipto, cuando Dios instruyó a cada casa judía sacar todas las masas y granos, y comer una comida especial de matzá, hierbas amargas y cordero asado. Cada año, recreamos esta comida en nuestro Séder de Pésaj, después de habernos asegurado que nuestras casas, al igual que las de nuestros ancestros judíos, están libres de jametz. (Lo mismo rige para nuestros autos, oficinas y todas nuestras pertenencias).

Antes de que comience Pésaj, muchos judíos venden su jametz a un no judío, para que no quede en su posesión ni una miga de jametz durante la festividad. Por lo general, estas ventas las arreglan los rabinos de las congregaciones. Para participar de la venta, ponte en contacto con tu rabino local.

3. El jametz y el orgullo

La Hagadá de Pésaj se refiere a la matzá como el lejem oni, el pan de la pobreza. En el pensamiento judío, esto simboliza humildad y autodisciplina, un compromiso con el pueblo judío y con objetivos más grandes que nosotros mismos. El gran sabio del siglo XII, el Rambán, nos alienta a eliminar todo el jametz "de nuestras mentes" así como de nuestros hogares, aprovechando la oportunidad que nos brinda Pésaj para examinar nuestras vidas y comrpometernos por completo con los demás.

A pesar de que el jametz contiene los mismos ingredientes que la matzá (grano y agua), los productos jametz están leudados, llenos de aire, y muy a menudo contienen también otros ingredientes. Esto simboliza el orgullo humano. En Pésaj, trabajamos para superar nuestro ego y el egocentrismo y para volver a la esencia pura de lo que somos.

4. La noche previa a que comience Pésaj buscamos el jametz

La noche previa al comienzo de Pésaj se acostumbra a buscar en nuestros hogares, a la luz de una vela, cualquier jametz que podamos haber pasado por alto. Muchas familias esconden por la casa diez trozos de jametz y luego los buscan con una vela, una pluma, una cuchara de madera y una bolsa (para meter adentro el jametz que se encuentra). Es un antiguo ritual y también muy divertido.

A la mañana siguiente, cuando faltan pocas horas para el Séder, algunas familias queman al aire libre el jametz que han encontrado en su búsqueda. Otros simplemente lo envuelven en una bolsa y lo tiran.

5. El jametz que pasamos por alto se convierte en "polvo".

En la mañana del Séder, unas pocas horas antes de que comience Pésaj, se costumbra a renunciar a la propiedad de los últimos trozos de jametz que hayamos pasado por alto. La fórmula tradicional es la siguiente: "Todo jametz que esté en mi posesión, lo haya reconocido o no, lo haya visto o no, lo haya retirado o no, será como si no existiera y se convertirá en algo sin dueño, como el polvo de la tierra".

6. Las prohibiciones relacionada al jametz no terminan con Pésaj

Una vez que termina Pésaj, nuevamente tenemos permitido comer y poseer jametz, con una importante condición: que ese jametz no haya pertenecido a un judío durante Pésaj. Por lo tanto es importante tomar conciencia en las semanas posteriores a Pésaj cuando compramos alimentos que contienen las cinco clases de granos.

Este Pésaj, puedes eliminar todo el jametz de tu vida, tanto físicamente en tu casa, como espiritualmente en tu perspectiva. ¡Que tengas un feliz Pésaj!

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