A la sombra del comandante de Auschwitz

05/06/2024

10 min de lectura

Un nuevo documental presenta a la familia de Rudolf Hoss, quien fue retratado en "Zona de interés".

En la película ganadora del Oscar, Zona de interés, la joven familia del comandante de Auschwitz Rudolf Hoss vive justo fuera de los portones de Auschwitz, ajena a los horrores que ocurren en el interior. Mientras rodaban esta película en Auschwitz, un grupo más reducido de cineastas, entre los que se encontraban miembros de la familia de Rudolf Hoss, también estaban trabajando en el lugar. El hijo de Hoss, Hans-Jurgen Hoss, volvía por primera vez a visitar el hogar donde vivió en su infancia.

Su historia se relata en La sombra del comandante, un nuevo documental que une a Hoss con Anita Lasker-Wallfisch, una prisionera judía de Auschwitz que luchó para sobrevivir del otro lado de la cerca. La película también nos presenta a la hija de Anita y al hijo de Hans Jurgen.

"Me sorprendió un poco que no se acercara el equipo de filmación de Zona de Interés", explicó la directora de La sombra del comandante, Daniela Volker en una entrevista con Aishlatino.com. La sombra del comandante culmina con un encuentro sin precedentes e increíblemente emotivo entre los participantes del film.

Rudolf Hoss, comandante de Auschwitz

Rudolf Hoss, el comandante de Auschwitz, se cierne sobre la película. Hoss, un nazi fanático que fue condenado por asesinato a 23 años de prisión (y luego fue indultado), se unió a las SS y trabajó en los campos de concentración de Dachau y Sachsenhausen antes de ser nombrado responsable de Auschwitz en 1940. La sombra del comandante documenta cómo se le ocurrió la idea de usar el gas venenoso Zyklon B para matar a un gran número de judíos y de otros prisioneros. Él explicó que usando Zyklon B era más fácil matar a grandes cantidades de personas que fusilándolas, ya que eso "habría supuesto una carga demasiado pesada para los hombres de las SS que debían llevarlo a cabo, especialmente por las mujeres y los niños que había entre las víctimas".

Rudolf y Hedwig Hoss con su familia

Hoss instaló a su esposa Hedwig y a sus tres hijos dentro de la Zona de interés, una gran zona residencial fuera del campo principal de Auschwitz. Allí vivieron una vida lujosa. En el documental, Hans Jurgen, el hijo de Hoss, y la hija Brigitte, recuerdan a su padre como un hombre amable y gentil. "Creo que Hans Jurgen ha suprimido sus recuerdos", señaló la directora Daniela Volker. "Él estaba tratando de evitar enfrentar esta espantosa herencia familiar".

Cuando las fuerzas aliadas se acercaban a Auschwitz, la familia Hoss huyó y se escondió. Hedwig y los tres niños se fueron a un pintoresco pueblo en la campiña alemana mientras que Rudolf Hoss trabajaba con un seudónimo. Él fue arrestado en 1946 por las fuerzas británicas y testificó en los Juicios de Núremberg, donde fue declarado culpable por crímenes contra la humanidad y sentenciado a muerte.

Durante el juicio, Rudolf Hoss emitió una declaración jurada en la que confirmaba sus crímenes: "Declaro bajo juramento que entre los años 1941 y 1943, durante mi mandato como comandante del campo de concentración de Auschwitz, dos millones de judíos fueron asesinados usando gas y medio millón por otros medios. Rudolf Hoss, 14 de mayo de 1946".

Rudolf Hoss en los Juicios de Núremberg

Antes de su ejecución en 1947, Hoss escribió sus memorias, describiendo su vida y la de su familia durante ese tiempo en la lujosa residencia de las SS en Auschwitz. Sus palabras "me dejaron absolutamente anonadada", declaró Daniela Volker. "Yo no tenía idea de la mitad de las cosas de las que él hablaba". Ella usó ese estremecedor documento, en el que Hoss describe a los prisioneros de Auschwitz actuando como sirvientes de su familia y el hecho de que no había forma de mantener en secreto del público lo que ocurría dentro de Auschwitz, por lo que obviamente sabían lo que pasaba adentro, como una forma de empezar a despojarse de décadas de ofuscación y negación.

Anita Lasker Wallfisch: una prisionera de Auschwitz

Mientras la familia Hoss disfrutaba de una vida de opulencia fuera de Auschwitz, Anita Lasker Wallfisch se estaba muriendo de hambre, congelándose, trabajando más allá de sus fuerzas y completamente aterrorizada. Anita nació en una culta familia musical en Breslau, y era una dotada cellista, un talento que le salvó la vida. Ella recuerda la erupción de antisemitismo que la envolvió cuando era una niña: "Los niños me escupían en la calle y me gritaban judía sucia. Yo no entendía realmente lo que estaba pasando. Uno sólo tenía que aceptar que era diferente; que no pertenecías a la raza superior".

Anita Lasker Wallfisch

En Auschwitz, Anita fue asignada a la orquesta de prisioneras. "Mientras los alemanes quisieran una orquesta, era contra productivo matarnos. Nuestra tarea consistía en tocar cada mañana y cada noche en la entrada del campo para que los comandos de trabajo que salían y regresaban marcharan de forma ordenada al ritmo de las marchas que interpretábamos. También estamos disponibles en todo momento para tocar para los miembros de las SS que venían a nuestro bloque y querían escuchar un poco de música después de mandar a asesinar a miles de personas". Anita sentía que cada momento en Auschwitz podía ser su último instante de vida, la muerte podía llegar en cualquier momento.

Después de la liberación, Anita se fue a vivir a Londres y se casó con otro sobreviviente, Peter Wallfisch. Tuvo dos hijos y construyó una exitosa carrera musical. Su hija Maya Lasker Wallfisch, aparece en La sombra del comandante. "Uno de los hermanos heredó las manifestaciones del trauma", explicó Maya a Aishlatino.com. Maya se trasladó a Alemania hace cinco años tratando de recuperar lo que, según ella, debería haber sido su vida "real" si sus padres no se hubieran visto obligados a huir. Uno de los aspectos más conmovedores del documental es la forma en que muestra a Maya y a su anciana madre Anita colaborando durante los muchos años que pasaron trabajando juntas en la película, compartiendo recuerdos y forjando otros nuevos.

Heredar el trauma

"Aunque nunca creí que mi madre no me quisiera, ella no estaba presente de ninguna manera", explicó Maya Lasker Wallfisch. "No estaba disponible". Las espantosas experiencias de Anita durante el Holocausto atrofiaron su relación. "La intimidad no es algo que mi madre sepa mantener. Así que siempre tuve la profunda sensación de que algo estaba mal en mí". Maya es psicoterapeuta y ella señala cómo se heredan los traumas en la familia.

"En mi propio mundo interior, hay días en los que estoy completamente dominada por el pasado". La sombra del comandante muestra a Maya instalándose en su nuevo hogar en Alemania, recuperando algo que los nazis no sólo les robaron a sus padres sino también a ella. En una escena conmovedora de la película, Maya visita un cementerio y desde allí se conecta por FaceTime con su madre. Juntas revisan también viejos documentos familiares.

Hans Jurgen Hoss y su hijo, Kai

Sin embargo, cuando Maya invitó a su madre Anita a visitar con ella Auschwitz, Anita se negó. "Tu Auschwitz no es mi Auschwitz", dice Anita en uno de los momentos más emotivos de la película.

Trabajar sobre el documental ayudó a que Maya y su madre se acercaran. "Supongo que tal vez tuvimos más conversaciones honestas sobre mi vida y lo que ocurrió. Ella reconoció cómo fue la realidad en la que crecí y nos perdonamos mutuamente", dijo Maya a Aishlatino.com.

El encuentro con el hijo y el nieto de Rudolf Hoss en Alemania

La sombra del comandante registra los encuentros de Maya con el hijo y el nieto de Rudolf Hoss, y muestra cómo van entendiendo gradualmente la magnitud de los crímenes de Rudolf Hoss.

Hans Jurgen Hoss, el hijo de Rudolf Hoss, recuerda que creció al lado de Auschwitz. "Fue donde pasé la mejor parte de mi vida", dice. Durante el rodaje del documental, Hans Jurgen leyó por primera vez las memorias de su padre y su contenido lo impactó. Él asegura que recuerda a su padre como un hombre amable y cariñoso e insiste en que no puede haber sabido nada sobre el genocidio de millones de judíos y otras personas que tenía lugar en Auschwitz. El espectador del documental puede ver cómo el anciano Hans Jurgen comienza a replantearse su visión de su padre y de toda su infancia.

Maya Lasker Wallfisch, Kai Hoss y Hans Jurgen Hoss visitan el campo de exterminio Birkenau

Después de leer las memorias, Hans Jurgen, junto con su hijo Kai Hoss y Maya Lasker Wallfisch, visitan Auschwitz. Su primera parada es la antigua casa de la familia Hoss. Hans Jurgen nos muestra la bella casa y nos describe dónde solía jugar. Visitan el campo de prisioneros al otro lado de los muros, donde "trabajaba" Rudolf Hoss. El contraste es chocante. Para su crédito, el anciano Hans Jurgen no evade estos difíciles encuentros y se esfuerza por expresar con palabras las intensas emociones que siente a medida que va descubriendo los crímenes de su padre.

Asumir el legado de la familia Hoss

Cuando se rodó el documental, Hans Jurgen llevaba 55 años sin haber visto a su hermana mayor, Inge Brigitt. (También tienen otro hermano vivo, Rainer, que no aparece en la película). Hans Jurgen viajó con la directora Daniela Volker a los suburbios de Washington DC, donde vivía Inge Brigitt. (Ella falleció después de que completara La sombra del comandante).

Inge Brigitt, una ex modelo, es una anciana serena y enérgica que insiste categóricamente en que sus padres eran personas cariñosas y amables en todas las situaciones. En una entrevista anterior, ella había insistido en que los prisioneros de Auschwitz que trabajan en la casa y en los terrenos de su familia "siempre estaban muy contentos" y que llamaban a su madre "el ángel de Auschwitz", porque ella "simplemente era una buena persona".

En La sombra del comandante, Inge Brigitte redobla su encubrimiento del pasado. Ella no está segura de que el Holocausto realmente haya sucedido, y menos tal como lo cuentan los libros de historia. ¿Realmente murió tanta gente", se pregunta. Si es así, ¿por qué hay tantos sobrevivientes? Su insensibilidad es chocante y contrasta con su hermano, quien está dispuesto a aprender todo lo que puede sobre las acciones de su padre.

"Me llevó dos años llegar al punto de poder hablar con Inge Brigitt", recuerda Daniela Volker. Cuando Inge Brigitt expresó por primera vez sus dudas sobre la realidad del Holocausto, Daniela pensó que se había expresado mal y le dio oportunidades para cambiar sus comentarios. "Volví a preguntárselo, no quería ser injusta. Pero fue extraordinario que quisiera compartir sus pensamientos de negación del Holocausto. Estos comentarios quedaron en la película, tal vez las últimas palabras que pronunció sobre el espantoso legado de su padre.

Un centro moral de la película es el hijo de Hans Jurgen Hoss, Kai, el nieto de Rudolf Hoss. Aunque Kai no conoció a su abuelo nazi, él pasó gran parte de su vida analizando qué significa estar estrechamente relacionado con un hombre que mató a millones de judíos. Kai trabaja como pastor en Stuttgart. Su iglesia asiste a muchos militares estadounidenses de una base militar cercaba, y él habla inglés con el acento del sur de los Estados Unidos.

Anita Lasker Wallfisch

En la película, se lo ve hablando a su congregación y diciéndoles que reconoce los espantosos pecados de su familia. Él cita Deuteronomio: "Yo soy… Dios, que toma en cuenta la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación" (Deuteronomio 5:9). Kai siente estas palabras de forma muy personal. No tiene respuestas sencillas respecto a qué significa ser el nieto de un asesino en masa, pero la pregunta lo consume.

Una sobreviviente del Holocausto invita a su hogar a los descendientes de un nazi

El clímax de La sombra del comandante tiene lugar cuando Maya Lasker Wallfisch llama por teléfono a su madre Anita en Londres y le pregunta si ella también quiere conocer a la familia de Hoss.

"Nunca antes hemos visto esto", señala la directora Daniela Volker. Ella cree que esta es la única vez que el hijo de un nazi de alto rango visitó el hogar de un sobreviviente de Auschwitz.

"Anita invitó a Hans Jurgen a su hogar y se encontró con él, rodeada de fotografías de sus padres y otros familiares en las paredes, todos ellos asesinados por el padre de Hans Jurgen. "No tengo nada en contra de encontrarme con el hijo de Hoss", dijo Anita antes de invitarlos a visitarla.

"Fue aterrador., La noche previa pensaba: ¿qué es lo que he hecho?", recuerda Maya. "Esto no podía predecirse ni planearse. Tenía que llegar y ver qué ocurría".

Anita Lasker Wallfisch, Maya Lasker Wallfisch, Kai Hoss y Hans Jurgen Hoss se encuentran en el departamento de Anita durante el rodaje de "La sombra del comandante".

Cuando Anita Lasker Wallfisch y su hija Maya reciben a Hans Jurgen Hoss y Kai, Anita señala la increíble ironía de ese momento. El hijo del mismo comandante que asesinó a sus amigos y parientes y que tenía poder sobre su vida en cada segundo de cada día, estaba sentado en su hogar, pero es una figura muy diferente de la que encontramos al principio de la película. Después de descubrir tanto sobre su brutal padre, Hans Jurgen es un hombre cambiado. Él le agradece a Anita por haberlo invitado.

Es un momento conmovedor, y la directora Daniela Volker sabiamente nos permite observar la cortesía que comparten estas dos personas muy mayores mientras charlan y miran juntos fotos viejas. Maya describe la invitación de su madre como una "magnífica generosidad" y espera que los espectadores se vean inspirados por su ejemplo.

El incremento del antisemitismo

El documental estaba en sus etapas finales de producción cuando Hamás llevó adelante su ataque del 7 de octubre del 2023. Maya, que seguía viviendo en Alemania, sintió que los sentimientos antijudíos crecieron mucho más y cree que las lecciones de La sombra del comandante hacen falta ahora más que nunca.

"La vida ha cambiado profundamente", señala Maya. "Siempre tuve presente la existencia de una tendencia inconsciente en Alemania antes del 7 de octubre, es una de las cosas con las que me he enfrentado al mudarme a vivir aquí: el antisemitismo inconsciente. Ahora no es tan inconsciente. Antes no sentía miedo. Ahora lo siento".

Maya dejó de usar la cadena con el Maguen David que heredó de su tía Renata, quien murió en el Holocausto, y señala que siente que eso es como un robo por parte de quienes la odian y pretenden hacerle daño.

Daniela Volker también se sorprendió ante el aumento del odio antijudío en su Alemania natal. Eso le recuerda las historias sobre la Alemania nazi que le contó Anita. "Lo que me impresiona es que muchas de las cosas que Anita dijo antes del 7 de octubre adquirieron un nuevo significado. Fueron casi premonitorias. Ella dijo que los judíos no están fuera de peligro. Yo no pude entenderlo hasta que todos lo vimos transmitido en directo".

Daniela Volker en la presentación del documental en Nueva York

"La opinión de Anita es que el Holocausto es algo que no puede ponerse junto a otros genocidios", explica Daniela. Cada experiencia tiene sus propias raíces, y es crucial aprender del Holocausto que todas las formas de odio a los judíos son erróneas. "Quise dejarla tener la última palabra: los sobrevivientes no estarán siempre disponibles. Ella es alguien que tiene mucho para decir y su intelecto es muy agudo. Quise terminar con sus pensamientos".

El Holocausto comenzó con odio hacia los judíos y aislándolos como el "otro". Eso parece ser lo mismo que ocurre hoy. La sombra del comandante es una dura advertencia respecto a dónde lleva el odio contra los judíos.

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