Seis días harás tus labores, pero en el séptimo día te abstendrás, a fin de que descansen tu toro y tu asno (23:12)

Hay algunos versículos sobre los que Rashi comenta: "Este versículo exige una interpretación", es decir que no se lo puede tomar literalmente. El versículo citado es uno de los que exige interpretación.

El Talmud dice que si una persona observa adecuadamente el Shabat, es como si hubiera observado toda la Torá; mientras que si alguien viola el Shabat es como si violara toda la Torá (Talmud de Jerusalem, Nedarim 3). La Torá repite el mandamiento de observar el Shabat varias veces, y también es uno de los Diez Mandamientos. Sin embargo, si tomamos este versículo literalmente, "a fin de que descansen tu toro y tu asno", parecería que el único propósito del Shabat es proveer descanso a los animales de trabajo. Esto no puede ser verdad. Por lo tanto, debemos buscar otro significado para este versículo, y los comentaristas de la Torá nos lo proveen.

Las autoridades de musar dicen que el toro es el símbolo de la fuerza y la energía, mientras que el asno es el símbolo de la indolencia y la obstinación. Por eso, cuando la Torá desea decirnos que está prohibido el esfuerzo combinado de dos personas o animales que tienen naturalezas diferentes, nos dice: "No ararás con un toro y un asno juntos" (Deuteronomio 22:10. Jinuj, Mitzvá 550).

Tenemos una variedad de cualidades de carácter, de algunas nos enorgullecemos y a otras quisiéramos olvidarlas. Las enseñanzas de jasidut y musar dicen que las cualidades humanas pueden ser canalizadas en canales constructivos. Una persona puede querer negar sus sentimientos de agresión y obstinación. Pero no es necesario negarlos. Más bien, se los debe dirigir hacia objetivos constructivos.

En psicología existe el concepto de sublimación. La teoría es que la mente subconsciente puede redirigir un impulso no aceptable hacia objetivos adecuados. De esta forma, dicen los psicólogos, un astrónomo que mira a través de un telescopio o un científico que mira por un microscopio han convertido un impulso voyerista en una curiosidad constructiva. Aunque la sublimación por cierto es un mecanismo benéfico, no es algo que se logre de forma consciente. La persona no tiene consciencia del origen de su curiosidad científica.

Nuestros éticos dicen que no es necesario negar o reprimir ningún impulso o tendencia. Estos forman parte de nuestra composición fisiológica. Más bien debemos permitirnos tomar consciencia de ellos y redirigirlos conscientemente. Pero esto requiere introspección y autoexamen, algo que la mayoría de las personas tienen poco tiempo para hacer. Estamos demasiado ocupados con nuestras actividades diarias para tomarnos un tiempo para meditar, contemplar y examinar nuestra alma.

El Shabat nos brinda la oportunidad para la introspección. "Seis días harás tus labores, y en el séptimo desistirás". Desistir y evitar todas nuestras actividades habituales. Congelar tus cualidades agresivas, asertivas, indolentes y obstinadas. No dejar que sean manipuladas por mecanismos subconscientes. Permitirles descansar, para poder examinarlas y ver qué podemos hacer con ellas.

De hecho, esta es una función importante del Shabat. Le da a la persona la oportunidad de mejorar su propia espiritualidad convirtiéndose en el mejor ser humano que puede llegar a ser.