Cinco formas de aferrarse a la resiliencia

05/10/2023

4 min de lectura

¿Qué haces después de cruzar la línea de llegada?

Crucé la línea de llegada. Había completado la carrera. Apenas podía respirar, no entendía cómo había logrado correr y seguir adelante el último kilómetro. Doblada en dos, preguntándome si en cualquier momento vomitaría, miraba hacia arriba y veía la pista. Veía el laberinto de colinas y la lluvia helada que seguía cayendo en un torrente furioso desde el cielo.

Todavía escucho la voz incesante en mi cabeza siguiéndome a cada paso del camino, susurrándome que a nadie le importaría si me detenía allí mismo; nadie lo notaría. Pero había otra voz que murmuraba todavía con más fuerza a pesar del fuerte viento; una voz que sabía que había Alguien a quien le importaba y lo notaría. Ese Alguien había preparado cada paso del camino recorrido con todos sus detalles. Cada declive y cada recoveco estaba allí para ayudarme a crecer, a sobreponerme y a conectarme con manantiales de fuerza que ni siquiera sabía que poseía.

Y también Alguien había hecho que la luz atravesara los árboles al amanecer y que me rodeara en un momento de calidez antes de que comenzara la lluvia. Yo me había aferrado a esa luz cuando no podía recuperar el aliento. Me había aferrado a ese momento de calidez cuando el frío se filtraba por todas las capas que con tanto cuidado me había puesto para alejar al dolor. Y cuando finalmente recobré el aliento, había Alguien que seguía mirándome mientras la resiliencia me cubría como una manta hecha de fe.

Miré hacia las montañas y murmuré: "Gracias". Y cuando las últimas luces del día caían a mi alrededor en ondas suaves, me pregunté cómo podía aferrarme a esa resiliencia incluso cuando la línea de llegada comenzara a desdibujarse.

Quédate conmigo sólo un día más… le susurré a la luz que se alejaba.

En su libro Resilience: Hard-Won Wisdom for Living a Better Life, el soldado de los Navy Seals Eric Greitens nos muestra cómo aferrarnos a este crecimiento y resiliencia a partir de las lineas de llegada en todos nuestros caminos. Aquí hay cinco lecciones del libro de Eric respecto a cómo integrar estos momentos de inspiración a nuestras vidas cotidianas.

1. Adopta la práctica diaria de aceptar la incomodidad y dirigirte hacia tu objetivo

"Empieza con esto: no todo el dolor importa. Hay personas cuya atención se desvía constantemente de su propósito y se centra en su dolor, tal como una polilla se ve atraída por la luz. Estas personas, que prestan atención a cada molestia y a cada obstáculo en su camino, por lo general no tienen éxito en sus emprendimientos. En casos extremos, tienen enfermedades mentales. Una persona sana y floreciente, aprende a superar muchas molestias y mucho dolor".

2. Acepta que el miedo es parte del proceso de asumir responsabilidad por tu vida

"Si asumes responsabilidad por cualquier cosa en tu vida, debes saber que sentirás miedo. Ese miedo se manifestará de muchas maneras: miedo a pasar vergüenza, miedo al fracaso, miedo a ser lastimado. Tales miedos son completamente naturales y sanos, y debes reconocerlos como una prueba de que has elegido un trabajo que vale la pena llevar adelante. Cada cambio que valga la pena te inspirará un poco de miedo".

3. Aprende a ver los errores como pasos cruciales hacia el éxito

"Aquellos que son excelentes en su trabajo han aprendido a coexistir confortablemente con el fracaso. La persona excelente fracasa con más frecuencia que el mediocre. Empieza más cosas, ataca más. La maestría vive tranquilamente sobre una montaña de errores".

4. No controlamos todas las circunstancias de nuestra vida, pero podemos controlar cómo nos relacionamos con ellas

"No eres responsable por todo lo que te ocurre. Eres responsable por cómo reaccionas a todo lo que te ocurre. Las personas que piensan que eres débil a menudo te ofrecerán una excusa. Las personas que te respetan te ofrecerán un desafío".

5. La humildad es una cualidad clave que nos permite seguir aprendiendo y perseverar

"Si comienzas con humildad, ves a cada persona como tu maestro. Millones de personas de todas las culturas y en todos los ambientes, crean distracciones y excusas para sí mismas enfocándose en las herramientas en vez de enfocarse en el carácter. Como advirtió Sócrates, ellos prefieren enfocarse en lo que tienen y no en lo que son".

Con estas cinco lecciones de Eric Greiten, podemos aprender a escuchar el susurro de esta última festividad judía, Sheminí Atzeret, cuando Dios nos dice a todos: "Quédate conmigo sólo un día más, y te rodearé una vez más con la resiliencia de las líneas de llegada que has cruzado y te daré fuerza para las que te quedan por delante. Yo sé, tal como sé que hay Alguien que se preocupa por mí y que presta atención a cada elección que tomo, que puedo aferrarme a esa resiliencia cuando continúo tomando elecciones resilientes.

Como escribió Greiten: "Cuando ocurre una transformación real en la vida de una persona, esto por lo general ocurre a través de una evolución y no de una revolución. Cada vez que tomamos la opción de enfrentar nuestro miedo, nuestro carácter evoluciona y nos volvemos más valientes. Cada vez que elegimos movernos a través del dolor en busca de un propósito más grande que nosotros mismos, nuestro carácter evoluciona y nos volvemos más sabios. Cada vez que elegimos movernos a través del sufrimiento, nuestro carácter evoluciona y nos volvemos más fuertes".

Empujamos y seguimos adelante en vez de rendirnos. Enfrentamos el dolor en vez de escondernos de él.

Quédate conmigo un día más y Yo me quedaré contigo... Las líneas de largada vuelven a comenzar...

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