Cuando los años parecen unos pocos días

21/11/2023

3 min de lectura

Vaietzé (Génesis 28:10-32:3 )

Entonces él [Iaakov] dijo: "He aquí que el día todavía es muy claro, no es hora de juntar el ganado. Abreven al rebaño y vayan a apacentarlo" (Génesis 29:7)

Iaakov fue un poco duro al reprender a los pastores. ¿Acaso no era obvio que la piedra que cubría el pozo de agua era tan masiva que eran necesarios muchos hombres para moverla? El Rav de Gur (Imrei Emet) dijo que Iaakov lo sabía, pero su reproche no fue por no tratar de moverla. ¿No era posible que en verdad lo hubieran intentado pero no lo hubiesen logrado? Sí, pero sólo por haber fallado una vez, ¿por qué no volver a intentarlo? ¿Cómo podía saber Iaakov que no lo habían intentado muchas veces? ¿Acaso su reproche estaba justificado?

Rav Samson Rafael Hirsh nos ayuda a entender este episodio al preguntar por qué era necesario cubrir el pozo con una piedra tan enorme. ¿Acaso no podían haberlo cubierto con algo que no fuera tan pesado? Él responde que los pastores sospechaban los unos de los otros, y temían que una cubierta más liviana permitiera que uno de ellos la sacara por sí mismo y que tomara una cantidad mayor de agua para su rebaño. Para evitar eso, hicieron que fuera imposible acceder al agua a menos que todos estuvieran presentes.

Iaakov entendió esto, y razonó que personas que no confían las unas en las otras probablemente también son indolentes y no se esfuerzan. Las cualidades son contagiosas. Por lo general la confianza y la diligencia van de la mano, así como la desconfianza y la pereza. Iaakov supo que ellos ni siquiera habían intentado abrir el pozo.

Incluso en un mundo competitivo, debemos tener fe en que lo que Dios decretó para nosotros nadie nos lo puede quitar. Envidiar el éxito de otras personas porque pensamos que eso tiene lugar a costa nuestra es un rasgo de carácter despreciable, y a menos que nos deshagamos de esta cualidad puede llegar a afectar a otros aspectos de nuestro carácter.

Las cualidades de carácter no existen aisladas. La verdadera fe en Dios y el hecho de alegrarse por la buena suerte de los demás tienden a ir de la mano.

Así, pues, Iaakov trabajó por Rajel durante siete años. Pero a él le parecieron como pocos días debido al amor que sentía por ella (29:20)

Algunos de los comentarios señalan que esto parece ser al revés de lo que generalmente experimentamos. Estar separados de alguien a quien amamos hace que cada día de separación parezca una eternidad. ¿Cómo puede ser que el amor de Iaakov por Rajel hiciera que siete años parecieran unos pocos días?

Estoy en deuda con uno de mis pacientes por ayudarme a entender este versículo. Este joven se estaba recuperando de una adicción al alcohol. Él se había vuelto dependiente del alcohol y la idea de que nunca podría volver a beber le resultaba intolerable. Cuando entró a Alcohólicos Anónimos, le dijeron que no tenía que enfocarse en el resto de su vida, sino enfrentar cada día ese mismo día. "¿Verdad que no es imposible que puedas abstenerte de beber sólo por hoy? Sólo debes enfocarte en lo que puedes hacer hoy. No hay nada que puedas hacer hoy respecto a tu sobriedad mañana, por lo que no tiene sentido pensar en ello".

Este mismo principio lo encontré en las obras de musar. El ietzer hará (la inclinación al mal) nos dice: "¿Qué sentido tiene que trates de observar todas las prohibiciones de la Torá? No es posible que puedas hacerlo por el resto de tu vida. Sin duda transgredirás la Torá para satisfacer tus deseos. ¿Por qué luchar una batalla perdida? ¿Por qué esforzarse y negarte a ti mismo tantos placeres cuando estás condenado a fracasar? Lo mejor es que te rindas ahora mismo". La respuesta al ietzer hará debe ser: "Hoy no tengo que enfrentar el resto de mi vida. Sé que puedo superar esta tentación, y eso es todo lo que me importa. Cuando llegue el mañana, enfrentaré entonces ese desafío".

La traducción literal de este versículo no es "le parecieron unos pocos días". En hebreo, la palabra ajadim implica "días individuales". La demora de siete años hubiera sido demasiado difícil de soportar. Por eso Iaakov no pensó en los siete años, sino que enfrentó cada día a medida que se iba presentando. Él pudo tolerar la carencia hoy, y eso fue todo lo que hacía falta.

Esta es una lección importante para todos. Es habitual que la gente tome "resoluciones para el nuevo año", y estas muy pronto se quiebran. La razón es que un año es un período demasiado largo. La resolución debe ser: "Hoy no voy a enojarme", "Hoy no voy a fumar", o "Hoy cuidaré mi dieta". Reducir los desafíos a pequeños segmentos de tiempo hace que sean mucho más manejables.

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