Decir esta breve plegaria antes de dormir aliviará tu carga psíquica

03/05/2023

3 min de lectura

Cómo dormir mejor, descansar bien y tener una mejor vida.

Hay una plegaria que trato de decir antes de ir a dormir.

Creador del universo. He aquí que perdono a cualquiera que me haya hecho enojar o me haya humillado y a cualquiera que me haya hecho algo malo; ya sea a propósito o por accidente, a través de palabras o con actos, en esta o en otra encarnación. Por favor, no permitas que nadie sea castigado por mi causa.

¿Por qué me atrae esta plegaria?

Antes que nada es un gran somnífero, mucho mejor que cualquier pastilla para dormir. El inconsciente acostumbra a recolectar los diversos desaires y agravios que experimentó a lo largo del día. Ya sabes, el compañero de oficina que se despidió de todos excepto de ti, el espeluznante dueño de un perro que lo lleva en medio de la noche precisamente a tu jardín para depositar lo que sea que quiera, esa clase de cosas. Cuando llega el momento en que estoy lista para acostarme, mi mente está bastante agitada con agravios, lo tenga o no consciente.

En vez de repetirme lo que hubiera podido o debería haber dicho, en vez de alimentar mi rencor, puedo dar un grito cósmico: ¡Están todos perdonados!

En vez de repetirme lo que hubiera podido o debería haber dicho, en vez de alimentar mi rencor, puedo dar un grito cósmico: ¡Están todos perdonados! Y una vez que vacié mi balde de desaires, puedo irme a dormir tranquila.

Pero espera un minuto. ¿Realmente los perdoné?

¿Qué ocurre con la amiga que te dejó plantada y nunca se molestó en llamarte para explicar lo que pasó? No sé si puedo perdonar a todos tan fácil ni tan rápidamente. Pero al menos me siento un poco más tranquila y dispuesta a perdonar esas cosas.

En primer lugar, la plegaria introdujo la posibilidad de que fuera "accidental". Como suelen decir, la mitad de lo que pensamos que es maldad puede atribuirse simplemente a la estupidez. De repente empiezo a pensar sobre la historia de vida de esa persona, las dificultades de su vida, las cosas que no sé que podrían haber hecho que fuera virtualmente imposible que mi amiga llamara para disculparse.

E incluso si el dueño del perro no tiene ninguna excusa para su comportamiento, ¿realmente quiero despertar la ira divina sobre él? La plegaria me pone en contacto con mi propia necesidad primitiva de revancha, desquite o venganza. Entonces puedo decir: eso no es lo que quiero.

Examen de conciencia

A partir de esto, sólo es una cuestión de tiempo hasta que comienzo a reflexionar: ¿A quién insulté, ignoré, subestimé, juzgué mal, empujé o golpeé en mi prisa por hacer lo que consideraba que era tan importante? El término judío para esta práctica es jeshbón néfesh, un 'examen de conciencia', un 'rendimiento de cuentas de nuestra alma'.

Tal vez puedo mejorar en esto, hacer un ajuste en aquello para la próxima vez que me encuentre en una situación similar. Este examen de conciencia hace que mi día tenga significado. No voy simple y obtusamente a la deriva por una vida que resultó ser mía, sino que conscientemente voy dando forma a mi mundo y a mí misma.

Por último, la plegaria me eleva a una realidad superior, de cuatro, cinco, seis o infinitas dimensiones posibles. "Ya sea en esta o en otra encarnación (guilgul)". ¡Vaya! ¿Acabo de leer sobre la transmigración del alma en un libro regular de plegarias judías (nada místico)? ¡Huau! Siempre creí en el reciclaje en un plano físico. Nuestros átomos, celulas y bacterias no mueren con nosotros, sino que siguen viviendo de una forma alterada. ¿Entonces tiene sentido que el alma tampoco se evapore por completo, sino que sea reprocesada en otra persona?

El concepto de guilgul, reencarnación, la idea de un alma pasando por diversos cuerpos a lo largo de las generaciones, logra poner bajo otra perspectiva mis desaires o el comportamiento agresivo de otras personas. ¿Por qué ese hombre se me adelantó tan bruscamente en la carretera? No lo sé. Como escribió Sara Rigler en I've Been Here Before, todos somos sólo capítulos en un libro, y no sabemos qué capítulo hubo antes ni cuál vendrá después. Para mí, esto quita toda la frustración y la intensidad de cualquier encuentro desagradable.

Y lo mejor respecto a esta plegaria es que uno puede despertarse con una carga psíquica mucho más liviana.

Intenta en algún momento decir esta plegaria. Imagina si una noche, antes de dormir todo el mundo recitara esta plegaria, y realmente tuviera la intención de hacer lo que ella dice.

¿Imagina si pudiéramos mirar a nuestros vecinos, amigos, compañeros de trabajo, oficiales de policía y a todas las personas que no piensan como nosotros ni votan por los mismos políticos que nosotros, con una mirada tranquila, libre de todo rencor?

¿Acaso realmente es posible? ¿Puedo simplemente abrir mi corazón un milímetro al vecino que de forma psicótica maldice a cualquiera que pisa una brizna de hierba de su cuidado jardín?

Tengo mis dudas. Pero si el sabio del Talmud, Rabí Nejunia, pensó que estaba dentro de la capacidad humana, entonces tal vez, sólo tal vez, sí puedo hacerlo.

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