Diputada Alma Hernández: La primera judía mexicana-norteamericana electa para un cargo público en los Estados Unidos

02/02/2023

5 min de lectura

Hernández entró a la política para dar una voz a quienes no la tienen.

Para la mayoría de las personas no es bueno pasar un tiempo en un centro de detención de menores. Pero para Alma Hernández terminó siendo una bendición.

Hernández tenía sólo 14 años cuando el oficial responsable de la seguridad y la prevención del crimen asignado a su escuela mintió respecto a un incidente que le ocurrió en su escuela secundaria. Dos alumnos de 19 años del último año la agredieron y luego fue violentamente atacada por el oficial que intervino. Ella sufrió un daño en la columna y el oficial mintió sobre lo ocurrido y la culpó a ella.

"Fui arrestada y registrada en un centro de detención juvenil un viernes, y esa noche pude irme a mi casa porque mis padres lograron sacarme. La experiencia fue aterradora. Me impactó profundamente".

Toda la vida de Hernández se complicó.

"De un día a otro pasé de ser una estudiante de honor a ser considerada una 'criminal' y un peligro para la sociedad, por algo que no había hecho. Comprendí cuántas injusticias hay en el sistema".

Después de esa experiencia, Hernández no quiso que eso volviera a ocurrirle a nadie más, y decidió que un día trabajaría en beneficio del público.

Hace cinco años, tuvo la oportunidad de cumplir su sueño: fue electa para la Casa de Representantes de Arizona, convirtiéndose en la primera mujer judía mexicana-norteamericana en ser electa en los Estados Unidos. A los 25 años, también fue la persona más joven que alguna vez fue electa para la Cámara.

Alma Hernández con un sobreviviente del Holocausto.

"Usé la terrible situación que enfrenté para transformarla en algo positivo", afirma.

A los 29 años, este año comienza su tercer término sirviendo a sus electores en Tucson. En este momento también está estudiando en la facultad de derecho, porque quiere seguir trabajando en beneficio del público.

"Decidí estudiar derecho para profundizar mi carrera política. Sé que mi título será muy útil".

La joven política pasa sus mañanas en clases en la facultad de derecho. Por las tardes, va a trabajar a la Casa de Representantes en Phoenix, a dos horas de viaje en auto desde su casa.

Además de defender a las personas necesitadas, uno de los objetivos de Hernández es cerrar la brecha entre su partido, los demócratas, y los republicanos, en Arizona y en otras partes. Ella forma parte del caucus bipartidista y ha trabajado con sus colegas republicanos en muchos temas para ayudar a mejorar la situación en su estado.

"Cuando se trabaja de una forma bipartidista, se pueden lograr más cosas", afirma. "Es crítico cuando quieres crear un cambio. Desearía que hubiera más personas dispuestas a hacer esto en ambos lados. Es algo sumamente importante. Nuestros padres siempre nos enseñaron a hacer lo que es correcto, incluso si eso no era popular".

La política es un tema activo dentro de la familia Hernández. Su hermano Daniel es un ex representante del estado que representó a su distrito durante cinco años, y su hermana Consuelo actualmente trabaja a su lado en la Casa. Juntas, forman parte del caucus judío.

"El caucus judío cuenta con cuatro miembros, así que literalmente conformamos la mitad", declaró Hernández.

Las dos hermanas también son anfitrionas de Moishe House, una organización que reúne a jóvenes judíos que están en Tucson, lejos de sus hogares. Hernández también fue presidenta del club AIPAC en su campo universitario.

De pequeña, Hernández sabía que tenía un abuelo judío por parte de su madre. Su apellido era Cohen, y él lo cambió a Quiñonez para encajar en la sociedad mexicana. Él creció en Cananea, en Sonora, México.

"Mi abuelo falleció cuando yo era pequeña, así que lamentablemente nunca tuve la oportunidad de saber muchos detalles sobre su vida o su familia".

La madre de Hernández es de Nogales, también en Sonora, y su padre es de California. Al crecer, Hernández tuvo amigas judías y dijo que se sintió "conectada con el judaísmo más que con cualquier otra cosa… una parte de mi ser siempre se sintió judía".

Cuando estaba en primer año de la universidad, decidió que quería aprender más sobre el judaísmo, por lo que fue a una sinagoga local. De inmediato sintió que se conectaba con su herencia.

"Mi madre se emocionó mucho", contó.

Finalmente Hernández y su hermana se convirtieron, y el resto de la familia las apoyó. Cuando llegó el momento de elegir un nombre hebreo, ella eligió algo que encajaba a la perfección con su personalidad y reflejaba a su familia.

"Decidí honrar a mi bisabuela, que se llamaba Mercedes, usando la M para 'Malka'. El nombre de su madre era Librada y al recibir mi nombre hebreo, agregué un nombre adicional que es Malka Librada, o 'Reina de liberación'".

El judaísmo "es una gran parte de mi vida cotidiana… Lo digo a viva voz y con orgullo".

Hernández usa una cadena con un maguen David y en su biografía en Twitter se denomina a sí misma una judía mexicana sin pedir disculpas. La primera vez que se presentó a elecciones, recibió una cantidad de mensajes antisemitas, así como amenazas de muerte cuando el famoso antisemita y ex grand wizard del KKK, David Duke, salió contra ella.

"Recibí muchos mensajes y correos electrónicos de odio. Todo estaba directamente relacionado con quien soy".

Hernández se desconectó de las redes sociales durante dos semanas para tomarse un descanso. Si bien todavía sigue recibiendo algunos mensajes de odio, ahora puede manejarlos.

"En cierta forma me he acostumbrado. Ya no me molesta tanto. Ya no dejo que me estremezca".

A pesar de los sentimientos anti-Israel por todos los rincones de Internet, Hernández no teme vocalizar su apoyo al estado judío.

"Estuve en Israel cinco veces, y pasé allí un mes entero en agosto. En todo lo que sea judío o conectado con Israel, yo estoy involucrada 100%. Sería lindo poder vivir en Israel en algún momento de mi vida o por lo menos estar allí de vacaciones un poco más que un par de semanas".

Los valores judíos están directamente conectados con el trabajo de Hernández. De acuerdo con sus palabras, la gente que se presenta para ser electa lo hace porque desea generar un cambio. Y para Hernández, esto implica estar dispuesta a ayudar a otras personas y hacer de este mundo un lugar mejor.

"Ya sea que esté trabajando sobre una legislación o votando, pienso: ¿Cómo puede ayudar esto a la gente, inspirarlos y darles la seguridad de que alguien se preocupa por ellos? Eso es una gran parte de lo que somos como judíos".

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