El heroísmo de Aner Shapiro

Después de una cena festiva de Simjat Torá con su familia, Aner Shapiro, de 22 años, fue al festival de música Nova en el Kibutz Reim con su mejor amigo, Hersh Goldberg-Polin. Aner, que tenía permiso para salir de su brigada de elite Najal de las Fuerzas de Defensa de Israel, no esperaba encontrarse en una situación más peligrosa que la que jamás había afrontado en el ejército.

Cuando sonaron las sirenas y comenzaron a caer los misiles, Aner y Hersh corrieron a un pequeño refugio que había en un costado del camino, donde ya habían buscado refugio alrededor de 30 hombres y mujeres que intentaban escapar del bombardeo.

Los sobrevivientes recuerdan que cuando Aner vio el pánico en los ojos de la gente, de inmediato trató de calmarlos:

"¡Chicos, no se preocupen! Yo soy soldado, mis compañeros están cerca y yo estoy aquí. ¡Todo va a estar bien!", gritó.

Desde el refugio, Aner escuchó disparos y entendió que los terroristas se habían infiltrado al territorio israelí. Cuando el ruido de los disparos comenzó a escucharse más cerca, decidió luchar. Se posicionó en la entrada del refugio, junto con Hersh y otros jóvenes que se ofrecieron a ayudar.

Comprendiendo que los terroristas de Hamás iban a arrojar granadas al refugio, Aner le dijo a su nuevo equipo: "Voy a atrapar las granadas y se las devolveré. ¡Mírenme! Si me pasa algo, háganse cargo y sigan haciendo lo que yo hago".

Cuando un terrorista arrojó la primera granada, Aner la atrapó y se la devolvió. Esta explotó afuera del refugio. El terrorista arrojó otra granada, pero Aner volvió a atraparla y a arrojarla hacia el exterior, donde estalló. Esto continuó durante unos minutos.

En total, Aner devolvió siete granadas. Las octava lo mató.

Los mejores amigos, Aner y Hersh

Cuando los terroristas eventualmente lograron entrar al refugio, Hersh, cuyo brazo había volado por una granada de Hamás y que se había hecho a sí mismo un torniquete, fue llevado como rehén a Gaza, junto con otros tres jóvenes. Los padres de Hersh, Rajel y Jon Polin, en este momento llevan adelante una campaña mundial, @BringHershHome, pidiendo su liberación.

Siete de los jóvenes que estaban en el refugio lograron escapar. Gracias al heroísmo de Aner, ellos sobrevivieron y volvieron a casa.

La vida, arte y música de Aner

Aner era el mayor de los siete hijos de Shira y Moshé Shapiro. Un talentoso músico y artista, Aner creció en el barrio Arnona, en Jerusalem. "La conexión de Aner con Jerusalem era muy profunda", dice Shira, su madre. "Él amaba la música, amaba el arte y amaba Jerusalem. Muchas de sus canciones son sobre Jerusalem. Él exploraba la singular atmósfera de la ciudad: judíos, árabes, seculares, religiosos, la mezcla en Jerusalem, las vibraciones de la calle. Aner seguía a Hapoel, el equipo de futbol de Jerusalem".

Aner pasaba tiempo con sus amigos en el bar Ben Sira en Jerusalem, que tiene "una atmósfera singular", dice Shira. "Allí va gente que ama la paz, ama la música y se preocupa por la justicia. Gente muy especial. Es una parte específica de Jerusalem, pero ellos sienten que Jerusalem es parte de su identidad".

El amor de Aner por la música comenzó a edad muy temprana. De niño tocaba el piano y disfrutaba de la música clásica. En la adolescencia comenzó a interesarse por el hip-hop y el rap. En la escuela secundaria comenzó a componer su propia música y sus letras.

La familia Shapiro

Después de la secundaria, Aner asistió a un programa preparatorio del ejército para candidatos a las unidades de elite de las Fuerzas de Defensa. Al finalizar el programa, el ejército realizó ejercicios de campo, en los que los candidatos son asignados a sus unidades. Durante esos ejercicios Aner resultó herido y necesitó una cirugía. Mientras se recuperaba en su casa de la operación, armó un estudio casero y comenzó a grabar su música. En su segundo intento de entrar a una unidad de elite también resultó herido. Aner esperó 15 meses hasta que por fin pudo comenzar su servicio militar. Durante ese tiempo, siguió escribiendo y grabando música.

Finalmente, Aner logró su objetivo de alistarse en la Brigada Najal.

"Aner creía en tomar postura", dice Shira. "Él creía profundamente que las personas son buenas, en la importancia de hacer las paces y tratar de hablar con los otros en vez de luchar. Él creía que la naturaleza humana es buena y que si no colocas a la gente bajo un régimen de poder, todos harán el bien. Parece una contradicción, pero para Aner no lo era. Él creía que en un mundo ideal no se necesita el ejército. Pero mientras tengamos el ejército y necesitemos defendernos, se debe hacer todo lo posible para defender a nuestro pueblo. Esta es la combinación que para él funcionaba".

La música y el arte de Aner reflejan sus valores y su profunda preocupación por el bien de la humanidad y su deseo de aliviar el sufrimiento humano. Una de sus canciones, escrita hace tres años, mucho antes de esta guerra, habla de la gente que muere en la zona aledaña a Gaza. La canción habla de niños sentados en refugios antiaéreos cerca de Gaza, de los misiles en el cielo, el miedo y las muertes.

Otro tema es la verdad, la honestidad y defender aquello en lo que crees.

El año pasado, durante las protestas políticas en Israel, Aner escribió una canción sobre luchar contra el odio entre hermanos. "Para él era muy importante. Es una canción impresionante y con un mensaje muy importante para todos, incluso ahora, para recordar que no debemos luchar ni odiarnos entre nosotros".

El sueño de Aner era sacar un disco con sus canciones, pero no tenía el dinero necesario. Para recaudar el dinero, había planeado producir una colección de mercadería con su arte: camisetas, bolsos, gorros, etc. Lamentablemente, sólo logró producir una camiseta antes de que terminara su vida.

El arte de Aner, que él lo guardaba en un pequeño cuaderno, abarca desde vistas de Jerusalem hasta arte surrealista con rostros. "Le gustaba probar cosas diferentes", afirma Shira.

El legado musical de Aner

Tras la muerte de Aner, su familia y amigos decidieron publicar un álbum con las canciones de Aner, cumpliendo así su sueño. Revisaron sus grabaciones y encontraron unos 60 proyectos. Tras un examen minucioso, decidieron que había unas 30 canciones que estaban suficientemente completas como para publicarlas. Una de las canciones de Aner, Jerusalem, ya está en YouTube. La familia acaba de publicar un álbum breve con cinco canciones. Para fin de año, esperan publicar un álbum doble con las 24 canciones restantes. Los álbumes estarán disponibles en YouTube y en Spotify.

El 28 de marzo habrá una velada especial en honor al lanzamiento del primer álbum en la Casa de Hansen en Jerusalem. El evento incluirá una exposición del arte de Aner.

Aner y su padre, Moshé.

El trabajo en el álbum ha unido a la familia de Aner, a su novia Shelly y a sus amigos. Además, gente que no conoció personalmente a Aner se unió al proyecto. "Vinieron y dijeron que querían ayudar", cuenta Shira. "Estamos trabajando juntos, es algo muy conmovedor. Sentimos que continuamos adelante, haciendo arte a partir de su arte".

Alrededor de 15 o 20 personas están involucradas en la producción el álbum. Pero la historia de Aner unió todavía a más gente que no tenía nada que ver entre ellos antes de la guerra. Gente de todos los estilos de vida se conectó con los Shapiro. Shira contó que un grupo de mujeres ortodoxas se sintieron tan conmovidas por la historia de Aner que realizaron un taller de escritura de poesía en memoria de Aner. Ellas recolectaron las poesías escritas y se las regalaron a la familia de Aner.

También los Rabinos llamaron a la familia para expresar su preocupación y apoyo. Del otro lado del espectro religioso y político, el equipo de fútbol Poel de Jerusalem organizó un partido especial en honor a Aner. Durante el partido, hablaron de Aner y expusieron su arte y sus canciones en el estadio. La Orquesta Sinfónica de Israel interpretó una de las canciones de Aner en un concierto de música clásica. Artistas gráficos están creando gráficas con el arte de Aner. Una ciudad en el sur de Francia dedicó una plaza a Aner. Para la familia, todos estos gestos son bellos y muy significativos.

El legado ético de Aner

Además de arte y música, Aner dejó a su familia y amigos un legado ético, que ellos quisieran compartir con el mundo. Moshé, el padre de Aner, dice que en el último día de su vida, Aner vio la situación en que se encontró como una misión. Él no eligió ser atacado por terroristas, pero una vez que fue atacado, conscientemente eligió luchar y salvar vidas.

"Es un mensaje muy especial el que nos dejó: hasta el último minuto de tu vida, puedes elegir hacer el bien. Está en tus manos. Literalmente, estuvo en sus manos cuando las usó para arrojar las granadas".

Shira dice que otro mensaje importante es "tomar una postura. Es algo que podemos aprender de sus canciones y de su actitud ante la vida. No te sientas y esperas que pasen las cosas. Adoptas una postura. Y por último, el mensaje que intento aprender de él es vivir de forma significativa cada minuto de la vida". Aner no desperdició ni un minuto. Nunca dormía hasta tarde, nunca veía televisión., Siempre estaba ocupado en algo productivo.

"Al principio estaba enfadada", cuenta Shira. "¿Por qué tuvo que pararse en la entrada? ¿Por qué tenía que ser un héroe? También mis hijos dijeron que ellos preferían tener un hermano vivo antes que un hermano que fuera un héroe. Pero entonces mi padre nos dijo: "Escuchen: ¡una persona débil no puede ser un héroe, pero un héroe no puede ser débil! Eso es lo único que Aner podía hacer. Eso es lo que era".

¿Cómo lo educaron sus padres para que llegara a ser tan especial? "No somos nosotros, es él. Yo no crie a un héroe. Si estuviera aquí ahora, realmente detestaría que hablaran tanto de él. Diría: 'No sé por qué tanto alboroto. Hice lo que tenía que hacer'".

El refugio donde fue asesinado Aner.