El prejuicioso antisemitismo de Agatha Christie

13/04/2023

4 min de lectura

¿Quizás sería mejor no "editar" algunos libros antisemitas?

Algunos de los libros de la famosa escritora Agatha Christie están siendo reescritos.

Los asesinatos misteriosos de Christie, escritos entre 1920 y 1976, han sido reeditados por HarperCollins con varios cambios que reflejan las sensibilidades modernas, desdibujando los prejuicios de la autora, incluyendo varias referencias ofensivas a los judíos.

HarperCollins empleó un equipo de "lectores sensibles" para identificar los párrafos problemáticos. Un ejemplo es el de la primera novela de Christie, El misterioso caso de Styles, donde presenta a su famoso detective: Hercule Poirot. Poirot describe a un personaje desagradable como "un judío, por supuesto". Esta frase ahora ha sido eliminada. Otros pasajes que HarperCollins eliminó de la obra de la autora son las referencias a los "nativos" (reemplazado por "locales") y descripciones degradantes de personajes asiáticos y negros.

La nueva tendencia de "desinfectar" los libros

Agatha Christie no es la única autora cuya obra vuelve a ser impresa en estos días de una manera más "sensible".

Los libros de James Bond, de Ian Fleming, vuelven a lanzarse este mes para celebrar el 70 aniversario de Casino Royale, el primer libro en que aparece el famoso espía. De allí eliminaron las expresiones sorprendentemente racistas que Fleming empleó una generación atrás. El popular escritor infantil R. L. Stine, cuya serie Escalofríos (Goosebumps) es la segunda serie infantil más vendida después de Harry Potter, se quejó hace poco porque su editorial, Scholastic, realizó más de 100 cambios en su obra en las nuevas ediciones, sin informárselo, alterando "regordete" por "alegre", "loco" por "tonto" y "afroamericano" por tener "piel morena".

Puffin, que publica a Roald Dahl, también atenuó parte del antisemitismo y la mezquindad general de este autor en las nuevas ediciones de sus libros. De allí se eliminaron las descripciones de personajes como "gordos" y "feos" y las palabras de género fueron reemplazadas por términos neutros (Los "Umpa lumpas" de Charlie y la fábrica de chocolate, que antes eran descritos como "hombres pequeños", ahora son "personas pequeñas"). Dado el antisemitismo abierto y autoproclamado de Roald Dahl, Puffin incluso encontró un sentimiento antijudío donde un lector casual (o por lo menos esta lectora) no lo vería. En Las brujas, las brujas malvadas ya no son descritas con grandes narices, porque eso se consideró un detalle antisemita.

Agatha Christie expresó arrepentimiento por su contenido antijudío. Roald Dahl hizo lo contrario. Eso marca una diferencia.

Parte del afán actual por editar el contenido ofensivo en los libros clásicos va demasiado lejos. ¿Qué vendrá a continuación? ¿El campanero de Notre Dam o De ratones y personas? Pero es verdad: gran parte del lenguaje ofensivo que los editores actuales objetan es genuinamente doloroso, representando años de vicioso odio contra los judíos y otros grupos. ¿Eso debe ser eliminado?

Agatha Christie y el antisemitismo

En muchos sentidos, Agatha Christie fue un producto de su clase y de su época. Ella nació en 1890 y creció en una familia adinerada de la campiña inglesa, donde eran ampliamente aceptados espantosos insultos racistas y antijudíos. Christie los adoptó con entusiasmo y los empleó en sus primeros libros, que están llenos de referencias grotescas de judíos que aman el dinero y tienen narices enormes. Christie también ofendió profundamente a los lectores italianos, negros, católicos, asiáticos y a muchos otros con su uso frecuente de términos ofensivos y denigrantes hacia esos grupos.

A medida que creció su popularidad, sus abundantes comentarios racistas y antisemitas comenzaron a provocar fricción entre sus numerosos admiradores a nivel internacional.

En 1947, la Liga Antidifamación estaba tan cansada de las ofensivas expresiones de Christie que le escribió a su agente literario, cuestionando el antisemitismo y el racismo en los libros de Christie. Christie aceptó que sus editores norteamericanos editaran sus pasajes ofensivos. Por esa época, Christie también pareció experimentar un cambio de actitud.

"A medida que su círculo de conocidos se amplió y llegó a entender lo que el nazismo realmente significaba para el pueblo judío, Christie abandonó su antisemitismo instintivo", afirma Gillian Gill, autora de Agatha Christie, la mujer en su misterio. Ella comenzó a retroceder de su aparente desprecio hacia los judíos o cualquier otro que no se viera exactamente como ella. Sus libros posteriores contienen menos comentarios ofensivos, y después del Holocausto, permitió que sus editores norteamericanos cambiaran los comentarios antisemitas en sus novelas.

Recordar el odio a los judíos

Si Agatha Christie viviera hoy, tal vez ella se alegraría de los cambios que sus editores están introduciendo en sus obras. Dado que ella aceptó las críticas y decidió atenuar sus expresiones ofensivas, es probable que aceptara la ayuda que sus editores le brindan en la actualidad a sus libros. Esos cambios honran las decisiones que ella tomó durante su vida.

Pero respecto a algunos otros autores cuyas obras están siendo "blanqueadas", quizás sería mejor que dejáramos allí sus comentarios ofensivos. Esas obras nos ayudan a comprender el antisemitismo del pasado y nos ayudan a sentir de dónde provienen los sentimientos antijudíos que prosperan hoy en día.

Tomemos por ejemplo a Roald Dahl. Mientras que Agatha Christie pareció alejarse del antisemitismo a lo largo de su vida, Dahl se apegó cada vez más a su odio. En 1990, pocos meses antes de morir, criticó a los judíos en una entrevista y le dijo a un periodista: "Me he vuelto antisemita". Dahl nunca expresó ningún remordimiento. Dejemos que los lectores vean por sí mismos sus odiosas declaraciones antijudías tal como él las escribió, y que entiendan cómo ayudó a promover la animosidad a los judíos que debemos combatir hoy en día.

En su magistral libro sobre el antisemitismo británico, Trials of the Diaspora, Anthony Julius explora el espantoso antisemitismo en muchas de las obras más importantes de la literatura inglesa. Desde los Cuentos de Canterbury hasta El mercader de Venecia, Oliver Twist y muchas más, algunas de las obras más importantes de la literatura inglesa han tratado a los judíos con desdén, y lo siguen haciendo. Leer estos libros puede ser doloroso, pero es necesario si queremos entender de dónde viene el odio contemporáneo a los judíos y si deseamos luchar con fuerzas contra el antisemitismo y contra otras formas de racismo.

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