El rey Sanjeriv y el sitio de Laquis

13/08/2023

7 min de lectura

El bajorrelieve de Laquis retrata gráficamente escenas bíblicas de una calamidad judía de hace 3.000 años.

En 1839, un joven abogado inglés llamado Austen Henry Layard dejó su trabajo en Londres. Austen, de 22 años, tenía una prometedora carrera legal, pero él anhelaba la aventura. Su viaje a caballo por lo que hoy es Turquía, Siria e Irak cambiaría nuestra comprensión de la historia.

En el Medio Oriente, Austen comenzó a excavar sitios que creía que eran mencionados en la Biblia. Su primer intento resultó en el descubrimiento de un masivo palacio asirio de 3.000 años de antigüedad, repleto de obras de arte preciosamente conservadas, cerca de la actual ciudad iraquí de Mosul.

Austen Henry Layard

Austen siguió excavando otro sitio cerca de Mosul y se topó con la antigua ciudad de Nínive, el lugar del temible rey asirio Sanjeriv (Senaquerib), cuyos aterradores ataques a la antigua Judea fueron documentados en la Biblia.

El rey Sanjeriv

El rey Sanjeriv fue uno de los gobernantes más temidos del Medio Oriente. Él ascendió al poder alrededor del año 705 AEC, sucediendo a su padre, el rey Sargón II, como gobernante de Asiria. Neil MacGregor, el director del Museo Británico, llama al antiguo imperio asirio de Sanjeriv "el imperio terrestre más grande jamás creado" y "el comienzo de la idea misma del Medio Oriente como un solo teatro de conflicto y control".

Sanjeriv gobernó un área masiva que se extendía desde Irán hasta Egipto, pero enfrentó dos rebeliones significativas. La más grande fue en Babilonia (que luego se quedaría con el manto de gran potencia del Medio Oriente). Sanjeriv pasó gran parte del principio de su reinado combatiendo a los rebeldes babilonios. Él destruyó de tal forma la ciudad de Babilonia que las aguas del río fluían sobre ella, como si sus enormes edificios y sus bulliciosos asentamientos nunca hubieran existido. Luego, en el año 701 AEC, dirigió su atención al reino judío del sur.

Los judíos se someten a Sanjeriv

La trágica historia de lo que sucedió a continuación se relata en el Libro de Reyes II. Durante el dominio asirio, Israel estaba dividida en dos reinados judíos: el reino de Israel al norte y el reino de Iehudá al sur. Los reyes judíos se resistieron al dominio asirio, y el imperio asirio reaccionó con crueldad. En el año 722 AEC, el rey Sargón II atacó y conquistó al reino de Israel. Mató a miles y llevó a decenas de miles a áreas lejanas del reino asirio. Cuando Sanjeriv fue coronado, solo quedaba el reino de Iehudá como entidad judía.

La ciudad de Laquis

Laquis era una ciudad en el reino de Iehudá con una larga historia. Habitada en primer lugar por hombres que vivían en cavernas antes del siglo XXXI AEC, Laquis se convirtió en una próspera ciudad amurallada gobernada por los hombres de las tribus cananeas y más tarde por Egipto. Fue conquistada por los israelitas, pero cayó en ruinas hasta el reinado del rey David, cuando comenzó nuevamente la construcción en la ciudad. Como la ciudad judía más grande cerca de la hostil tribu filistea, Laquis era crucial para la defensa del reino judío.

La única inscripción que identifica la ubicación representada en los relieves dice: "Sanjeriv, el poderoso rey, rey del país de Asiria, sentado en el trono de juicio, ante (o en la entrada de) la ciudad de Laquis. Doy permiso para su masacre".

De acuerdo con el ministerio de asuntos exteriores de Israel, la antigua Laquis "estaba fortificada con una doble línea de masivas murallas de ladrillo de barro sobre cimientos de piedra. La muralla principal de la ciudad, en la cima del montículo, tenía 6 metros de ancho, con un glacis inclinado (un montículo inclinado debajo de una fortaleza) apoyado por un muro de contención a lo largo de la mitad de la pendiente. La puerta de la ciudad, en el muro suroeste, es una de las puertas más grandes y fortificadas conocidas de este período. Consiste en una puerta exterior en una enorme torre construida de grandes piedras que sobresale de la línea de defensa. El edificio de la puerta, en la cima del montículo, consiste de tres pares de cámaras con puertas de madera con bisagras..."

El ataque al reino de Iehudá

En el año 701 AEC, el rey Sanjeriv envió sus poderosas fuerzas a Iehudá para someter a los judíos rebeldes que vivían allí. El rey Jizkiahu (Ezequías) de Iehudá reunió a sus propias tropas, pero fueron rápidamente sobrepasadas. "En el decimocuarto año del rey Jizkiahu, Sanjeriv, rey de Asiria, atacó todas las ciudades fortificadas de Iehudá y las capturó" (Reyes II 8:13). Una ciudad tras otra fue cayendo ante Sanjeriv: Sidón, Amón, Ashkelon, Ekrón y Laquis. Los propios registros de Sanjeriv de la matanza, tallados en piedra, sobrevivieron y se encuentran hoy en el Museo Británico en Londres:

"Porque Jizkiahu, rey de Iehudá, no se sometió a mi yugo, vine contra él, y por la fuerza de las armas y el poder de mi ejército, tomé 46 de sus ciudades fortificadas; y de las ciudades más pequeñas que estaban dispersas, tomé y saqueé un número incalculable. De todos estos lugares tomé y llevé a 200.156 personas, ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, junto con caballos y mulas, asnos y camellos, bueyes y ovejas, una multitud incalculable".

Durante esta conquista, Sanjeriv estableció su base en Laquis. La Biblia describe que el rey Jizkiahu se contactó con él allí: "El rey Jizkiahu de Iehudá envió (un mensaje) al rey de Asiria, a Laquis..." (Reyes II 18:14). Sanjeriv exigió del rey Jizkiahu un formidable tributo y las negociaciones fracasaron. Sanjeriv reunió un ejército enorme para sitiar a Jerusalén, la capital de Iehudá.

Los líderes de Laquis son desollados vivos.

Sus tropas rodearon y sitiaron la ciudad, pero el ataque fue detenido por una misteriosa plaga. "Un ángel de Dios salió y mató a ciento ochenta y cinco mil (soldados) del campamento asirio. El resto se levantó por la mañana y he aquí: ¡todos habían muerto! Entonces Sanjeriv, rey de Asiria, partió, se fue y regresó, y se estableció en Nínive" (Reyes II 19:35-36).

La misteriosa plaga que afectó a los soldados asirios también fue registrada por Heródoto, un historiador griego del mundo antiguo:

"Mientras los dos ejércitos estaban aquí frente a frente, llegaron en la noche una multitud de ratones de campo, que devoraron todas las aljabas y las cuerdas de los arcos del enemigo, y se comieron las correas con las que manejaban sus escudos. A la mañana siguiente comenzaron su lucha y cayeron grandes multitudes, ya que no tenían armas con las cuales defenderse..." (Heródoto, Las Historias, Libro 2, Capítulo 141).

En Nínive, Sanjeriv se dedicó a construir un nuevo y enorme palacio. Para la decoración, ordenó a sus trabajadores que construyeran un monumento espeluznante: un gigantesco relieve de dos metros y medio desde el piso hasta el techo representando, en horribles detalles, todas las torturas que Sanjeriv y sus soldados habían infligido a los judíos conquistados y sitiados. Los paneles eran tan numerosos que se extendían a lo largo de toda una habitación. Sanjeriv eligió la destrucción de Laquis como el tema para representar toda la conquista de Iehudá.

Descubriendo del bajorrelieve de Laquis

Aproximadamente 3.000 años más tarde, Austen Henry Layard excavó el palacio de Sanjeriv cerca de Mosul. Él apenas podía creer lo que veían sus ojos cuando descubrió los enormes relieves de piedra del sitio de Laquis.

Más tarde, Layard escribió:

"Aquí, por lo tanto, estaba la imagen real de la toma de Laquis, la ciudad que conocemos por la Biblia, asediada por Sanjeriv, cuando envió a sus generales a exigir tributo de Jizkiahu, y que había capturado antes de su regreso; evidencia del carácter más notable para confirmar la interpretación de las inscripciones e identificar al rey que ordenó que se grabara con el Sanjeriv de las Escrituras" (Austen Henry Layard, Discoveries Among the Ruins in Nineveh and Babylon: 1853).

El descubrimiento del Relieve de Laquis cimentó la reputación de Austen Henry Layard. Él regresó triunfante a Inglaterra y luego fue nombrado caballero y elegido como miembro del Parlamento. Layard guardó muchas de las inestimables reliquias que había descubierto y las legó al Museo Británico después de su muerte.

Personas escapando de Laquis

Entre sus obsequios al museo se encontraba el Relieve de Laquis, como fueron llamadas las esculturas de piedra del asedio de Laquis. Estas permanecen hasta la actualidad en el Museo Británico, una impresionante representación de una de las peores tragedias de la historia nacional judía.

En recuerdo de más de 200.000 refugiados judíos

El director del Museo Británico, Neil MacGregor, explica que los paneles del Relieve de Laquis "en un momento fueron pintados con colores brillantes, pero incluso hoy sin ningún color son asombrosos documentos históricos, como una película en piedra, una epopeya temprana de Hollywood, tal vez, con un elenco de miles. La primera escena muestra al ejército invasor marchando, luego viene la sangrienta batalla en la ciudad asediada, y entonces pasamos a los muertos, los heridos y las columnas de refugiados pasivos... A medida que avanza el friso, ola tras ola de asirios escalan las murallas de la ciudad y finalmente oprimen a los judíos".

Escenas posteriores muestran las horrorosas escenas de los refugiados judíos después de la victoria de Sanjeriv en Laquis. "Los sobrevivientes huyen de la ciudad en llamas, llevándose lo que pueden. Estas filas de personas, llevando sus bienes mundanos y siendo deportados, deben ser una de las primeras representaciones de refugiados que existen". ("A History of the World in 100 Objects" de Neil MacGregor: 1996).

A pesar del paso del tiempo, los gritos de los habitantes de Laquis continúan resonando hoy, registrados en los paneles que Sanjeriv ordenó tan macabramente.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.