¿Es mejor que nos amen o que nos teman?

22/11/2023

5 min de lectura

Hamás, Hezbolá y los antisemitas deben tener miedo de la fuerza de nuestro amor, porque eso siempre los vencerá sin importar cuáles sean sus planes.

Si bien los padres fundadores del Israel moderno, David Ben Gurión y Menajem Begin, tenían muchos desacuerdos, ambos entendieron que Israel no podía agachar la cabeza para acatar la voluntad de las naciones del mundo. Ben Gurión dijo en una oportunidad: "Lo que importa no es lo que dicen los no judíos, sino lo que hacen los judíos".

Al describir las lecciones del Holocausto, Begin dijo: "Cuando un judío en cualquier parte del mundo es amenazado o está bajo ataque, debes hacer todo lo que esté a tu alcance para ir a ayudarlo. Nunca debes detenerte a pensar qué dirá el mundo. El mundo nunca tendrá misericordia con los judíos asesinados. Puede que al mundo no necesariamente le guste que los judíos luchen, pero tendrán que tenerlo en cuenta".

Es incomprensible: Hamás masacra, asesina, viola, roba… ¿y a quién se culpa? A los judíos.

La semana pasada, el ex primer ministro Naftali Bennet estuvo en Nueva York y expresó un sentimiento similar: "Una gran ola de antisemitismo inunda a los Estados Unidos y a todo el mundo. Es incomprensible: Hamás masacra, asesina, viola, roba… ¿y a quién se culpa? A los judíos. Una combinación de islam radical inundado de odio y una izquierda progresista desbordada de estupidez. Especialmente en los campos universitarios. Mi conclusión por el momento: Más que todas las palabras, argumentos, imágenes y entrevistas, se necesita una sola cosa: derrotar a Hamás. No convenceremos a los antisemitas, pero nuestra victoria es clara y el hecho de eliminar a Hamás infundirá miedo en los corazones de nuestros enemigos. No necesitamos ser amados. Sólo hace falta que nos teman. Para siempre. Y a todo costo. No hay otra opción".

Es más seguro ser temidos que ser amados

¿Es mejor ser amado que temido o ser temido antes que amado? Uno desearía ambas cosas, pero debido a la dificultad de unirlas, es mucho más seguro ser temido que ser amado.

La pregunta respecto a si es mejor ser amado o temido es muy antigua; fue contemplada y debatida por líderes y filósofos. Mientras Israel diezma implacablemente a Hamás y rechaza sin miedo a Hezbolá, infunde miedo en los corazones de sus enemigos y lo siembra en las mentes de sus amigos. Los judíos de todo el mundo están respondiendo a los antisemitas, no con violencia o armas físicas, sino iluminando y responsabilizando a quienes arrancan los pósteres de los rehenes o toleran el odio en las universidades.

Publicar los rostros de los antisemitas y retirar el apoyo económico a las universidades son herramientas poderosas que instilan miedo en aquellos que no quieren sufrir esas consecuencias. Se deben dictaminar leyes y hacerlas cumplir contra aquellos que difunden el odio e incitan a la violencia contra la comunidad judía. Podemos y debemos seguir defendiendo a Israel, difundiendo la verdad de la belleza del único estado judío y su impacto positivo en el mundo. Lo más probable es que nunca seamos amados, pero si queremos asegurar nuestro propio futuro, deben temernos.

Temer cuánto aman los judíos

La Torá (Devarim 28:10) dice: "Todas las naciones de la tierra verán que el Nombre de Dios es invocado en ti y sentirán temor de ti". Al comentar estas palabras, el Talmud (Brajot 6a) explica que este versículo se refiere a los tefilín shebarosh, las 'filacterias que se colocan en la cabeza'. El Talmud no dice tefilín al harosh, los tefilín que se usan sobre la cabeza, sino tefilín shebarosh, en la cabeza. ¿Qué significa esto? Yo me coloco los tefilín sobre mi cabeza… ¿qué son los tefilín en la cabeza?

Cuentan que el Gaón de Vilna, el gran sabio del siglo XVIII, una vez estaba en una posada cuando entró un extraño y atacó al judío que era dueño de la posada. Justo en ese momento, el dueño tenía puesto sus tefilín y estaba rezando. El Gaón escuchó lo que pasaba y abrió la puerta de su habitación, donde él también estaba rezando con sus tefilín. Cuando el atacante vio al Gaón de Vilna, se sintió abrumado de temor y huyó.

Cuando el dueño de la posada preguntó qué pasó, el Gaón le explicó que nuestros sabios enseñaron que cuando alguien ve el tefilín de la cabeza eso le da miedo. El dueño de la posada le respondió: "¿Pero yo también tenía puesto mi tefilín sobre la cabeza y eso no evitó que me atacara?".

El Gaón le explicó: "Tú tenías tu tefilín sobre la cabeza, yo tengo mi tefilín en mi cabeza. Yo no sólo coloco una caja de cuero arriba de mi cabeza, sino que pongo sus mensajes, sus valores y sus ideas dentro de mi cabeza".

El Gaón dijo que cuando creemos, vivimos y practicamos lo que Dios quiere de nosotros, las naciones del mundo nos temen.

¿Temor o amor? Que nuestros enemigos teman cuánto los judíos amamos: cuánto los judíos amamos a Dios y cuánto los judíos nos amamos los unos a los otros.

La semana pasada, fui orgulloso con una gran delegación de nuestra sinagoga a participar en la mayor manifestación en favor de Israel de toda la historia. Para la gran mayoría de los participantes, tomarse un día libre en el trabajo y viajar a la manifestación fue inconveniente, y les costó tiempo y dinero. Sin embargo, casi 300.000 personas lo hicieron. Estuvimos juntos en la manifestación, exigiendo que los rehenes regresen a casa, y apoyando a los líderes electos que apoyan a Israel.

Pero también estuvimos allí para cantar, rezar, bailar y acompañar a un grupo enorme de hermanos y hermanas, increíblemente diverso, pero unidos por una preocupación compartida respecto a nuestro pueblo y comprometidos con nuestra patria. Participar junto con todo el espectro del pueblo judío, desde grandes directores de ieshivot como Rav Schachter, Rav Willig, Rav Lopiansky y otros rabinos de Norteamérica, con judíos de todos los estilos, creencias y prácticas, fue una demostración de unidad ante Dios y ante nosotros mismos, así como de la férrea decisión de enfrentar a nuestros enemigos locales y en el exterior.

Si bien la mayoría de los participantes estaban ansiosos por publicar, difundir y mantenerse conectados durante la manifestación, Dios tuvo otros planes. La densa concentración desbordó las torres locales dejando a casi todos sin servicio ni conexión. Si bien fue frustrante, muy pronto quedó claro que era una bendición del Cielo. La sensación era como si Dios estuviera mirando hacia abajo y dijera: "Mis dulces hijos, nunca antes estuvieron tantos de ustedes juntos. Miren a su alrededor, a sus hermanos y hermanas, algunos parecidos y otros muy diferentes. Saboreen este momento, manténganse completamente presentes, desconéctense del mundo y conéctense con quienes tienen a su lado".

Para mí, el punto más destacado de la manifestación fue cuando subió al escenario el cantante israelí Ishay Ribo. Si bien disfruto sus canciones y por lo general logra conmoverme, esta vez fue lo que dijo, no lo que cantó, lo que para mí transformó a la manifestación en una experiencia espiritual. Ribo dirigió a más de un cuarto de millón de judíos diciendo un capítulo de Salmos y luego a que todos recitaran juntos el Shemá.

La gente se emociona cuando Ribo canta en sus recitales. Pero en aquella manifestación, él llegó a los corazones. Rezó, cantó y dirigió a cientos de miles de judíos santificando el nombre de Dios.

Los casi 300.000 judíos reunidos en Washington estaban repletos de amor: amor por cada uno, amor por nuestros hermanos y hermanas en Israel, amor por los rehenes, amor por el ejército de Israel y amor por Dios.

Hamás, Hezbolá y los antisemitas del mundo deben tener miedo. Deben tener miedo de la fuerza y el poder de nuestro amor, porque nuestro amor siempre los vencerá, sin importar cuáles sean sus planes.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.