La distorsionada definición de éxito de Kevin O'Leary

23/02/2023

4 min de lectura

El empresario de Shark Tank quiere que sacrifiques el amor para ganar dinero.

Kevin O'Leary, la estrella de Shark Tank y un empresario millonario también conocido como Mr. Wonderful (el Sr. Maravilloso), desató una tormenta online cuando publicó por Twitter su opinión respecto a lo que hace falta para tener éxito económico.

"Puedes perder a tu esposa, puedes perder a tu perro, tu madre puede odiarte. Ninguna de estas cosas importa. Lo que importa es que alcances el éxito y te vuelvas libre. Entonces puedes hacer lo que quieras".

Tras enfrentar la violenta reacción de los medios y muchas críticas por alentar las ganancias monetarias por encima de la vida familiar y la calidad de vida, O'Leary defendió su punto de vista. Al hablar con el presentador de un programa, O'Leary declaró: "Si eres un empresario, sabes exactamente de lo que hablo. Trabajas 25 horas al día, ocho días a la semana. Esto es lo que hace falta para tener éxito como empresario. Si no puedes hacerlo, si la idea te hace sentir incómodo, ni siquiera lo intentes".

A pesar de todos los ataques que recibió, Mr. Wonderful se mantuvo firme con su opinión. "Vas a tener que sacrificar la calidad de vida de tu familia durante los primeros años. Y la razón por la que lo haces, y lo que es inherente a esta declaración, es que estás comprando tu libertad a futuro y la libertad de tu familia. Esa es toda la idea".

Las palabras de O'Leary nos obligan a reflexionar sobre el significado del éxito y la libertad genuina.

Muchos definen el éxito como una persona que vive un estilo de vida de primera clase. Que tiene lo mejor de todo. Que puede permitirse comprar ropa cara de diseñadores exclusivos. Que conduce un auto de último modelo. Que se codea con el jet-set en todo el mundo. Que come en los restaurantes de moda. No hay nada que desee y que no pueda tener.

Pero una vida familiar de mala calidad, "perder a tu esposa" mientras crece tu cuenta bancaria, no clasifica según nuestros parámetros como "vivir una vida exitosa". En definitiva, ¿qué ganas teniendo todo ese dinero si al terminar el día de trabajo regresas a una casa oscura y dolorosamente silenciosa?

Las personas más felices de la tierra son aquellas que tienen alguien con quien compartir su vida. Sacrificar a tu cónyuge y a tus hijos por tu fortuna no te brindará satisfacción. ¿Cuánto placer puede ofrecerte tu logro más caro si estás solo?

Hay algunas cosas que no se pueden comprar: la familia, la bondad, la serenidad y la vida espiritual. O'Leary sugiere que sacrifiques el amor en beneficio del dinero. Él cree que después podrás ponerte al día con la vida familiar que hayas perdido.

Pésimo consejo.

No es posible volver el reloj hacia atrás. Conocí demasiadas personas que vivían con profundo arrepentimiento por las elecciones que tomaron en sus vidas. El tiempo es uno de los mayores bienes que poseemos. Una vez perdido, no hay forma de recuperar el momento. No hay manera de ponerse al día. Los niños crecen. Te has perdido el momento de acostarlos, sus partidos en las ligas menores, toda su infancia.

Los matrimonios avanzan. Todas las noches que pasaste en viajes de negocios, poniéndote al día con emails y cerrando tratos a cambio de tu relación de pareja, no pueden volver a experimentarse.

Para O'Leary, esta clase de éxito trae "libertad". Su libertad implica que tienes una tarjeta de crédito ilimitada. O que eres libre de tener que pasar tiempo con tu cónyuge o con tus hijos. Puedes subir a tu convertible descapotable, con la música a todo volumen, y no hay nadie que te detenga.

El judaísmo entiende de otra forma el significado de libertad.

En Egipto, bajo la tiranía del Faraón, los judíos estaban esclavizados física y espiritualmente. En hebreo, la palabra para Egipto es Mitzraim, que implica 'constricción', 'estrechez'. Los esclavos estaban atrapados en un lugar oscuro, confinado, sin poder elegir cómo pasar su tiempo. Luego llegó el momento milagroso del Éxodo. Los judíos recibieron la libertad del tiempo, la libertad de vivir una vida llena de propósito y plenitud. Porque sin propósito… ¿de qué se trata la vida?

Hoy la gente está esclavizada por otra forma de constricción y estrechez. Se pierden a sí mismos para tener éxito económico a toda costa, trabajando todo el tiempo. Se agobian con sus carreras, las computadoras portátiles y los emails. En vez de descubrir la satisfacción y la plenitud verdadera, ese impulso incesante de "acumular una fortuna" es un capataz implacable que destruye lentamente sus almas.

O'Leary nunca menciona actos nobles de bondad o esfuerzos para hacer del mundo un lugar mejor. Ochos días a la semana implica que nunca tienes la oportunidad de desintoxicarte y recalibrarte espiritualmente, de alejarte de esa carrera interminable e inútil y reconectarte con aquello que verdaderamente valoras.

Después de que falleció mi padre, fui a la casa de mi infancia para tratar de acomodar parte de sus papeles. Encima de la pila había una hoja donde mi padre había escrito: "Una vida larga no es suficientemente buena. Pero una buena vida es suficientemente larga".

Piensa cuál es tu definición de lo que es el éxito y la libertad genuina, y pregúntate: ¿Acaso esto me llevará a vivir una vida que sea verdaderamente buena?

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