La inquietante lección de Kristallnacht en la actualidad

09/11/2023

3 min de lectura

El mal en su forma más cruda fue desenmascarado sin vergüenza, un premonitorio escalofriante para la destrucción de la judería europea.

La mayoría de las veces, el mal se cubre con alguna forma de justicia aparente. Lenin, Stalin, Pol Pot y el Presidente Mao mataron a millones por lo que afirmaron eran "causas justas" que beneficiarían a la humanidad. Muchos en el mundo musulmán enmascaran su comportamiento malvado y terrorismo con el manto de la religión y la fe.

Sin embargo, hasta cierto punto, el comportamiento brutal y malvado de los nazis y alemanes hacia el pueblo judío fue una excepción a esta regla. Aquí estaba el mal en su estado más puro, desenmascarado y sin vergüenza, sin excusas ni justificación alguna. Así como la barbarie ejecutada por Hamás el 7 de octubre de 2023, esta clara revelación del mal quedó expuesta de forma abierta en todo el mundo en la noche de Kristallnacht, la "noche de los cristales rotos".

Sinagogas incendiadas hasta los cimientos, judíos asesinados y arrestados y enviados a campos de concentración, tiendas y hogares judíos destruidos y vandalizados, todo esto ocurrió en esa oscura noche de noviembre de 1938. En aquella noche se hizo evidente, para aquellos que estaban dispuestos a ver y entender, que la Solución Final se convertiría inevitablemente en una realidad.

Kristallnacht fue el evento crucial en la destrucción de la judería europea.

Kristallnacht fue el evento crucial en la destrucción de la judería europea. La única pregunta después de la Kristallnacht era si se podía hacer algo para salvar a la judería europea del desastre planificado que Hitler y sus cómplices deseaban infligir al pueblo judío.

Desafortunadamente, la respuesta práctica a esta cuestión de vida o muerte resultó ser de impotencia y casi rendición. Así, la Kristallnacht debería haber quitado las vendas de los ojos del mundo occidental sobre lo que les esperaba unos pocos meses más tarde por parte de Alemania: una guerra mundial que destruiría decenas de millones y arrasaría Europa por generaciones. Parte de la tragedia de la Kristallnacht es que no envió la llamada de atención necesaria a aquellos que aún podrían haberse enfrentado a Alemania. Y así llegó la tragedia.

Guerra contra Dios

No fue un evento aleatorio que se destruyeran sinagogas y se profanaran los rollos de la Torá. El régimen nazi en Alemania era básicamente anti religión y anti Dios, y el pueblo judío representaba —y todavía representa— la fe y el temor a Dios. Los judíos individuales, a pesar de que millones de ellos habían abandonado la práctica y la fe judías, quedaron atrapados en la red de la fe y la tradición judía de la Torá. Hitler afirmó que el problema judío era genético y no de caracter individual.

La mayoría de los judíos en Alemania estaban asimilados y se comportaban como orgullosos alemanes que anteponían su germanidad a su ascendencia judía. Pero la judaicidad nunca puede separarse de la Torá, y si había judíos que no entendían esto, los nazis ciertamente sí. Kristallnacht fue un ataque contra el judaísmo, contra la Torá, contra Dios mismo, por decirlo de alguna manera. Los judíos siempre fueron perseguidos no por su comportamiento personal o fallos humanos, sino por la fe y el sistema de valores que representan.

El judaísmo fue la antítesis de todo lo que el nazismo y su barbarie representaban. Y por lo tanto, Kristallnacht marca el comienzo de esa guerra total contra el judaísmo, el pueblo judío, la Torá y el Dios de Israel. Y podemos decir de Kristallnacht lo que el gran mártir de tiempos romanos, Rabi Janina ben Teradyón, dijo del rollo de la Torá en el que fue envuelto y quemado vivo: "Los pergaminos y la piel pueden quemarse hasta convertirse en cenizas, pero las letras de la Torá aún flotan en el aire". Las sinagogas y los rollos de Torá de los judíos de Alemania se redujeron a cenizas y los judíos fueron asesinados, pero las palabras y valores de la Torá y las almas de los asesinados aún flotan en el aire, y aún plantean dilemas morales en la conciencia colectiva.

Fuego que construye

Kristallnacht nos exige fortalecer nuestros lazos con el judaísmo y mantenernos firmes en defensa de los valores y la vida de los judíos en todo el mundo y en defensa del estado judío. Es terriblemente trágico que Hitler obtenga una victoria póstuma sobre la Torá y el pueblo judío. Decir "nunca más" es ilusorio y de por sí impráctico. Solo las acciones y esfuerzos constructivos pueden garantizar el "nunca más" como una realidad.

Cada judío tiene la responsabilidad hacia sí mismo y hacia el futuro de su familia, así como hacia la historia y el destino judío, de fortalecer su apego al judaísmo y al pueblo judío.

Los fuegos de la "noche de los cristales rotos" deben convertirse en el fuego vivo del judaísmo y de la vida judía dentro de las almas del pueblo judío. El fuego destruye y el fuego calienta; puede ser constructivo o destructivo. Esas elecciones siguen estando en nosotros. Kristallnacht y sus eventos centran nuestra atención en estas elecciones.

Que la memoria de Kristallnacht encienda el fuego de un futuro judío más brillante y esperanzador dentro de todos nosotros.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.