Los antisemitas prosperan cuando los judíos se avergüenzan de su judaísmo

27/12/2023

5 min de lectura

El judío del 8 de octubre no sólo debe apoyar sin vergüenza su sionismo, sino que debe aceptar, vivir y promover el judaísmo sin pedir disculpas.

Bret Stephens, el columnista del New York Times ganador del Pulitzer, habló hace poco en mi sinagoga. En su charla, se refirió a su reciente columna que hablaba sobre cómo, para los judíos de la diáspora, cada día debe ser el 8 de octubre. Él comenzó diciendo:

"En algún lugar en las oficinas centrales de la CIA había un cartel (que por lo que sé, sigue estando allí), que decía: 'Todos los días es el 12 de septiembre'. Ellos colocaron ese cartel para recordarle al personal de la agencia que lo que sintieron inmediatamente después de los ataques del 11 de septiembre del 2001 (la sensación de indignación y propósito, de favorecer la iniciativa por encima de la precaución, de no dar nada por sentado), debía ser la mentalidad con la que llegaban a trabajar cada día. Yo creo que debería haber un cartel similar en cada organización, sinagoga y escuela judía, en los escritorios de cualquier persona (judía o no) para quien la seguridad y el bienestar de los judíos sea un objetivo sagrado: 'Todos los días es el 8 de octubre'".

Stephens continuó compartiendo varias conclusiones importantes y esclarecedoras sobre cómo los espantosos y barbáricos pogromos del 7 de octubre —que no se asemejan a nada que hayamos visto desde el Holocausto— nos han cambiado para siempre. Una de sus conclusiones claves: "El 8 de octubre, los judíos nos despertamos y descubrimos quiénes NO están de nuestro lado". Stephens continuó enumerando a los supuestos "amigos", las instituciones "prestigiosas" y los movimientos que nos abandonaron, nos traicionaron y con quienes ya no deberíamos sentir afinidad ni buscar su aprobación.

El 8 de octubre, los judíos nos despertamos y descubrimos quiénes NO están de nuestro lado.

Él concluyó:

"Más de 3.800 años de historia judía siguen arrojando la misma lección: a la larga, estamos solos. ¿Qué podemos hacer los judíos del 8 de octubre? Podemos dejar de sentirnos avergonzados, equivocados o a la defensiva respecto al sionismo que es, en definitiva, uno de los movimientos de liberación nacional más exitosos del mundo…".

Bret Stephens es un judío orgulloso que apoya a Israel, un comentador brillante y perspicaz. Sin embargo, yo creo que hay todavía más para el judío del 8 de octubre, un cambio radical, sin el cual no podemos esperar vencer a nuestros enemigos, y sin el cual no podemos sobrevivir ni prosperar.

El judío del 8 de octubre no sólo debe apoyarse sin vergüenza en su sionismo sino que debe aceptar, vivir y promover el judaísmo sin pedir disculpas. El judío del 8 de octubre debe encontrar su propia voz, no sólo la voz y el vocabulario para presionar, defender, manifestar y luchar por los derechos del estado y del pueblo judío. El judío del 8 de octubre debe encontrar su singular voz judía, una voz inspirada por la auténtica sabiduría judía. Debemos elevar nuestras voces de tefilá (plegaria) y voces de estudio de Torá, nuestras voces de unidad judía y nuestras voces de entendimiento de los valores de la Torá, justicia y verdad.

Cuando los judíos se quedan en silencio

Cuando Iaakov se presentó ante su padre Itzjak para recibir las bendiciones de su hermano Esav, él disfrazó sus brazos pero no su voz. Desconcertado ante esta incongruencia, Itzjak dijo: "La voz es la voz de Iaakov, pero las manos parecen las manos de Esav". Señalando la anomalía, que la voz de Iaakov simplemente era incompatible con las manos de Esav, los sabios rabínicos concluyen (Midrash Bereshit Rabá 63:20):

"La voz es la voz de Iaakov" – cuando la voz de Iaakov se encuentra en las sinagogas, las manos no son las manos de Esav; pero de lo contrario, "las manos son las manos de Esav".

Los antisemitas prosperan cuando nos asimilamos, cuando estamos a la defensiva, nos avergonzamos y tememos de nuestra identidad y nuestros valores judíos. Cuando bajamos el volumen de nuestras voces judías, ellos tienen fuerza para levantar sus manos contra nosotros y golpearnos.

El judío del 8 de octubre debe enfrentar a esos enemigos, a veces en el campo de batalla, otras en audiencias en el Congreso o en las cortes. Pero el judío del 8 de octubre también debe confrontarse a sí mismo, confrontar su pasión judía, su orgullo judío y su práctica judía.

Volverse profesionales

En su breve pero poderoso libro "La guerra del arte", Steven Pressfield habla sobre la 'resistencia', la fuerza que nos impide cumplir nuestros sueños y desarrollar nuestro potencial. Él describe los peligros y la metodología de la resistencia y finalmente ofrece una estrategia para superarla. Él escribió:

Los aspirantes a artistas derrotados por la Resistencia comparten una cualidad. Todos ellos piensan como amateurs. Todavía no se convirtieron en profesionales.

El momento en el cual un artista se convierte en profesional es tan épico como el nacimiento de su primer hijo. De un golpe, todo cambia. Puedo declarar de forma absoluta que mi vida puede dividirse en dos partes: antes de convertirme en profesional, y después.

Que quede claro: cuando digo profesional, no me refiero a médicos y abogados, aquellos que tienen "profesiones". Me refiero al Profesional como un ideal. El profesional a diferencia del amateur. Consideremos las diferencias.

El amateur juega por diversión. El profesional juega de forma permanente. Para el amateur, el juego es un placer. Para el profesional es su vocación. El amateur juega parte del tiempo, el profesional lo hace a tiempo completo. El amateur es un guerrero de fin de semana. El profesional está allí los siete días de la semana.

La palabra amateur viene de la raíz latina que significa 'amar'. La interpretación convencional es que el amateur sigue su vocación por amor, mientras que el profesional lo hace por dinero. Pero yo no lo veo así. En mi opinión, el amateur no ama lo suficiente el juego. Si lo hiciera, no lo seguiría haciendo como algo secundario, distinto a su vocación "real".

El profesional lo ama tanto que le dedica su vida. Se compromete a tiempo completo. A eso me refiero cuando hablo de convertirse en profesional. La 'resistencia' odia que nos volvamos profesionales.

Sí, los judíos del 8 de octubre debemos saber quienes NO son nuestros amigos. Como argumenta convincentemente Bret Stephens, nosotros, los judíos del 8 de octubre, debemos estar dispuestos a construir nuestras propias instituciones, conforme a nuestros propios valores.

Pero lo más importante es que nosotros, los judíos del 8 de octubre, debemos estar dispuestos a volvernos profesionales en nuestro judaísmo. Desde el observante hasta el más alejado, no podemos continuar con nuestro judaísmo de la forma habitual, no podemos ser amateurs con una actitud casual, con prácticas judías tibias, con experiencias y vidas judías imperturbables. Nuestro judaísmo no debe observarse sólo los fines de semana o en las festividades, sino que debe estar presente los siete días de la semana. Nuestro estudio y nuestras plegarias no deben ser un placer ocasional sino una vocación. Debemos amar nuestro judaísmo, la Torá y Dios tanto como para estar dispuestos a dedicarles nuestra vida.

En Israel, por todas partes hay carteles, calcomanías en los autos y en los costados de los autobuses con el lema: "Am hanetzaj ienatzeaj – el pueblo eterno vencerá". Si queremos prevalecer, debemos asegurarnos de que el judío del 8 de octubre practique un judaísmo eterno.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.