Mi encuentro con jóvenes judíos progresistas

10/12/2023

7 min de lectura

No hemos educado adecuadamente a la nueva generación respecto a la historia judía, los valores judíos y la conexión judía con la Tierra de Israel.

Hace poco pasé una noche conversando con judíos progresistas de izquierda, jóvenes que se sienten muy molestos por lo que está sucediendo en Gaza. Ellos culpan por completo a Israel por el conflicto, por la forma en que trata a los palestinos. Pero estuvieron dispuestos a reunirse con un rabino y tener un acalorado intercambio de ideas.

Todos se identifican políticamente como progresistas, y como me dijo uno de ellos: "Todas las personas que conozco son anti sionistas". Del encuentro entendí varias cosas muy valiosas sobre las cuales sigo reflexionando. Aquí hay algunas de ellas.

Ellos están abiertos a un diálogo entre las partes

Muchos judíos progresistas están abiertos a discutir y aprender cosas nuevas sobre la situación en Israel. Pero es esencial también escucharlos a ellos y reconocer que gran parte de sus preocupaciones surgen de un lugar genuino y entendible. Cualquiera que ve las imágenes y las filmaciones que llegan desde Gaza ve el desastre humanitario que está ocurriendo allí. Sentirse molestos por eso y querer hacer algo al respecto es algo que debe ser admirado, no condenado. Al reconocer su preocupación, descubrí que estaban abiertos a discutir las razones detrás de lo que está sucediendo.

Saben muy poco sobre historia judía

Este grupo de judíos progresistas está desconectado de la historia judía. Su percepción de la historia judía en Israel comienza justo antes de 1948 con la inmigración del pueblo judío a la zona. Ellos consideran que la situación fue que los judíos huían del antisemitismo y llegaron a una tierra en la cual vivían los árabes, volviéndoles difícil la vida y eventualmente creando su propio estado judío en esa tierra árabe. El hecho de que los judíos tuvieran una presencia continua en la Tierra de Israel durante miles de años les era desconocido. A su favor, yo les dije: "No quiero aburrirlos con una lección de historia"; pero ellos respondieron: "No. Cuéntanos. Queremos saber".

Así fue que analizamos algunos episodios claves de la historia judía que muestran esta presencia continua, desde la construcción y la destrucción de los dos Templos en Jerusalem, hasta la escritura de la Mishná y el Talmud de Jerusalem en los siglos II y III; a la presencia judía en Jerusalem en el año 1099 cuando llegaron los cruzados; al florecimiento de la vida judía en Tzfat en el siglo XVI. Ellos vieron por primera vez que los judíos estuvieron conectados a la Tierra de Israel durante milenios.

Tienen poco conocimiento sobre pensamiento y creencia judía

No sólo están desconectados de la historia judía, sino que su conocimiento de la creencia y del pensamiento judío también es deficiente. Cuando mencioné que incluso cuando el 99% de los judíos fueron exiliados de Israel, los judíos siempre quisieron regresar y que estamos conectados a la tierra tanto como cualquier otro pueblo, me preguntaron: "¿Acaso la idea de que los judíos anhelan la Tierra de Israel no es sólo una metáfora? Literalmente no queremos retornar, porque eso implicaría que un judío en Israel es 'más judío' que un judío en la diáspora".

Describí que el anhelo de retornar a la Tierra de Israel no es sólo una metáfora, sino una realidad literal; que durante siglos los judíos, liderados por famosos Rabinos (como Maimónides, Najmánides, discípulos del Gaón de Vilna y otros), lo concretaron y de hecho retornaron. Si bien un judío puede tener una vida judía próspera fuera de Israel, la creencia judía es clara respecto a que el judío de forma individual y el pueblo judío en general sólo puede desarrollar su potencial completo viviendo en la Tierra de Israel.

La desconfianza de un "estado judío"

Ellos desconfían de un "etnoestado", es decir del hecho de que Israel sea un "estado judío", lo cual en sus mentes implica extremismo religioso. Basado en esto, abogan por "la solución de un solo estado", esto es, no un estado judío separado, sino un estado democrático donde todos los judíos y los palestinos vivan juntos. Con sinceridad me preguntaron si esta era una potencial solución.

Les respondí que no es una solución realista por varias razones:

  • Ignora la larga historia de conexión judía con la Tierra de Israel, como ya hemos descripto. Esta conexión no se basa sólo en judíos individuales que viven en Israel, sino en el pueblo judío viviendo allí como una nación. Con un ejemplo simplista, la idea de que las fiestas nacionales sean Janucá o Pésaj y no Navidad o la Pascua sólo puede ocurrir si se trata de un estado judío.
  • Ignora el conflicto entre israelíes y palestinos. Quizás los Estados Unidos y Canadá podrían unirse como un solo país porque no hay animosidad ni violencia entre ellos. Pero pensar que israelíes y palestinos, que han estado luchando durante un siglo, puedan vivir juntos pacíficamente en un mismo país, no es realista.
  • Ignora los deseos de quienes están en el terreno. Los palestinos dicen que quieren su propio estado. Los israelíes quieren su propio estado judío. Ninguno de los dos dice que quiere unirse. Sólo los occidentales que viven alejados de las realidades en el terreno abogan por semejante solución.
  • Las críticas hacia un estado judío también ignoran el hecho de que el 20% de los israelíes no son judíos. Los árabes israelíes participan en la democracia israelí, asisten a las universidades israelíes y tienen libertad religiosa. Además, ignora el hecho de que hay aproximadamente 50 países musulmanes en el mundo, incluyendo algunos como Arabia Saudita, que no aceptan personas que no sean musulmanas.

No entienden que la mayoría de los israelíes viven con miedo

No entienden y no aprecian el miedo con el que viven la mayoría de los israelíes y judíos. Si bien no caben dudas de que hoy los palestinos también viven con miedo por los ataques militares, es crucial entender que la razón por la cual Israel está haciendo esto es porque también ellos viven con miedo. Lamentablemente, una de las características que definen la historia judía es el antisemitismo. Virtualmente en cada lugar al que los judíos llegaron en cada generación, fueron el blanco del odio y la violencia. Desde pogromos a guetos, de líbelos de sangre al Holocausto, los judíos tienen un miedo profundamente arraigado de ser atacados y masacrados. Desde antes de la creación del estado de Israel, los judíos de la Tierra de Israel estuvieron bajo el ataque de sus vecinos árabes, así como de los países árabes vecinos. Desde el ataque antes de la creación del estado de Israel a las guerras de 1948, 1956, 1967, 1973 y posteriores, hasta el despiadado terrorismo de los últimos 40 años, los judíos en Israel consideran que su presencia es sumamente precaria.

Para muchos judíos, el ataque del 7 de octubre sacó a luz gran parte de estos miedos; la sensación de impotencia y vulnerabilidad ante los asesinos antisemitas. Podemos debatir sobre las acciones históricas y políticas actuales, pero para entender de verdad por qué ocurre esta situación, debemos comprender el miedo y el trauma con el que vive el pueblo judío.

Evitar el pensamiento "blanco o negro"

La mejor manera de cerrar las brechas es luchar contra la polarización y evitar pensar en "blanco o negro". Quienes están del lado "pro-Israel" tienen que comunicar empatía y comprensión por la preocupación respecto a los civiles palestinos. Sin esto no hay credibilidad ni siquiera para comenzar una conversación. Pero aquellos que están en el campo progresista también deben comprender que el uso de lenguaje extremo, como "genocidio", "colonialismo" y "apartheid" sirve para crear más división y hace imposible que sus puntos de vista y sus opiniones sean tomados en serio.

Quienes están del lado "pro-Israel" tienen que comunicar empatía y comprensión por la preocupación respecto a los civiles palestinos. Sin esto no hay credibilidad ni siquiera para comenzar una conversación.

Si los judíos progresistas fueran capaces de decir: "Entiendo que Israel fue atacado una y otra vez, y entiendo por qué los israelíes se quieren defender y luchar contra grupos terroristas como Hamás", ganarían la credibilidad para decir: "pero me preocupa cómo Israel lucha contra Hamás porque hay muchos civiles palestinos que mueren en el proceso". Esta es una conversación y un debate que puede mantenerse, y necesita tener lugar con un entendimiento de que Israel no tiene malas intenciones.

Oponerse a la opresión

Protestar contra Israel se convirtió en "una metáfora" para toda clase de gente diferente que busca "luchar contra la opresión". Los norteamericanos jóvenes y progresistas buscan tomar una postura en contra de las injusticias en el mundo. Eso es algo bueno. Lamentablemente, muchos de ellos no entienden los matices ni el contexto de lo que ocurre en Israel, y consideran que "el sufrimiento de los palestinos" es sólo otra injusticia cometida contra un pueblo oprimido. Esto ha creado una alianza entre aquellos que quieren manifestarse a viva voz contra la opresión y eligieron el tema de los palestinos como el lugar en el cual hacerse escuchar.

Causas humanitarias

Les pregunté si les preocupaba que una parte significativa de esas protestas parecen ser radicales. Prevalecen las esvásticas, cánticos tales como "Desde el río hasta el mar", abogando por la desaparición de Israel, llamados a la violencia como "por cualquier medio necesario". Una de las jóvenes presentes en el encuentro dijo que ella cree que alrededor de la mitad de los manifestantes sólo están molestos por la crisis humanitaria que ven y quieren detenerla. Según su opinión, la otra mitad son antisemitas y buscan la destrucción de Israel. "Ni siquiera puedo decirte cómo sé la diferencia, pero puedo decirlo", agregó.

Una identidad judía positiva

Estos jóvenes judíos están abiertos a explorar sus identidades judías. Uno podría pensar que su antisionismo implica que han rechazado su judaísmo, pero no es así. Un miembro del grupo me dijo que recientemente comenzó a explorar su identidad judía, y todos parecían abiertos y positivos respecto a su identidad judía.

Si bien para muchos judíos hay una conexión intrínseca entre nuestra identidad judía y el apoyo a Israel, estos judíos progresistas separan ambos temas. Si bien sus opiniones sobre Israel me entristecieron, me alegró que sigan teniendo una identidad judía positiva y que estén dispuestos a aprender más.

Tenemos mucho trabajo por delante

Salí del encuentro con estos jóvenes judíos progresistas sintiendo que la comunidad judía ha fracasado. No educamos debidamente a la nueva generación sobre la historia judía, los valores judíos y la conexión judía con la Tierra de Israel. ¿Cómo podemos culpar a jóvenes profesionales judíos de 25 años por no entender la misión y el propósito del pueblo judío si nunca se los enseñaron y están rodeados por una comunidad que no empatiza con eso?

En vez de condenarlos, debemos escuchar sus opiniones, validar sus preocupaciones y luego desafiarlos a pensar críticamente y aprender la vital historia y el contexto que se les ha ocultado.

En vez de condenarlos, debemos escuchar sus opiniones, validar sus preocupaciones y luego desafiarlos a pensar críticamente y aprender la vital historia y el contexto que se les ha ocultado. Muchos judíos liberales se están cuestionando sus creencias preconcebidas. La pregunta que debemos formularnos es: ¿Estaremos allí para recibirlos con respeto y empatía, o los alejaremos todavía más con nuestra desconfianza y desprecio?

Ahora, más que nunca, debemos incrementar nuestros esfuerzos para educar sobre la historia y los valores judíos a aquellos que más lo necesitan.

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