Vivir con trastorno obsesivo compulsivo

09/02/2023

3 min de lectura

Vivir con TOC es vivir en el mundo de la duda y la incertidumbre constante.

Cuando se piensa en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), probablemente se piensa en gente que se lava constantemente las manos por miedo a contaminarse, o que cuenta cosas compulsivamente, o revisa muchas veces si cerró con llave la puerta.

Si bien estas son formas de TOC, en realidad TOC cubre muchas otras formas de comportamiento. Lo que todas ellas tienen en común es la naturaleza involuntaria y angustiosa de las obsesiones y compulsiones (Si alguien disfruta de su obsesión o compulsión, no se trata de TOC).

TOC es vivir en el mundo de la duda. En el reino de la incertidumbre. Vivir pensando: "¿Pero qué pasa si…?". Por supuesto, en la vida nada puede ser completamente seguro. Puedo esforzarme por concentrarme al cerrar mi puerta, enfocarme en el evento para recordarlo luego con claridad, pero tal vez mi recuerdo es simplemente mi imaginación, "recordar" lo que me hubiera gustado que ocurriera, o lo que sucedió ayer.

Incluso si me escribo una nota a mí mismo diciendo que cerré la puerta, me digo a mí mismo que tal vez cometí un error al escribirla y pensé que había cerrado la puerta cuando en verdad no lo hice. Esto lleva a una búsqueda de tranquilidad que nunca puede ser satisfecha y que sólo alimenta todavía más al TOC.

Entonces regresé para revisar si la puerta estaba cerrada, pero llegué a dudar también ese recuerdo por lo que volví de nuevo a revisarla, una y otra vez…

Pienso que en cierto sentido el TOC es como una enfermedad autoinmune de la mente. Así como el sistema inmunológico es vital para la vida de un organismo, pero en una enfermedad autoinmune ataca al cuerpo mismo, también el TOC toma procesos de pensamientos vitales (nuestras protecciones internas contra el comportamiento inapropiado o imprudente), y los vuelve en nuestra contra, haciéndonos temer de comportamientos muy seguros.

Mi lucha personal con el TOC llevó muchos años. Todo comenzó de forma bastante repentina, provocado por un evento importante de la vida. Podría describirlo en dos frases: "pura O" y "escrupulosidad". Pura O (obsesión) implica pensamientos obsesivos sin acciones compulsivas. Estos pueden variar desde tener perturbadores pensamientos sexuales o violentos; las personas religiosas pueden tener pensamientos blasfemos o no deseados, etc. Si bien no hay compulsión física, los pensamientos conducen al pensamiento obsesivo, preguntándonos qué significan esos pensamientos. "Si pienso en lastimar a alguien, ¿eso significa que realmente quiero lastimarlo? ¿Acaso soy un psicópata?".

A continuación tiene lugar una búsqueda interminable de "pruebas" definitivas de que la persona obsesiva no es realmente peligrosa. Es interminable porque, como dije antes, no es posible encontrar ninguna prueba definitiva. La realidad es que la obsesión pura se caracteriza por la naturaleza perturbadora de los pensamientos: el hecho de que la persona los encuentre tan perturbadores es la prueba de que es poco probable que llegue a actuar con ellos. Pero esto no suele ser una prueba suficientemente fuerte en medio del pensamiento obsesivo.

El otro aspecto de mi TOC era la escrupulosidad. La escrupulosidad ocurre cuando una persona se preocupa por llegar a transgredir su código moral o religioso. En mi caso, esto por lo general adoptaba la forma de preocuparme por haber transgredido las leyes de la dieta judía (kashrut) y consultar obsesivamente con mi rabino o buscar en libros para ver si lo que había hecho estaba bien.

El judaísmo no provocó mi TOC. Las investigaciones demostraron que la religión no causa TOC, simplemente determina la forma que este trastorno adoptará. De no haber estado preocupado por las leyes alimenticias judías, probablemente hubiera estado obsesivamente preocupado por la higiene de los alimentos. TOC simplemente encuentra el área más dolorosa (porque es la más sensible) para atacar.

Eventualmente, con terapia de exposición CBT, logré progresar y desafiar mis compulsiones. Obligándome a mí mismo a realizar actos que mi mente consideraba que eran más preocupantes de lo que en verdad eran. Lentamente me fui aclimatando a comportamientos que mi mente TOC consideraba peligrosos, pero que eran normales para la mayoría de las personas, hasta que ya no fue necesario la revisión compulsiva y las obsesiones comenzaron a desaparecer.

También las autopercepciones negativas subyacentes al TOC se disiparon cuando comencé a sentir que tal vez no era tan mala persona, que quizás incluso era una buena persona. La experiencia de TOC fue extremadamente dolorosa, pero con ayuda de Dios logré superarla.


La versión original de este artículo apareció en "The Den of Geek".

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