6 reglas que toda suegra y nuera deberían seguir

12/03/2024

5 min de lectura

Una breve guía para mantener el respeto mutuo y una relación positiva.

La dinámica suegra-nuera es una de las relaciones más delicadas que hay. Pero si quieres vivir en armonía, es crucial aprender a maniobrar en esta relación. Aquí hay seis reglas básicas que ambas tienen que seguir para mantener el respeto mutuo y una relación positiva.

1. Juega limpio

¡Felicitaciones! Tu hijo se casó. Ahora es el momento de jugar limpio. Por más incómodo que pueda resultar al principio, debes tratar a tu nuera como si fuera tu propia hija. Si le compras a tus hijas joyas o las llevas de compras, haz lo mismo con tu nuera. Si compras algo a tu hijo, compra algo similar para tu nuera.

Trata a tu nuera como si fuera tu propia hija.

Una de mis alumnas me contó que cuando se comprometió el hermano de su esposo, su suegra pagó el maquillaje de todas sus hijas pero no le ofreció la misma cortesía a su nuera. Ella se sintió menospreciada por no haber estado incluida en los preparativos familiares.

Otra alumna compartió que sus suegros compraban ropa para todos sus hijos con su tarjeta de crédito, pero su propia ropa ella tenía que pagarla del presupuesto conjunto de la pareja.

En ambos escenarios, la solución es simple: para ambos o para ninguno.

Esos momentos son oportunidades para crear cercanía y conexión. Si fracasas en eso, puedes crear un abismo que es difícil de reparar o superar. Tu nuera recordará esos gestos durante mucho tiempo, para bien o para mal.

Jugar limpio no es algo exclusivo para las suegras. Las nueras también tienen que seguir esta regla. Trata a tu suegra como a tu propia madre. Llámalas a ambas con la misma frecuencia y pasa tiempo con ellas por igual si viven en la misma ciudad. Dales a tus hijos el regalo de dos pares de abuelos en vez de favorecer a uno. Esfuérzate por crear un campo de juego igualitario e incluye a todos lo máximo posible. Aquí está el gran secreto: mientras más incluyas a tus suegros en tu vida, menos se van a entrometer. Cualquier cosa "extra" que hagas por tu madre, hazla también por tu suegra.

2. Deja de tomártelo como algo personal

Una alumna me llamó para quejarse sobre los padres de su novio. “¡Sé que me odian! Fui por primera vez a su casa y estuvieron muy callados. ¡Ni siquiera me hablaban!”

Le recordé que quizás su silencio no tenía nada que ver con ella. Tal vez acababan de recibir malas noticias o estaban nerviosos por dar una buena primera impresión. A veces la falta de conversación no tiene nada que ver contigo.

Asumimos demasiado rápido que las conductas de los demás dependen de nosotros. ¡Lo más probable es que no tenga nada que ver con nosotros!

A veces una acción neutra puede tomarse de mala manera.

Una alumna me llamó una vez para quejarse: “¡No vas a creer esto! Mi suegra me preparó la cena y me la trajo. ¿Acaso piensa que yo no sé cocinar? ¡Ahora tengo todas estas sobras que ni siquiera necesito! ¡No soporto su necesidad de controlar todo!”

Intenté explicarle que ese mismo escenario podía ser el sueño hecho realidad para otra mujer…

Deja de tomarte todo como algo personal y libérate de la carga de los patrones de pensamiento críticos.

3. Encuentra una forma de elogiar y agradecer

Incluso si te parece que tu suegra es autoritaria y controladora, de todos modos puedes encontrar algo por lo que elogiarla y agradecerle. Al fin y al cabo, ella dio a luz y educó al hombre que te pareció digno para casarte.

Y para las suegras, incluso si piensas que tu nuera está a la altura de tus expectativas, siempre hay algo genuino que puedes decirle para elogiarla o darle un cumplido. Al fin y al cabo, ¡tu hijo la eligió a ella!

Encuentra algo para elogiarla sinceramente.

Entrega elogios y gratitud genuina lo máximo posible. Encuentra algo para elogiarla sinceramente. Siempre puedes agradecerle por trabajar duro para cuidar a tu hijo, a ella misma y a tu familia.

Por más que no se agraden, la familia estaría incompleta si alguna de las dos no estuviera.

4. Ayuda todo lo que puedas

La mayoría de las suegras y nueras se consideran a sí mismas serviciales. Entonces, ¿por qué todas tienden a quejarse de que la otra no la ayuda?

A veces tu definición de ayuda puede no ser muy útil para tu suegra o nuera.

En aras de la claridad, pregúntale a tu suegra o nuera: “Me gustaría ayudarte en lo que necesites. ¿Qué puedo hacer que realmente te sirva de ayuda?”

Una vez que definen la ayuda, haz lo máximo que puedas. Generalmente, la ayuda bien recibida es cuidar a los niños o pagar por ayuda doméstica como una enfermera para un recién nacido, un servicio de limpieza o alguien que haga arreglos en la casa. También puedes ofrecer cocinar para ellos, enviar regalos y proveer asistencia financiera si estás en la posición de hacerlo. La única advertencia es que la entrega verdadera requiere que no llegue con condiciones. No uses tu ayuda como un medio de control sobre la otra persona o para limpiar tu propia consciencia.

Una frase que me encanta es: “Cierra tus labios y abre tu billetera”.

La ayuda va en ambas direcciones, a veces en diferentes etapas de la vida y otras veces, al mismo tiempo. Como nuera, puedes y debes ser generosa con tus suegros. Regalos considerados, flores y otros gestos personales y bien intencionados pueden llegar lejos. Ayudar mientras estás de visita en su casa es una necesidad. Y asegúrate que tú y tus hijos respeten su casa y se esfuercen por mantenerla limpia mientras estén allí.

5. Escoge conexión sobre control

Control y conexión son fuerzas completamente opuestas en cualquier relación. Mientras más control ejercemos, menos conexión tendremos.

Mientras más control ejercemos, menos conexión tendremos.

Una de mis alumnas contó que su suegra insistía para que ella y su esposo fueran a cenar a su casa cada viernes por la noche.

“¡Yo no quiero ir allí todos los viernes! ¿Qué pasa si queremos ir a lo de mis padres, ver amigos o estar solos?”

Incluso si la pareja va porque la obligan, no lo disfrutarán ni sentirán una conexión. Un método mejor es darles espacio y permitirles que te acompañen a su discreción. Puede ser que no lleguen tan a menudo, pero cuando lo hagan, sabrás que realmente quieren estar ahí.

También las nueras deben recordar el concepto de evitar la conducta controladora. A veces usan a sus hijos para extraer ciertos comportamientos de sus suegros. Evitar a propósito que tus hijos vean a sus abuelos es manipulador y debe evitarse a toda costa.

Cuando escogemos conexión sobre control, la relación puede comenzar a avanzar en una dirección positiva.

6. Acepta y respeta

Es crucial que la madre de un hombre casado acepte y respete que la relación que una vez tuvo con su hijo ahora ha cambiado. No es mejor ni peor, simplemente diferente. Ahora él tiene que crear y nutrir su propio núcleo familiar. Tu seguirás siendo una parte importante de su vida, pero también tienes que confiar en todo lo que le has enseñado en su camino a la adultez y darle el espacio que necesita para transmitir esas lecciones a sus hijos. Respétalo lo suficiente para que él te muestre cómo entras ahora en su vida, en vez de meterte a la fuerza.

Puede que nunca te “guste” oficialmente tu suegra o tu nuera y está bien. Sólo tienes que aceptar el hecho de que son parte de la misma familia y escoger respetarse mutualmente, sin importar lo que pase.

No tienes que querer a tu suegra, pero debes respetarla.

A menudo, suegras y nueras comienzan su nueva relación con expectativas poco realistas. Tienden a buscar amor, valoración y reconocimiento dentro de la relación. No busques eso. En cambio, busca sólo respeto. Si bajamos las expectativas y escogemos el respeto ante todo, entonces eventualmente una relación ácida se volverá dulce y satisfactoria.

Como nuera, no tienes que querer a tu suegra, pero debes respetarla. Este es un requisito que cae dentro de la categoría de honrar a tus padres.

Como dijo una mujer sabia: “No intentes cambiar a la otra persona. Perderás ese juego”. Cuando me encuentro ante una circunstancia difícil, intento pensar: deja de preocuparte por quién tiene razón y enfócate en lo que es correcto. El respeto es lo correcto.

Al final del día, tienes que mirarte al espejo y sentirte orgullosa de lo que ves y ese sentimiento se extiende a nuestra familia. Cuando eliges respetar a tu familia, simultáneamente ganas respeto interior.

La dinámica de suegra y nuera es difícil de equilibrar. Puedes utilizar estas herramientas para crear y mantener la mejor relación posible.

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