Así es como acaba tu matrimonio

04/06/2023

3 min de lectura

Un libro de autoayuda para hombres sobre el matrimonio, revela los obstáculos que enfrentan las relaciones.


En un libro escrito basado en su propia experiencia de divorcio, Matthew Fray (un seudónimo para proteger la identidad de su exesposa e hijo), de 43 años, revela las amenazas ocultas que con el tiempo terminaron destruyendo su matrimonio. Su libro, This is How Your Marriage Ends" (Así es como acaba tu matrimonio) es una guía, especialmente para los hombres, para fortalecer las relaciones y evitar los errores que él cometió.

Dar importancia a las cosas pequeñas

Uno de sus puntos principales es que subestimamos el daño irreparable que causan las pequeñas discusiones. ¿Tu esposa te pidió que laves los platos sucios y los dejaste en el fregadero? Parece algo tan insignificante. ¿Quién se separaría por unos platos sucios?

Pero estos pequeños momentos de dolor, de sentirse ignorado y no validado, tienen un costo. Aunque comienzan como algo sin gran trascendencia, terminan volviéndose muy significativos en la vida de un matrimonio.

Ignorar noche tras noche el pedido de su esposa provocó que ella se sintiera ignorada y le causó mucho dolor.

Fray comprendió que ignorar noche tras noche el pedido de su esposa provocó que ella se sintiera ignorada y le causó mucho dolor. Siempre escuchamos que "no hay que dar importancia a las cosas pequeñas", pero Fray argumenta que sí deben importarnos. De lo contrario, las parejas continúan con peleas y malos entendidos que con el tiempo se vuelven muy pesados.

Por lo tanto, hombres (¡y mujeres!), presten atención a los deseos de su pareja. ¿Cuánto cuesta lavar un plato, dejar el teléfono de lado durante la cena o volver a guardar la leche en el refrigerador?

¿Acaso los hombres tienen más culpa?

Fray sabe que esto causará controversia, pero declara que por lo general la conducta masculina es más responsable del divorcio. Cuando le preguntaron al respecto, Fray dijo al Wall Street Journal que “la mayoría de los hombres en verdad no se sienten responsables por cualquier caos que ocurra… esa es la dura lección que los hombres descubren. Ellos dicen: ‘Llevamos casados 15 años y no siento que hice algo terrible. Soy víctima de las circunstancias’”.

Fray alienta a los hombres a aceptar la responsabilidad por las “heridas accidentales” causadas porque ellos crecieron sin las habilidades interpersonales necesarias para vivir en pareja. Incluso si no tenías la intención de herir a tu esposa, sí le causaste dolor. Él afirma que sin trabajar para aprender cómo transmitir empatía y consideración, probablemente la relación se desintegrará.

Un mal consejo matrimonial

De acuerdo con Fray, uno de los peores consejos es: “no se vayan a dormir enojados”. Si tanto el marido como su esposa sienten que están en lo correcto, también creen que sus emociones son justificadas. Si lo único que hacen es dar vueltas en círculos y no llegan a ningún acuerdo, es imposible sanar. Es mejor quedarse callado antes que seguir discutiendo toda la noche para “no irse a dormir enojados”.

¿Qué podemos hacer?

Después de leer la entrevista a Fray, me pregunté cómo podemos prevenir el dolor del divorcio.

No estoy segura de que la solución sea adjudicarles la culpa a los hombres por su falta de habilidades emocionales. Estoy segura de que hay muchos hombres buenos que también han sufrido mucha angustia.

Podemos comenzar formulándonos la misma pregunta que Dios le hizo a Adam y Javá en el Jardín del Edén cuando se escondieron bajo un arbusto: Aieka – ¿Dónde estás?

Obviamente Dios sabía dónde estaban físicamente. Lo que cuestionó fue su presencia emocional y espiritual. “¿En dónde estás ahora? ¿Cómo comenzaste el día rodeado de amor y bendición y ahora te escondes avergonzado? ¿Cómo llegaron a este lugar como pareja?

Cada día, podemos tomarnos nos momentos y preguntarnos: ¿Aieka? — ¿En dónde estoy en esta relación? ¿Estoy demostrando bondad y consideración? ¿Dije una buena palabra, abrí mi corazón y transmití alguna señal de afecto o cariño? ¿Estoy aportando a esta relación o doy a mi pareja por sentado? Si mi esposo/a me pide hacer algo, ¿simplemente ignoro su petición día tras día? ¿Miro hacia otro lado o pretendo que no escuché?

¿Realmente era tan difícil lavar el plato?

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