Ojalá alguien me hubiera dicho esto antes de que me casara

Hace 16 años que estoy casada y esto es lo que me habría gustado que alguien me hubiese dicho antes de dar el sí.

1. La satisfacción de tu esposa durante la intimidad tiene máxima prioridad. 

Es un mandamiento de la Torá que el hombre satisfaga sexualmente a su esposa. Interesantemente, no hay ninguna mención de un requerimiento de que la mujer tenga que satisfacer a su esposo. Como está escrito en la ketubá, el contrato matrimonial, el hombre debe proveer a su esposa alimento, vestimenta y, lo adivinaron, satisfacción íntima.

En un matrimonio sano, la máxima unidad se experimenta cuando tanto el hombre como su esposa alcanzan placer íntimo. Si sólo el hombre logra esa meta, la esposa queda frustrada y él ha fallado en proveerle sus necesidades. Él tiene que comprender que darle placer a su esposa es el objetivo principal, y que eso requiere sensibilidad, paciencia y disciplina.

Para las mujeres, es importarle permitirle a tu esposo dártelo. Sé diligente con respecto a tu placer. Está bien y es necesario recibirlo. Si sólo te enfocas en dar placer a tu esposo, de hecho puedes estar saboteando tu habilidad de recibirlo.

La mejor forma en que una mujer le da a su esposo es recibiendo placer de él. La satisfacción mutua en la habitación es la piedra fundamental de un matrimonio próspero.

2. No lo reveles todo

La mayoría de las personas se emocionan de ser vulnerables, de quitarse la máscara que ve el mundo exterior y ser amados por lo que son. La vulnerabilidad es crucial para desarrollar una relación duradera, pero revelar todo puede ser perjudicial y crear desconexión.

Los límites saludables, tanto físicos como emocionales, son un aspecto importante de la vulnerabilidad.

Emocionalmente no tienes que compartir cada detalle especifico de tu pasado con tu pareja, ni compartir cosas que generarán sentimiento de disgusto o desprecio.

Además, no es sabio llegar a sentirse tan cómodo con tu pareja al grado de dejarse estar físicamente. Haz tu mejor esfuerzo por mantenerte en forma, verte presentable, mantener excelente higiene y sí, voy a decirlo, mantén privada la actividad del baño.

Una famosa pareja de celebridades con una larga relación que superó a las relaciones de sus colegas, dijo que el secreto de la duración de su relación era tener “baños separados”.

3. Nadie tiene un matrimonio perfecto

Años atrás, cuando mi primer hijo era pequeño, me encontré con una amiga para que nuestros hijos jugaran juntos. Mientras los niños jugaban ella me dijo: “Sarah, siento que tú y Adiv son perfectos y siempre están felices. Mi esposo y yo peleamos mucho. Realmente peleamos. ¿Alguna vez tienes dificultades con tu esposo?”

Irónicamente, yo pensé: Interesante pregunta, justo anoche peleamos…

Le aseguré que todos tenemos nuestros problemas, pero en ese momento entendí que todos piensan que los demás son felices y perfectos. El matrimonio es increíble y puede crear la alegría más profunda entre dos personas, pero todos tienen desacuerdos y peleas a veces. Eso es natural cuando dos personas pasan mucho tiempo juntas.

Muchas personas piensan que cuando comienzan las peleas, eso significa que su relación está condenada al fracaso. Pero en cambio debes considerarlas como una oportunidad para fortalecer la conexión al superar las diferencias.

No existe una relación perfecta. Cada matrimonio sano necesita ser nutrido constantemente.

4. Aprende la frase “Te escucho”.

Cuando las parejas están en desacuerdo, para evitar el conflicto a menudo dicen: “acordemos estar en desacuerdo”. Pero hay otra frase que funciona todavía mejor: “Te escucho”.

Puedes estar en firme desacuerdo con tu pareja y de todos modos escucharlo y entender su perspectiva. Cuando usas esta frase, tu pareja se siente validada, incluso si estás completamente en desacuerdo. Y en verdad puedes aprender de la perspectiva de tu pareja, aunque no estés de acuerdo.