Cómo discutir con tu pareja de forma correcta sobre la educación de los niños

Todas las parejas están en desacuerdo a veces… especialmente cuando hay niños en la familia.

Tu hija quiere ir al centro comercial con sus amigas. Ella realmente quiere ir. Pero tu esposo dice que no puede ir porque anoche llegó diez minutos después de la hora que tenía que llegar. Tú piensas que es cruel.

O quizás ocurre exactamente lo opuesto. Tu esposo cedió, ignoró la consecuencia y la dejó ir. Tú piensas que eso es una muestra de debilidad.

¿Cómo defiendes tu postura?

Dado que ambos desean aquello que es mejor para sus hijos, aquí hay algunas ideas que vale la pena recordar antes de comenzar a discutir cualquier cosa relacionada con la educación.

No frente a los niños

Esta es una de las pocas reglas inquebrantables que deben cuidar los padres. No se gana nada cuando discutimos frente a los niños.

Los niños necesitan que sus padres les brinden seguridad. Ellos se sienten seguros cuando su madre y su padre trabajan en equipo, como una unidad. Cuando ven a sus padres discutir, se sienten inseguros.

No le hagan esto a sus hijos. La mayoría de las decisiones pueden esperar. Dile a tu hija que tendrás que pensar sobre su salida al centro comercial. Vayan a otra habitación y hablen del tema.

Apoya a tu pareja

Si tu esposo/a ya le dijo a tu hija que ella puede (o no puede) ir al centro comercial, respira profundo, muérdete la lengua y no digas nada.

Siempre apoya a tu esposo/a, incluso si no estás de acuerdo con su decisión. De forma general, que tu hija vaya o no al centro comercial no hará una gran diferencia en su vida. Pero ver que sus padres no están de acuerdo afectará negativamente la salud emocional de tu hija y puede tener consecuencias a largo plazo. Actúen como un equipo unido.

Por supuesto, una vez que tu hija salga de la escena, están libres para hablar sobre las reglas que esperan que su hija siga y cuál debe ser su política si ella no las cumple.

Respeta y cede

Ahora que están solos, pueden hablar sobre la educación de sus hijos.

Las conversaciones sobre educación deben seguir las mismas reglas que todas las conversaciones de pareja. Deben ser respetuosos y estar dispuestos a hacer concesiones.

No culpes ni asignes culpas. No es culpa de tu esposo/a que tu hijo fuera castigado en la escuela, que no cumpliera las reglas del hogar o que se pusiera un arete en la lengua.

La conversación respetuosa se enfoca en planes prácticos para el futuro: ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Qué castigos y recompensas debemos dar a nuestros hijos? ¿Qué reglas necesitamos implementar? ¿Qué vamos a hacer para fortalecer nuestra relación con nuestros hijos?

Recuerda que el compromiso es inevitable y muy importante. Sin importar cuán maravilloso sea tu matrimonio, ambos se criaron de forma diferente y tienen perspectivas diferentes. Uno tiende a ser más estricto y el otro más permisivo. Tienen que pensar en una política con la que ambos estén de acuerdo.

Uno piensa que su hija puede ir al centro comercial; el otro piensa que no deben dejarla ir. ¿Quizás pueden dejar que vaya esta vez pero con una advertencia? Decirle que se dieron cuenta que ayer volvió más tarde de lo acordado y que no van a dejar pasar otra vez una infracción como esa. O, quizás no la dejan ir al centro comercial, pero le permiten invitar a sus amigas a casa.

En definitiva, esta decisión no va a marcar una diferencia tan grande en la vida de tu hija. Lo que sí tendrá impacto es el hecho de que tú y tu esposo/a se presentan como un equipo unido y brinden un modelo de cómo comportarse con respeto y preocupación.