¿Cómo sabes que tienes libre albedrío?

28/08/2023

3 min de lectura

El libre albedrío es un pilar básico del judaísmo. Tres enfoques sobre este tema.

Maimónides, el gran filósofo y codificador de la ley judía declara claramente:

Todas las personas tienen libre albedrío. Si uno desea dirigirse por el camino del bien y ser recto, la opción está en sus manos. Si desea dirigirse por el camino del mal y ser malvado, la opción está en sus manos… Este principio es un concepto fundamental y un pilar sobre el que se sostiene la totalidad de la Torá y los mandamientos. (Leyes del arrepentimiento, 5:1,3)

La base del judaísmo es que los seres humanos tienen el poder de decidir y son responsables por sus actos. Por eso Dios puede ordenarte hacer ciertas acciones (mandamientos positivos) y prohibir ciertos actos (mandamientos negativos), y considerarte responsable por cómo diriges tu vida.

No eres un robot. Eres un ser moral e inteligente, que puede superar sus deseos e instintos básicos.

Pero, ¿cómo puedes saber que tienes libre albedrío?

Aquí hay tres enfoques que puedes considerar:

1. Responsabilidad

Las personas consideran que ellas mismas y los demás son responsables por sus acciones.

¿Por qué te sientes terriblemente culpable cuando haces algo mal? ¿Por qué sientes un orgullo interior cuando haces un acto de bondad que requiere verdadero esfuerzo? Si no tuvieras libre albedrío, tus actos en definitiva no tendrían nada que ver contigo. Eres simplemente un robot preprogramado para ser cruel o bueno. La culpa y el orgullo no entran en la ecuación.

Tu vergüenza surge de la consciencia de que podrías haber elegido otra cosa o haber actuado mejor. Fallaste en vivir de acuerdo con tus estándares; es algo que depende de ti.

Y esa inyección de orgullo, fuerza y autoestima al hacer algo bueno proviene de hacerte cargo de la forma en que actuaste. Eso también depende de ti. Tú lo elegiste.

También consideras que las otras personas son responsables por sus acciones: el maestro que trata mal a un niño, el conductor descuidado que chocó tu auto, el comercio que arruinó tu pedido. No aceptas esos errores simplemente como parte de ser una víctima involuntaria en un universo programado y predeterminado. Consideras que la persona es responsable de eso, porque crees que ella lo eligió.

2. Significado

En El hombre en busca de sentido, Viktor Frankl escribe: "La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino sólo por la falta de significado y propósito". El significado es la mayor necesidad humana. Es el motor que permite vivir una vida satisfactoria. Por lo tanto, Frankl escribe: "La mayor tarea de cualquier persona es encontrar significado a su vida".

Piensa en momentos de tu vida en los que experimentaste intenso significado. Piensa sobre lo que hoy le da significado a tu vida. ¿Para qué vives? ¿Qué hace que todo valga la pena? (Estas no son preguntas técnicas. Tómate unos momentos y escribe tus respuestas. Eso marcará una gran diferencia).

Ahora observa esos momentos de significado que has experimentado. ¿Qué los hace significativos? Si son simplemente el resultado de un universo automatizado que ocurre sin ninguna participación o aporte personal, ¿por qué son significativos? No tienes nada que ver con ellos.

Los robots no tienen significado. No se sienten bien cuando hacen algo bueno, cuando crean arte o cuando le dicen a su dueño "te amo".

El significado que experimentas en tu vida es resultado de tu libre albedrío.

3. Cambio

Otra forma en la que puedes saber que tienes libre albedrío es por haber experimentado tomar una decisión libremente en tu vida.

Es cierto que la gente a menudo no usa su libre albedrío; se dejan llevar por la inercia y se rinden, viviendo una vida sin consciencia, dictaminada por el deseo, la comodidad y el camino que ofrece menos resistencia. Pero piensa en un momento en el que te hayas enfrentado con el desafío y hayas superado tu inercia. Te despertaste temprano y saliste a correr, superaste el miedo y enfrentaste un desafío, dejaste de fumar o de beber, te negaste a comer esa porción de pastel de chocolate. Y te sentiste increíblemente fuerte.

No tienes que escuchar a esa voz interna que desea que arrojes la toalla y te rindas. Tienes que superar tu instinto y vivir diferente que un animal. Puedes cambiar. La prueba es que tú has cambiado. Como escribió Viktor Frankl en El hombre en busca de sentido: "Cada ser humano tiene la capacidad de cambiar en un instante".

Sabes que tienes libre albedrío porque has experimentado el poder de nutrirte de tu libre albedrío, de salir de tu zona de comfort y tomar una decisión difícil.

Esa es la esencia del "grito de guerra" del judaísmo, el único lugar de la Torá en que explícitamente se menciona el libre albedrío: "He aquí,  hoy he puesto ante ti la vida y el bien, la muerte y el mal… ¡Escoge la vida!" (Deuteronomio 30:15, 19)

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