El escape de Irán de la Dra. Sheila Nazarian

22/11/2023

6 min de lectura

La famosa cirujana plástica e influencer escapó clandestinamente de Irán cuando era niña.

Cuando era niña, Sheila Nazarian escapó de Irán. Guardias fronterizos de Irán le dispararon mientras estaba siendo llevada clandestinamente a Estados Unidos. Hoy en día ella es una exitosa cirujana plástica en Beverly Hills, quien protagonizó su propia serie de Netflix nominada al Emmy, Skin Decision. Ella tiene casi un millón de seguidores en Instagram y aboga por el fortalecimiento de las mujeres.

La Dra. Sheila Nazarian nació en 1979, en medio de la Revolución Islámica. Su madre, sabiendo que no estaban a salvo, voló a Estados Unidos un mes antes de que ella naciera para que su bebé fuera ciudadana de Estados Unidos. Ella regresó a Irán, en donde vivieron una vida de agresiones micro y macro contras mujeres y los judíos.

“Antes de la revolución, Irán era muy europeo y vanguardista”, explicó la Dra. Nazarian en una entrevista exclusiva con AishLatino. “Los civiles en Irán tenían libertad. Las mujeres usaban minifalda. Era igual que cualquier otro país europeo. Después de la revolución, todo cambió drásticamente. Todas las mujeres fueron obligadas a usar un hijab y todas las personas judías tenían que esconder su judaísmo. No se permitía que ningún estudiante judío se graduara con las mejores calificaciones en la preparatoria”.

La Dra. Nazarian contó, “Si alguien preguntaba si éramos musulmanes, decíamos ‘si’. No podías revelar tu judaísmo de ninguna forma. Nunca pusimos una mezuzá en nuestra puerta o encendimos una janukiá en Januca. Aún hay muchos judíos ahí hoy en día que son islámicos externamente, pero en su sótano practican el judaísmo”.

En Irán post revolución, algunos eran golpeados en las escuelas y en las calles solo por ser judíos.

En Irán post revolución, algunos eran golpeados en las escuelas y en las calles solo por ser judíos. Cuando llovía, los judíos eran golpeados por hacer las calles “najis” o 'asquerosas', porque la lluvia los tocaba mientras caía al suelo.

Momento de partir

Varios factores causaron que los padres de Sheila decidieran que era momento de partir. Sheila tenía seis años cuando durante la guerra entre Irán e Irak cayó una bomba a dos cuadras de su casa. “Como niños, nos levantábamos, íbamos a la ventana y mirábamos las bombas. Mis padres nos decían que eran fuegos artificiales”.

Su padre era el Director Médico del Hospital Shah y tenía miedo cada día. Su padre salvó la vista de un técnico de laboratorio al diagnosticarle un parásito en el ojo.

“El técnico de laboratorio estaba trabajando como una de las personas laicas que ayudaron a Khomeini a llegar al poder. Él dijo, ‘Tú salvaste mi vida, yo voy a salvar la tuya. Estás en la lista, tienes que irte ahora mismo”.

“Mi padre se fue a Viena, porque un profesor había llegado de visita y recibió una carta para hablar en una conferencia. Él pudo ir, pero tuvo que dejar todos nuestros pasaportes con el gobierno. Mientras tanto, estábamos trabajando con HIAS para implementar un plan de escape. Esta organización aún ayuda a refugiados hoy en día”.

Escape horroroso

La Dra. Nazarian narró los horrorosos detalles de su dramático escape. “Era imperativo que mi padre y mi madre escaparan por separado porque hubiéramos quedado huérfanos si nos encontraban a todos y, además, era una buena coartada. Mi padre podría haberles dicho a las autoridades, 'Mi esposa y yo estamos teniendo problemas, ella intentó escapar para divorciarse de mí…'. Yo no sabía que estábamos escapando. Mi madre no nos dijo nada. Una mañana, fuimos al bazar y mi madre nos dijo que nos metiéramos en la parte trasera de un vehículo grande y todos nos encondimos bajo maíz y yute. Estuvimos en posición fetal al fondo de esta cajuela con varios desconocidos. El auto nos condujo a la frontera. Entonces, nos subimos a la parte trasera de una camioneta. Empezamos nuestro camino hacia Pakistán”.

El grupo de refugiados pasó una noche durmiendo en el desierto.

“Las luces de la camioneta estaban apagadas y conducíamos solamente de noche para no ser descubiertos. En un punto nos descubrieron y comenzaron a dispararnos. Una vez que la camioneta fue descubierta, encendieron sus luces y condujeron a toda velocidad por un barranco. La policía fronteriza pensó que era demasiado peligroso y dejó de perseguirnos. Llegamos a Pakistan de forma milagrosa. Solamente cuando cruzamos al otro lado de la frontera mi madre me dijo que íbamos a Estados Unidos. Como niña de seis años, mi primera reacción fue, ‘¡Dios mío! ¡Vamos a conocer a Michael Jackson!’. Esperamos por nuestros documentos y finalmente llegamos a Viena y nos reunimos con mi papá en la estación de tren. No lo habíamos visto por casi cuatro meses. Él se había afeitado la barba y no lo reconocí hasta que comenzó a hablar”.

El sueño americano

La familia pasó un mes en Viena mientras esperaban permiso para ir a Estados Unidos. Pudieron volar a Nueva York juntos. Luego se trasladaron a Los Angeles en donde la Dra. Nazarian ha vivido desde entonces.

“Nos mudamos a LA y nos quedamos en un departamento de dos dormitorios con la hermana de mi mamá hasta que mi padre pudo estudiar lo suficiente para pasar los exámenes del comité de medicina. Recuerdo que él iba en bicicleta a la biblioteca a estudiar cada día. Él sabía inglés porque en un momento trabajó como conserje en Irán para un hotel americano. Afortunadamente solamente necesitaba pasar el examen porque él había hecho residencia en Estados Unidos. Como estudiante de medicina, él descubrió una bacteria rara que causa neumonía en niños desnutridos. La enfermedad se llama Pneumocystis Carinii, que se enseña en libros de texto hoy en día. Ese fue un descubrimiento de mi padre. Gracias a eso, hizo su residencia de patología en la Universidad de Pennsylvania. Afortunadamente, esto ayudó a nuestra transición en Estados Unidos”.

Cuando era pequeña, Sheila no hablaba inglés y era extremadamente delgada. “Mis codos eran más anchos que mis brazos y era morena, así que se burlaban mucho de mí. No tenía muchos amigos. Era super inteligente y no me avergonzaba de mostrarlo”. Ella anhelaba aceptación, pero se rehusaba a cambiar quien era para conseguirla.

“No me dejaban depilarme las piernas o arreglarme el bigote, así que no tenía muchos chicos interesados, lo cual está bien. Recuerdo que una vez fui a la farmacia y compré un producto para remover cabello y empecé a untarme los químicos por todos lados. No sabía que estaba haciendo, pero quería sacar todo el pelo. Florecí en la universidad. Había muchas más personas para escoger y pude encontrar un grupo”.

Dejamos todo atrás y comenzamos de cero. Esa es la historia de muchos judíos persas.

La Dra. Nazarian explica que ver el sacrificio de sus padres, cuan duro trabajaron y lo que dejaron atrás, la ha motivado a ella a trabajar duro y sacrificarse para convertirse en la exitosa mujer que ella es hoy en día.

“En Irán, teníamos una vida cómoda en una casa de tres pisos. Con pisos de mármol y columnas de mármol, en típico estilo persa. Dejamos todo atrás y comenzamos de cero. Esa es la historia de muchos judíos persas”.

La madre de la Dra. Nazarian falleció de cáncer de mama. En Irán se esperaba que las mujeres solamente criaran una familia y, por lo tanto, ella no pudo cumplir sus sueños.

“Mi madre quería ser profesora de matemáticas y siempre sintió que fue un sueño frustrado. A mí me dieron una segunda oportunidad en la vida, así que decidí que voy a trabajar sin descanso y aprovechar las oportunidades de este país. Aquí, en Estados Unidos, puedes alcanzar el éxito y no estás limitado por religión o sexo. Yo trabajé muy duro durante décadas y creo haber alcanzado el éxito. Puse mis ojos en un objetivo y en la 'vida soñada' que quería y di pequeños pasos hacia ello cada día”.

La realidad de Irán

“El pueblo de Irán está harto. La Revolución islámica comenzó bajo el disfraz del progresismo. Ellos decían, ‘¿Cómo puede el Shah vivir en un castillo mientras hay personas indigentes en las calles?’. Por escrito, la revolución se veía prometedora, pero en la práctica no lo era. Las personas derrocaron al Shah y ahora vean con lo que se quedaron. Ellos lo único que quieren es que Irán vuelva a ser lo que era antes”.

La Dra. Nazarian cree que, si alguien puede incitar un cambio de régimen, son las mujeres.

La Dra. Nazarian cree que, si alguien puede incitar un cambio de régimen, son las mujeres. Ella cree que las mujeres tienen tanto poder que yace en silencio, esperando a ser aprovechado. “Cuando las mujeres están hartas de algo, están realmente hartas. No tienen miedo y no dan marcha atrás. Cuando ellas quieren cambio, reciben cambio. Ya sea dentro de la familia, el trabajo o la política. Como mujeres siempre estamos preocupándonos por el futuro de nuestros hijos. Estamos trabajando duro y somos modelos a seguir para nuestros hijos. Todo lo que producimos es para el futuro de nuestras familias. Las mujeres en Irán no quieren más esa realidad para sus hijos. Ellas quieren ver un futuro diferente”.

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