El silencioso heroísmo de Sir Nicholas Winton

13/03/2024

8 min de lectura

La nueva película sobre los esfuerzos de Sir Nicholas Winton para salvar vidas durante el Holocausto debe inspirarnos en este momento.

La película "Lazos de vida" (“One Life” en inglés), describe la historia de un hombre "común y corriente" que, en la época más oscura, se elevó a alturas extraordinarias. Hoy, más de 6.000 personas viven gracias a lo que Sir Nicholas Winton hizo para salvar las vidas de cientos de niños antes de la Segunda Guerra Mundial.

Aquí hay algunos datos sobre Sir Nicholas Winton, y cinco maneras en las que su legado nos afecta hoy en día.

Una infancia asimilada

Los padres de Sir Nicholas Winton, Rudolph y Barbara Wertheim, eran judíos alemanes que inmigraron desde Baviera a Londres en 1907, dos años antes de que naciera Nicholas. En su nuevo hogar en Inglaterra, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para asimilarse. Cambiaron su apellido a Winton y vivieron con un estilo de vida inglés cristiano, incluso bautizaron a Nicholas como anglicano. Enviaron a Nicholas y a sus dos hermanos a escuelas prestigiosas. Nicholas asistió al famoso internado de Stowe, donde demostró tener un talento natural para las matemáticas y se convirtió en un consumado esgrimista.

Los Winton mantuvieron un contacto cercano con sus numerosos parientes en Alemania y Nicholas incluso viajó a Alemania de joven y trabajó en varios puestos bancarios en Berlín y Hamburgo. Durante un tiempo vivió en París y luego regresó a Londres, donde trabajó en la Bolsa de Valores.

Sir Nicholas Winton

Nicholas parecía ser parte de la sociedad completamente, con una evidente excepción. Durante la década de 1930, él y su familia escucharon historias desgarradoras de sus parientes judíos alemanes, especialmente tras la elección de Hitler como Canciller en 1933.

En 1934, Alemania decidió excluir a los judíos de los empleos públicos y limitó drásticamente el número de estudiantes judíos que eran admitidos en las escuelas públicas. Baviera, el estado de la familia de Nicholas, prohibió a los judíos estudiar medicina. En 1935, las leyes de Núremberg institucionalizaron el antisemitismo en Alemania, privando a los judíos del derecho al voto y de otros privilegios. Durante los pogromos de la Noche de los Cristales del 9 al10 de noviembre de 1938, las turbas quemaron y destruyeron más de 250 sinagogas y 7.000 negocios que pertenecían a judíos. Cientos de judíos fueron asesinados o resultaron heridos, y 30.000 fueron arrestados en Alemania y Austria.

Nicholas se convirtió en un ferviente antinazi y se sentía frustrado por el hecho de que muchos miembros de la clase alta y media británica parecieran aceptar o incluso simpatizar con el ascenso de Hitler y su antisemitismo. De forma insólita para un banquero acomodado de la década de 1930, Nicholas se unió a un grupo socialista, lo que le proporcionó una válvula de escape para sus creencias antinazis.

Despertar al peligro que corrían los judíos

Justo después de los horrores de la Noche de los Cristales, Nicholas había planeado ir a unas vacaciones de esquí en Suiza durante el receso por la Navidad. Cuando le contó su plan a su amigo y compañero del grupo socialista, Martin Blake, Martin no pudo creerlo. Le dijo a Nicholas que debía cambiar sus planes y en cambio ir con él a Praga para ayudarlo con trabajo humanitario.

Nicholas con uno de los niños que rescató.

Sólo dos meses antes, en octubre de 1938, Alemania (con la bendición de Gran Bretaña) había anexado una parte de Checoslovaquia conocida como los Sudetes. Cientos de miles de desesperados refugiados judíos y otras personas huyeron del territorio y ahora vivían en Praga sin trabajo, con poca comida y sin una forma de poder marcharse. Blake le habló a Nicholas del Comité Británico para los refugiados de Checoslovaquia, un grupo que él y otros habían formado rápidamente. ¿Quería unirse a ellos?

Nicholas pasó sus vacaciones en un hotel de Praga, trabajando para ayudar a sus hermanos judíos a huir de Checoslovaquia. Al mismo tiempo, Nicholas se enteró que estaban organizando grupos de niños para huir de Alemania y Austria hacia Inglaterra. Él decidió hacer algo similar con los niños checos.

Inventó la "sección infantil"

Sin tener un permiso formal para su plan, Nicholas anunció una nueva "sección infantil" ante sus amigos del Comité de ayuda a los refugiados checos. Él anunció que "cualquier padre que deseara registrar a sus hijos para escapar a Gran Bretaña debía pasar por su habitación del hotel y completar los formularios de inscripción que acababa de crear. Fueron tantos los padres que llegaron a inscribir a sus hijos para que fueran rescatados, que muy pronto Nicholas abrió una oficina en el centro de Praga para tramitar todas las solicitudes. Prácticamente no tenía ayuda de otros trabajadores humanitarios en Praga y trabajaba solo. Casi todos los padres que hacían cola desde las 6 de la mañana y hablaban con él en medio de lágrimas eran judíos.

Al terminar las vacaciones de navidad, Nicholas regresó a Londres y comenzó el largo y arduo proceso de obtener permiso para que los niños checos huyeran a Inglaterra. Por las noches, después de trabajar, Nicholas y su madre completaban toneladas de formularios. No fue sencillo: después de la Noche de los Cristales, el parlamento británico permitió que entraran al país refugiados de menos de 16 años, pero con estrictos requerimientos. Cada refugiado tenía que tener una familia dispuesta a alojarlo, además de una garantía de 50 libras (equivalente a miles de dólares al valor actual), para pagar por su eventual deportación fuera del país. Durante meses, Nicholas y sus ayudantes buscaron familias adoptivas, recaudaron fondos, y planearon la logística para sacar a los niños de Praga y llevarlos a Inglaterra. Para encontrar familias, Nicholas acudió a todos sus contactos y luego comenzó a publicar en los periódicos británicos avisos con fotografías de los niños.

Salvó 669 vidas

Un avión cargado de niños organizado por Nicholas y su madre despegó de Praga el 14 de marzo de 1939. Al día siguiente, Alemania ocupó otros dos territorios checos con grandes comunidades judías: Bohemia y Moravia. Nicholas y su madre trabajaron febrilmente para sacar más niños. En los meses siguientes, lograron que siete trenes cargados de niños refugiados salieran de Praga, atravesaran Alemania hasta la costa y allí embarcaran en barcos que los transportarían a Inglaterra. Un obstáculo especialmente difícil fue obtener permiso de los Países Bajos para que los niños judíos refugiados pudieran cruzar el territorio holandés en trenes. En los Países Bajos se había prohibido terminantemente que los refugiados judíos cruzaran sus fronteras.

Nicholas al cumplir 105 años en el 2014, con algunos de los que salvó de los nazis cuando eran niños.

Nicholas también le escribió al presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, suplicándole que aceptara algunos de los niños judíos checos que él estaba tratando de salvar, pero no recibió respuesta. El único país que estuvo dispuesto a recibir una pequeña cantidad de niños fue Suecia.

Nicholas estuvo siempre atormentado por el último contingente de 250 niños que no pudo rescatar. Ellos debían salir de Praga en setiembre de 1939, pero no pudieron hacerlo tras el estallido de la guerra el 1 de setiembre de 1939.

Guardó el secreto

Durante la Segunda Guerra Mundial, Nicholas sirvió como piloto en las Fuerzas Aéreas Británicas. Después de la guerra, la Fuerza Aérea le encomendó una tarea espeluznante: vaciar y examinar cientos de cajas abandonadas por el ejército nazi en Alemania. Estas contenían objetos robados a los judíos asesinados, incluyendo cajas repletas con anilos de boda y otras llenas de objetos de judaica, como candelabros de Shabat. Tras dejar el ejército, Nicholas trabajó en la política local y en negocios, y formó parte de varias organizaciones de beneficencia. Se casó y tuvo tres hijos.

Anthony Hopkins, a la izquierda, representa a Nicholas Winton en la película "Lazos de vida".

Nicholas prácticamente no contó nada sobre su heroísmo durante la guerra. Sus acciones salieron a la luz sólo en 1988, cuando la personalidad judía de la TV británica, Esther Rantzen, lo invitó a ver la grabación de su programa televisivo "That's Life", formando parte de la audiencia presente en el estudio. En el programa, Esther sorprendió a Nicholas describiendo lo que hizo para salvar vidas y anunciando que una de las niñas que él había salvado 50 años antes, ahora una mujer de edad mediana llamada Vera Gissen, estaba presente entre el público. Nicholas Winton le dio la mano y ella no pudo evitar abrazarlo. A continuación, Esther Rantzen preguntó si había en el estudio alguien más que debiera su vida a Sir Nicholas Winton. Todos los presentes se pusieron de pie.

@aishlatinocomEn 1938 Nicolas Wintón ayudó a 669 niños judios a escapar de la muerte a manos de los nazis

♬ sonido original - AishLatino

Uno de los que trabajaron en ese histórico episodio de 1988 fue James Hawes, quien ahora ha dirigido el largometraje "Lazos de vida" sobre los esfuerzos de rescate de Sir Nicholas Winton. Un bello epílogo para la historia de un hombre "común y corriente" que sintió que no hizo nada extraordinario.

5 lecciones que podemos aprender del heroísmo "común y corriente" de Nicholas Winton

1. Sentir el dolor de otras personas.

En diciembre de 1938, Sir Nicholas Winton fácilmente hubiera podido decidir irse a esquiar a Suiza en vez de viajar a Praga para ayudar a los refugiados judíos. Todos tenemos alguna versión de esta elección en nuestras propias vidas: ¿vamos a estar completamente ocupados con nuestras propias vidas o estaremos dispuestos a mirar más allá de nosotros mismos, incluso cuando eso sea inconveniente, para ver a otras personas que están sufriendo?

2. Reconoce tu lugar dentro el pueblo judío

Hubiera sido muy fácil para Sir Nicholas Winton desestimar los peligros que enfrentaban los judíos de Europa como los problemas de personas que tenían poco que ver con él. Al haberse asimilado, anglicanizado y vivir con un estilo de vida cristiano, Nicholas Winton aparentemente tenía pocos elementos judíos en su ajetreada vida. Sin embargo, él tenía la certeza inquebrantable de que formaba parte del pueblo judío. En el momento que su pueblo lo necesitaba, entendió que no podía mirar hacia otro lado y actuó con decisión. Por muy alejados que nos sintamos de la comunidad judía en general, en definitiva todos formamos parte de una gran familia judía.

3. El duro trabajo de la grandeza

El trabajo que llegó a definir la vida de Sir Nicholas Winton nunca fue muy glamuroso. Durante nueve largos meses, trabajó en la oscuridad, escribiendo cartas, publicando anuncios en los periódicos, recaudando dinero y planificando la logística. No había nada aparentemente emocionante en ese trabajo. Él recibió poco reconocimiento por lo que había hecho antes del programa televisivo en 1988. Sin embargo, Nicholas comprendió que no tenía más remedio que ayudar a los demás, de la forma que fuera. Su visión del mundo era totalmente diferente a la de la cultura actual de la gratificación instantánea y la atención mediática.

Sir Nicholas Winton tras ser nombrado caballero por la reina, en el 2003

A menudo, la bondad puede parecer poco emocionante. El trabajo vital suele parecer prosaico. Quienes trabajan a la sombra por un mundo mejor no son menos importantes de los que se afanan por ser el centro de atención.

4. Haz lo que puedas

El gran sabio judío Rabí Tarfón enseñó algo que Nicholas Winton entendió instintivamente: "No estás obligado a completar la tarea, pero tampoco eres libre para retirarte de ella" (Pirkei Avot 2:21). En un momento de abrumadora necesidad, Nicholas salvó la vida de "sólo" 669 niños. Él estaba atormentado por los 250 niños que había planeado llevar a  Inglaterra en setiembre de 1939 y nunca llegaron. Sin embargo, las personas que salvó y todos sus descendientes, deben su vida al heroísmo de Nicholas.

5. Todos somos capaces de ser héroes "comunes y corrientes"

Nicholas Winton consideraba que sus actos habían sido completamente "normales". Todos enfrentamos decisiones respecto a cómo actuar, cómo ayudar a otros, cómo no ser egoístas, lo cual parece ser completamente "habitual y normal". Hoy, tienes la oportunidad de dedicarte a actos heroicos "comunes y corrientes". Sigue el ejemplo de Nicholas y tómate tiempo hoy mismo para llamar a tus representantes y pedirles que trabajen para rescatar a los más de 100 rehenes israelíes que siguen en manos de Hamás. Dona caridad para causas israelíes. Publica en las redes sociales noticias exactas sobre el conflicto entre Israel y Hamás. Conéctate con otros judíos y averigua cómo están. Encuentra maneras de marcar una diferencia. Puede que no sea nada glamuroso. Pero tal como nos lo recuerda el legado de Nicholas Winton, incluso los actos más "comunes y corrientes" pueden ser heroicos.

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