Esta pareja judía de Maui brinda ayuda en medio de los devastadores incendios forestales

El 8 de agosto, la isla de Maui en Hawái comenzó a arder. El clima seco, combinado con las sequías y los fuertes vientos, dieron comienzo a un incendio que hasta el momento ha matado por lo menos a 99 personas y obligó a miles a evacuar el lugar. El histórico pueblo de Lahaina, que en un momento fue la capital del Reino de Hawái, quedó devastado. Este ha sido el incendio más letal de los Estados Unidos en más de un siglo.

A cuarenta minutos de distancia, del otro lado de la isla, Rav Mendel Zirkind, quien dirige la Granja Kosher de Maui con su esposa Jani, estaba en estado de alerta, esperando para ayudar a todos los que lo necesitaran. En la mañana del 8 de agosto, él recibió llamados y mensajes de texto respecto a cortes de energía e irregularidades en la recepción de Internet en Lahaina, pero no se preocupó.

La devastación en Maui

"Pensé que era algo que pasaría y todo estaría bien", dijo Zirkind, cuyo hogar está en una granja de nueces de macadamia en Wailuku.

Pero la situación de repente dio un giro alarmante. Jani recibió un mensaje de texto de una familia judía de Lahaina contándole que habían tenido que huir de su hogar. Ellos se dirigían a la granja buscando refugio.

"Nos dijeron que no sabían si tendrían una casa a la cual regresar", contó Zirkind.

La pareja, que está afiliada con Jabad Lubavitch, comenzó a recibir mensajes de muchas familias judías que no podían regresar a sus hogares. Tampoco los turistas judíos podían volver a sus hoteles.

"Tuvimos que entrar en acción", relata Zirkind.

El rabino y su esposa viven en un terreno de 1,5 acres en Maui, donde reciben huéspedes para las comidas de Shabat y los albergan en sus cabañas, elaboran queso kósher de cabra, sacrifican sus propios pollos y corderos y brindan servicios judíos a los 4.000-5.000 judíos de la isla. Al huir de Lahaina, la gente supo lo que debía hacer.

Rav Zirkind (a la izquierda), ayudando a una persona.

"Los recibimos en nuestras cabañas y colocamos carpas. La gente durmió en sus autos en nuestra granja. Les dimos la cena. Se pudieron bañar. Las adolescentes que participan en nuestro campamento de verano hornearon pan. Todo el tiempo entraba y salía gente de nuestra granja preguntando cómo podían ayudar".

La escena de los incendios

Zirkind sabía que había una cantidad importante de judíos que vivían o se encontraban en Lahaina, y quiso ir a ayudarlos. Se comunicó con el sargento del departamento de policía de Maui y le preguntó si eso era posible. El sargento le dio luz verde y le brindó escolta policial hasta el otro lado de la isla.

El rabino cargó su camioneta con propano, hielo, agua y, para brindar un poco de consuelo, botellas de vino.

"La gente iba a necesitar un vaso de vino después de las últimas 24 horas", dijo.

Normalmente, los viernes él reparte paquetes de Shabat a los residentes judíos del lugar. Ahora iba a utilizar las direcciones que tenía grabadas en su GPS para encontrarlos. Lamentablemente, la recepción de su celular no funcionaba, y el GPS no cargaba.

"Estaba oscuro, porque no había electricidad. Las calles estaban vacías. No se veía nada. Durante cinco o seis horas traté de encontrar personas en medio de la oscuridad".

El rabino logró encontrar un grupo de 30 israelíes que trabajaban en negocios de la zona. Se enteró que todos sus comercios, sus casas y departamentos se habían quemado por completo, y cuando se encontraron les dio alimentos y vino.

"Me miraban como si fuera un extraterrestre. Alguien dijo: '¡Estamos tratando de comunicarnos con el mundo y de pronto llegaste!'. Yo les dije: '¿Qué quieres decir? Yo soy el rabino, yo voy donde me necesitan'".

Mientras estaba allí, el rabino llenó con gas los autos de los israelíes y también les dio combustible a otros vecinos.

"Baruj Hashem pude ayudarlos a salir de allí", dijo el rabino, quien también ayudó a una pareja judía a reunirse con su perro perdido.

Zirkind partió de Lahaina y regresó a la granja, donde albergó a mucha gente durante varios días, incluyendo el Shabat.

Devolviendo un perro a sus dueños

"Martes, miércoles y jueves dormí dos o tres horas por noche. El viernes me levanté a las 4 de la madrugada y preparé Shabat para nuestros 30 huéspedes y para muchas otras familias que se encontraban en hoteles. Mi esposa horneó. Luego, a las 3 de la tarde, preparé más comida. Fue divertido cocinar para dos Shabat el mismo día".

Recaudar fondos para la comunidad

Ahora la granja kosher de Maui está recaudando fondos para ayudar a la comunidad y a todos los que perdieron sus hogares y sus negocios con el incendio. Una persona a la que Zirkind espera poder ayudar es un músico que tenía un negocio de venta de guitarras, quien perdió por el fuego sus tefilín y 300 guitarras.

"Todo se convirtió en cenizas. Lo que me preocupa no es el dinero. Se trataba de su colección, Cada guitarra tenía una historia y un recuerdo. Estamos tratando de ayudarlo. En este momento en Maui hay una crisis de viviendas, por lo que queremos recaudar dinero para conseguir para él una casa rodante completamente amueblada. Él puede estacionarla aquí, en la granja".

Zirkind y su esposa también esperan recaudar fondos para ayudar a la gente a superar la tragedia.

"Estamos tratando de traer profesionales de salud mental para ayudar a la gente. Todos están completamente confundidos y nadie sabe qué hacer consigo mismo".

Los Zirkind se alegran de poder estar a disposición de la comunidad judía cuando es necesario, y esperan poder seguir ayudando mientras Maui se recupera de los incendios.

"Mi esposa siempre quiso tener una 'ciudad de refugio', donde la gente pudiera sentirse segura. No pedimos que este desastre ocurriera, pero para nosotros es como cumplir un sueño poder estar aquí para ayudar a la gente cuando realmente nos necesitan".

Para donar para el programa de ayuda de la granja kosher de Maui, visita https://www.mauikosherfarm.com/fire