La fascinante historia del comienzo del sionismo en los Estados Unidos

30/07/2023

9 min de lectura

Si bien Israel y los Estados Unidos no siempre estánd e acuerdo, Norteamérica sigue siendo el mayor aliado de Israel. Eso debemos agradecérselo a dos héroes inesperados: Rav Isaac Leeser y John Nelson Darby.

Era el año 1896 y un puñado de personas estaban por cambiar el curso de la historia judía.

En 1894, cuando trabajaba como corresponsal en París para el periódico austríaco "Neue Freie Presse", Teodoro Herzl informó sobre el juicio del capitán Alfred Dreyfus, un oficial judío del ejército francés que fue acusado de vender secretos militares a Alemania. Al cubrir el juicio, Herzl se sorprendió al ver cómo las autoridades francesas convertían al oficial judío en un chivo expiatorio por las derrotas militares de Francia, y se sintió muy angustiado por las manifestaciones antisemitas que pronto comenzaron en Francia.

Por toda Francia, la cuna del Iluminismo, la nación que por primera vez abrió las puertas de los guetos judíos en toda Europa, ahora se oía gritar: "Muerte a los judíos". Si incluso los franceses podían caer en esa clase de brutal antisemitismo, ¿qué se podía esperar de otros pueblos, que no habían llegado al nivel que Francia había crecido cien años antes?

Además del renovado antisemitismo que había en su Viena local, el caso Dreyfus convenció a Herzl de que la única solución para el antisemitismo era que el pueblo judío construyera su propio estado en Israel, su antigua patria. Semanas después de haber sido testigo de las turbas antisemitas en París, Herzl escribió febrilmente un panfleto de 65 páginas, "El estado judío" (Der Judenstaat), y se lanzó a su nueva misión de asegurar la existencia de un estado judío en la Tierra de Israel, una misión que pronto daría nacimiento al movimiento sionista moderno.

Poco tiempo después de la publicación de su revolucionario libro, Herzl escuchó que llamaban a la puerta de su casa en Viena. Al abrir la puerta, vio allí a un hombre no judío que nunca antes había visto.

—Aquí estoy —le dijo William Hechler.

—Eso puedo verlo, ¿pero quién es usted? —le preguntó Herzl.

—Hace muchos años predije su llegada… ahora voy a ayudarlo.

De hecho, William Hechler ayudó a Teodoro Herzl en su campaña para establecer un estado judío mucho más de lo que Herzl hubiera podido imaginar. Sin que Herzl lo supiera, Hechler formaba parte de un movimiento sionista cristiano que precedió con creces el despertar sionista de Herzl. Doce años antes, Hechler escribió un panfleto titulado: "La restauración de los judíos a Palestina de acuerdo con los Profetas", en donde predecía el inminente retorno de los judíos a su patria. Hechler jugó un rol crítico en el nuevo movimiento sionista, usando sus conexiones políticas para arreglar un encuentro de Herzl con el canciller alemán, un encuentro que de inmediato le brindó legitimidad a Herzl y a su nuevo movimiento.

Teodoro Herzl

Herzl fue el primer judío que tuvo éxito dando comienzo a un movimiento político sionista, pero no fue el primerio en pedir el retorno del pueblo judío a Sion. Más de medio siglo antes de que Herzl publicara "El estado judío", hubo movimientos sionistas tanto entre judíos como entre cristianos en los lugares más inesperados, preparando el camino para la revolución sionista de Herzl. Incluso se podía encontrar pensadores proto-sionistas a miles de kilómetros de distancia de las principales comunidades judías de Europa, en la pequeña y apartada comunidad judía de los Estados Unidos de Norteamérica.

Rav Isaac Leeser: Más que sólo un sueño

Antes de la inmigración a gran escala de los judíos alemanes a mediados del siglo XIX, la comunidad judía de los Estados Unidos era increíblemente pequeña, con una población total de unos 4.000 judíos en el año 1830. En esos primeros años, la comunidad careció de un fuerte liderazgo rabínico, un problema que muy pronto fue remediado con la llegara de Rav Isaac Leeser, el más grande Rabino tradicional del siglo XIX en Norteamérica.

Él nació en Westphalia, Alemania y en el año 1806, a los 18 años, emigró a los Estados Unidos con fuertes antecedentes en sus estudios judaicos y seculares. Cuando en el "London Quarterly" apareció un ataque a los judíos que luego fue reimpreso por los periódicos norteamericanos, Leeser respondió con una apasionada defensa de su pueblo en las páginas del "Rischmond Whig". Sus artículos muy pronto comenzaron a circular por toda la pequeña comunidad judía de Norteamérica, rápidamente se ganó una reputación y comenzó su carrera como cantor y Rabino. Durante los siguientes 40 años, hasta su muerte en 1868, Leeser fue un verdadero "Hombre judío del renacimiento", escribiendo, traduciendo y publicando una cantidad de sermones y obras teológicas, y a la vez sirviendo como Rabino y editor de "The Occident and American Jewish Advocate", un periódico mensual dedicado a la difusión de la literatura y la religión judía.

Rav Isaac Leeser

Rav Lesser sostenía que el retorno a la tierra de nuestros antepasados no era sólo un sueño mesiánico, sino una posibilidad concreta.

Aunque el rol importante que Leeser tuvo dentro de la comunidad judía estadounidense es ampliamente reconocido, su sorprendente defensa de un estado judío en la Tierra de Israel recibió poca atención. Mientras otros judíos norteamericanos estaban enfocados solamente en aclimatarse a la sociedad estadounidense, Rav Leeser sostenía que el retorno a la tierra de nuestros antepasados no era sólo un sueño mesiánico, sino una posibilidad concreta. "Dios nos redimió antes de la esclavitud de Egipto… Por qué no puede llegar a ser capaz de volver a hacer lo mismo es algo que está más allá de mi capacidad de imaginación para explicarlo. La mayor dificultad es la falta de disposición de los israelitas dispersos por el mundo; pero con Su buena providencia, Él ideará los medios" (Isaac Lesser, "Discourses Argumentative and Devotional on the Subject of the Jewish Religion", vol. IX, 120).

"Aprender y enseñar, observar y hacer".

Las revoluciones de 1848, una serie de revueltas revolucionarias contra las monarquías europeas, convencieron a Leeser de que la restauración de un estado judío en la Tierra de Israel era una posibilidad real y práctica. "Si la antigua Alemania vuelve a convertirse en una nación, si Polonia se libera de las cadenas de poderosos opresores, si la bella Italia toma el rango de un solo pueblo… si es verdad lo que dicen, que 'un hombre puede morir, pero una nación nunca muere', ¿por qué el hebreo patriota no habría de anhelar el momento en que pueda volver a habitar orgulloso en su propio país, beneficiarse de sus propias leyes, de la valentía de los hijos de Iehudá y de la virtud de las hijas de Israel? ¿Dónde está el corazón que no se hincharía con una sensación poderosa si pudiera una vez más ver nuestra hermosa tierra restaurada a su antigua belleza, cuando el desierto florezca como la rosa y las ciudades desiertas vuelvan a reconstruirse y el hijo de David gobierne con justicia entre sus iguales? ("Occident", vol. VI, mayo de 1848)

Los últimos años de Rav Leeser coincidieron con los tensos años de la Guerra Civil, que dieron lugar a un marcado antisemitismo tanto en el norte como en el sur, y culminaron con la infame "orden once" del general Grant, expulsando a los judíos de Tennessee. En uno de sus últimos ensayos, Leeser escribió que la moraleja era clara: "No hay esperanza para la tranquilidad de Israel salvo en su propia tierra, y no podemos esperar evitar ser molestados por los fanáticos bajo ninguna forma de gobierno extranjero" ("Discourses", vol. VI, 332) Isaac Leeser entendió lo que Herzl descubriría 30 años después: que el pueblo judío nunca encontraría seguridad y tranquilidad sin tener su propio país.

Quizás no es sorprendente que las opiniones de Leeser fueran explícitamente rechazadas por la mayoría de los judíos a finales del siglo XIX, porque ellos temían que el sionismo pusiera en peligro su estatus como leales ciudadanos norteamericanos. Isaac Mayer Wise, un importante rabino reformista, se opuso con fuerza al sionismo, así como prácticamente todos los rabinos reformistas de la época. Dos años después de que Herzl publicara "El estado judío", la Unión de Congregaciones Hebreas Norteamericanas proclamó: "Nos oponemos inalterablemente al sionismo político. Los judíos no son una nación, sino una comunidad religiosa. Sion fue un bien valioso del pasado, el hogar primigenio de nuestra fe… Como tal, es un recuerdo sagrado, pero no es nuestra esperanza para el futuro. Estados Unidos es nuestra Sion…"

Las opiniones de Leeser fueron explícitamente rechazadas por la mayoría de los judíos a finales del siglo XIX, porque ellos temían que el sionismo pusiera en peligro su estatus como leales ciudadanos norteamericanos.

Durante varias décadas después de su fallecimiento, las perspectivas sionistas de Rav Leeser recibieron poca atención en la comunidad en general, pero fortalecieron a los judíos que se negaban a renunciar al sueño sionista. Sin embargo la marea pronto cambiaría a su favor con el surgimiento del movimiento sionista político de Herzl y el desarrollo de otro fenómeno todavía más improbable: el surgimiento del sionismo cristiano.

 John Nelson Darby: el pueblo de Dios

Si la emergencia de Rav Leeser como un proto-sionista en el siglo XIX en Filadelfia es sorprendente, la rebelión teológica y el evangelismo de John Nelson Darby por un sionismo cristiano es prácticamente inconcebible. Darby fue uno de los miembros fundadores de la hermandad Plymouth, un grupo de devotos protestantes que, desencantados con la iglesia anglicana, comenzaron a reunirse para rezar y estudiar la Biblia en Dublín, en 1827. Al resultar gravemente herido en un accidente al montar a caballo, Darby usó su larga convalecencia para estudiar atentamente la Biblia sin ninguna idea preconcebida. Para el momento en que estuvo sano, Darby estaba listo para promover una nueva teología que alteraría radicalmente la forma en que millones de cristianos ven al pueblo judío.

John Nelson Darby

Darby leyó la Biblia literalmente. Cuando al Biblia se refería a "Israel" o "los descendientes de Abraham", él entendió que esas referencias aludían literalmente a los descendientes biológicos de Abraham: el pueblo judío. Por lo tanto, Darby creyó que todas las promesas que Dios hizo a los hijos de Israel en las Escrituras hebreas se cumplirían a través de los judíos. Tal como predijeron los profetas, el pueblo judío vivía como una minoría perseguida en el exilio, dispersa por todo el mundo. Darby razonó que si el castigo del exilio era cumplido a través de los judíos, la promesa del retorno a la Tierra de Israel también debía cumplirse a través de los judíos. La relación de Dios con el pueblo judío es eterna: "Israel es siempre el pueblo de Dios y no puede dejar de ser el pueblo de Dios".

La lectura simple y racional de Darby de la Biblia fue revolucionaria. Durante 1.500 años, la mayoría de los cristianos creyeron en la teología del reemplazo, declarando que los cristianos habían reemplazado al pueblo judío como el pueblo elegido. La nueva teología cristiana de Darby, en la cual tanto judíos como cristianos estaban destinados a jugar roles claves en la historia, sembró las semillas para lo que posteriormente se convertiría en un fuerte movimiento político: el sionismo cristiano.

Aunque sus perspectivas fueron adoptadas por la Hermandad Plymouth, parecía poco probable que Darby pudiera tener un impacto más amplio en el mundo cristiano. Sin embargo, Darby estaba profundamente comprometido con la enseñanza de su teología y tomó la crítica decisión de viajar al otro lado del océano para llevar su nueva teología a los Estados Unidos.

A partir de 1862, al mismo tiempo que Isaac Leeser abogaba por un estado judío, Darby pasó siete años en los Estados Unidos, desarrollando relaciones con influyentes evangélicos y predicando su nuevo entendimiento del plan divino. En los años finales de su vida, Darby desarrolló un grupo de seguidores de talentosos predicadores evangélicos que aceptaron sus puntos de vista sobre Israel y los judíos, llevando su mensaje más lejos de lo que nunca imaginó posible.

William Hechler y su familia

Durante los 50 años siguientes, las ideas de Darby fueron popularizadas por su alumno norteamericano Dwight L. Moody, un predicador que llevó a cabo masivas campañas de revitalización en las ciudades de todo el país. Las perspectivas de Darby se difundieron todavía más con la publicación de la Biblia de referencia Scofield en 1909, que muy pronto se convirtió en la Biblia más popular usada por los evangélicos en los Estados Unidos, y que rechazaba la teología del reemplazo que una vez había dominado la teología cristiana norteamericana.

La teología de Darby, reconociendo a los judíos como los justos herederos de la tierra de Israel, llevó posteriormente a William Hechler a la puerta de Teodoro Herzl y movió a decenas de millones de evangélicos norteamericanos al campo sionista, convirtiendo a los Estados Unidos en el país más pro-Israel en el mundo. Aunque Israel y los Estados Unidos no siempre están de acuerdo en sus opiniones, Norteamérica sigue siendo el mayor aliado de Israel. Eso podemos agradecérselo a dos héroes inesperados: Rav Isaac Leeser y John Nelson Darby.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.