La unidad femenina de tratamiento de víctimas del ejército de Israel

25/02/2024

8 min de lectura

El Rabinato del ejército de Israel creó una unidad en la cual hay mujeres que asisten al proceso de identificación y preparación para el entierro de las soldadas caídas. Entonces ocurrió el 7 de octubre.

La persona que fallece nunca podrá agradecer personalmente a la jevrá kadisha, la 'sociedad de entierro' judía, por su diligencia y bondad. Por eso esta mitzvá se conoce como jésed shel emet, una 'verdadera bondad'.

En Israel, el Rabinato de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) supervisa esta tarea sagrada cuando es necesario identificar y enterrar a un soldado. Todo soldado de las FDI, hombre o mujer, que pierde la vida mientras está alistado, por cualquier razón, tiene derecho a ser enterrado en un cementerio militar y es atendido por la unidad de tratamiento de víctimas del ejército que identifica y prepara para el entierro a los soldados caídos.

Cada soldado tiene una placa de identificación con su nombre y número de identidad. Incluso durante épocas "normales", puede ser difícil identificar a una persona debido al estado del cuerpo si ha caído en una batalla o en un ataque terrorista, en cuyo caso se llama a especialistas forenses, por lo general médicos.

Pero los eventos de octubre hicieron que estas identificaciones fueran todavía más dolorosamente complicadas que lo habitual.

Las mujeres y la preparación del cuerpo para el entierro

Si una mujer soldado muere al estar enlistada, es atendida por el ejército al igual que los hombres. Se acostumbraba a llamar a mujeres voluntarias de distintos puntos del país, que trabajaban para la jevrá kadisha en sus ciudades, para que asistieran a los profesionales del ejército en los preparativos para el entierro.

En los últimos diez años, más mujeres comenzaron a entrar a las unidades de combate, elevando el riesgo de más muertes femeninas. Como resultado de esta nueva realidad, el Rabinato de las FDI crearon una unidad en la cual se entrena a mujeres para asistir en el proceso de identificación y preparativos para el entierro de las soldadas caídas.

En julio del 2023, el Rabinato de las FDI decidieron reclutar y categorizar a estas voluntarias como soldadas sirviendo en servicio de reserva. Ahora, cuando llegan como voluntarias, son consideradas miembros oficiales de las FDI. Afortunadamente, hasta el 7 de octubre, por lo general no se veían inundadas de trabajo.

Pero entonces el mundo explotó y todo cambió.

Sharon Laufer en uniforme

Hace poco me encontré con Sharon Laufer, la persona que reclutó a las mujeres para los tres primeros grupos de esta unidad, para saber qué han estado haciendo desde ese oscuro Shabat, y cómo lo han enfrentado.

Laufer dijo: "Desde pequeña, siempre tuve mucho miedo y ansiedad respecto a la muerte". A los 16 años, después de asistir a una sesión en un campamento de verano donde habló gente de una jevrá kadisha en el contexto de "los eventos del ciclo de vida", se sintió muy conmovida y pensó que necesitaba más información.

Recibió "más información" cuando tenía 29 años y vivía en Teaneck, Nueva Jersey, con su esposo Natan, y vio en la sinagoga un cartel informando que buscaban voluntarios para la jevrá kadisha femenina. Ella respondió, y experimentó su primera tahará, purificación, donde el cuerpo es lavado y purificado antes del entierro.

"Ese día fue un punto de cambio en mi vida, no sólo porque fue el comienzo de mi servicio, sino porque descubrí que se había abierto mi corazón de una manera que no lo había logrado ninguna otra cosa que hubiera hecho. Serví en la jevrá kadisha hasta que nos vinimos a Israel en el 2003".

Miembros de la jevrá kadisha de las FDI buscan a dos miembros de la tripulación tras un accidente en medio de un entrenamiento en el Neguev, noviembre del 2010

Ese trabajo la ayudó a superar su miedo a la muerte. "Entras a la habitación de la tahará y no sabes demasiado sobre la persona que está sobre la mesa, sin embargo, el cuerpo y el alma hablan volúmenes y tú estás abierta para escucharlos".

Llegar a Israel y a las FDI

Los Laufer hicieron aliá a Israel en el 2003. Ellos vivían en Jerusalem, pero la jevrá kadisha allí no aceptaba voluntarios. En el 2006, el cuñado de Sharon Laufer, Shimon Perchik, un coronel en la reserva de las FDI, fue el líder del proyecto que desarrolló un sistema computarizado y protocolos asociados para mejorar la capacidad y la exactitud en la identificación de soldados muertos o asesinados en servicio activo.

Este sistema es el que se sigue usando en la actualidad, durante esta guerra.

En el 2010, Laufer y su familia se mudaron a Efrat. En abril de ese año, el Coronel Perchik le preguntó si le interesaría reclutar un grupo de mujeres con dos capacidades diferentes: mujeres con conocimientos de computación y mujeres que no tuvieran miedo de trabajar con el cuerpo de una mujer muerta. "También serían entrenadas para enfrentar situaciones de víctimas masivas", agrega Laufer.

En junio del 2011, el grupo tuvo su primer entrenamiento completo usando el sistema computarizado y trabajando con un modelo. Aprendieron cómo hacer coincidir los registros dentales, las huellas digitales y el ADN con el sistema de datos principal para confirmar la identidad.

Las salas estaban repletas de camillas con cuerpos esperando que los recibieran nuestras manos.

El 18 de julio del 2011 recibieron su primera llamada. "Después de mi primera experiencia, envié un e-mail a las mujeres que habían estado conmigo y les escribí: 'Es obvio que nuestra unidad tiene un rol muy importante para el Rabinato de las FDI respecto a kevod hamet, el respeto por el muerto…'.

"Desde el 2012, nuestro grupo de mujeres es llamado regularmente para taharot en las FDI. Creo que este trabajo es una de las cosas importantes por las que me pusieron en esta vida, especialmente después de lo que ocurrió en los últimos meses. Me han dado la fuerza y la capacidad de hacer este trabajo, lo cual es un privilegio de Dios.

"Antes de comenzar cualquier tahará, le pido ayuda a Dios para ser capaz de conectarme con la neshamá (el alma) y ser compasiva. Entiendo que hay algo más allá del cuerpo, y que esa neshamá necesita ayuda incluso después de que la persona muere. Al concluir, le pedimos mejilá (perdón) a la neshamá de la difunta. Yo siempre sostengo la mano de la persona muerta y abro mi corazón para darle amor y apoyo, para que sepan que son amados. Me veo a mí misma como una herramienta, un vehículo para hacer la tarea de Dios".

¿Cómo fue su vida desde el 7 de octubre?

"Sabíamos que algo estaba sucediendo, así que encendí mi teléfono y recibí un mensaje respecto a que necesitaba ir cuando terminara el Shabat. Llegamos a Shura. Lo que vimos al llegar fue muy duro. Algunas personas ya habían estado trabajando tratando de comenzar el proceso de identificación".

Shura es la base donde se encuentra el Rabinato de las FDI y tiene un área dedicada a llevar los cuerpos de quienes fueron asesinados, para ser identificados y prepararlos para el entierro, tanto soldados, policías como civiles.

El Rabinato de las FDI en Shura

"Mi grupo increíblemente fuerte de mujeres estaba esperando a los cuerpos con nuestras batas, guantes y máscaras en el edificio donde habíamos sido entrenadas.

"Nada nos preparó para lo que ocurrió a continuación. Las salas estaban repletas de camillas con cadáveres esperando que los recibiéramos.

"Trabajamos durante toda la noche, y estuvimos en servicio durante las dos primeras semanas trabajando cada día en turnos de 8 a 12 horas.

"Para el final de la segunda semana, comenzamos turnos de konenut (guardia) desde nuestras casas porque ya habíamos cubierto la cantidad de cuerpos que esperaban ser identificados.

"Una vez que se confirma la identidad, se notifica a las familias, y luego preparamos el cuerpo para el entierro".

El proceso

"Después de que la recepción ha registrado sus detalles, los escoltamos a la sala de tratamiento. Esta no se asemeja a ninguna otra sala de tratamiento en la que puedas haber estado antes para un masaje, una manicura o una pedicura. Allí nos ocupamos del cuerpo, teniendo consciencia de cada neshamá, pero no en la manera en que ninguna de nosotras o ellas hubiéramos podido imaginar.

"En esta situación fue diferente a una purificación regular, porque cuando alguien muere al kidush Hashem (por ser judío, santificando el Nombre de Dios), no hay una tahará. Toda la sangre se entierra con el cuerpo. Reparamos las heridas con algodón absorbente y luego envolvemos el cuerpo en la mortaja.

"Lo tratamos con tanto cuidado como podemos. Sentimos que nuestros corazones tocan los de ellas, mientras las envolvemos en una sábana de lino. Nuevamente les pedimos perdón.

"También nos aseguramos de buscar cualquier efecto personal o joya que no haya sido detectado durante el examen médico. Estos son valiosos tesoros que pueden devolverse a la familia.

"Preparamos el ataúd de madera que llevará a cada uno a su lugar final de descanso. El olor de la madera recién aserrada de esos ataúdes nunca será lo mismo para mí. Suavemente levantamos y colocamos a cada una en su ataúd y nuevamente le pedimos perdón.

"Para cada una, rezamos para que nuestras manos hagan justicia a su vida. Rezamos para que su muerte no sea en vano, y que su trayectoria hacia la luz sea indolora y que Dios reciba su sacrificio como un insondable Kidush Hashem (santificación del Nombre de Dios) y para que su neshamá encuentre la paz.

"Yo también rezo pidiendo que nuestras lágrimas y nuestros corazones se curen para poder dar testimonio de su sacrificio".

Subía a mi auto y seguía sintiendo el olor a muerte y pudrición del día previo. Todavía podía sentirlo en mi cabello, en mi ropa, en mis zapatos.

¿Cómo se cuidan a ustedes mismas? ¿Qué pasa con el aspecto psicológico?

"Cuando estoy en casa, escribo en mi diario o soy creativa en la cocina.

"En la base, cada equipo tiene una reunión al final de cada turno para discutir sobre cualquier dificultad ocurrida durante ese turno, y nos cuidamos las unas a las otras. Yo llamo a todas las que estuvieron en mi turno para saber cómo están.

"Cada día hay un oficial de salud mental que se comunica con nosotras. Avigail Bar-Asher, quien ha sido comandante de la unidad desde el 2016, nos llama e incluso llama a nuestros esposos para saber cómo estamos. Tuvimos muchas sesiones en las que pudimos hablar sobre las situaciones más difíciles que habíamos tratado. Nos sentimos muy apoyadas.

"Durante la primera semana, cuando partía de mi casa en la mañana para ir a la base, subía a mi auto y seguía sintiendo el olor de muerte y pudrición del día previo. Cada día, al final de mi turno, seguía sintiendo el olor en mi cabello, en mi ropa, en mis zapatos. Eso fue muy difícil porque incluso después de llegar a casa, de ducharme y dormir toda la noche, regresaba al auto a la mañana siguiente y el olor seguía allí. No podía sacármelo de encima".

Sharon Laufer dice que se creó un lazo especial entre las mujeres de los equipos que trabajaron con los muertos. "Este es un momento y un recuerdo que compartiremos para el resto de nuestras vidas. Y tal como hay camaradería entre las mujeres de mi equipo, esta también existe entre los soldados hombres de la reserva en la base que hacen el mismo trabajo. Hay jaredim (ultraortodoxos), seculares y religiosos trabajando juntos. Es un momento de verdadera unidad.

"Las IDF saben que pueden confiar en este grupo de mujeres excepcionales que están comprometidas a ayudar de cualquier forma que haga falta. Saben que pueden llamarlas a cualquier hora del día y la que esté disponible dirá: 'Ahora voy'.

"A cada una de mis compañeras que hacen conmigo este trabajo, quiero agradecerles por darme fuerzas en esos momentos tan difíciles, gracias por dejarme apoyarlas, y por estar lado a lado como un equipo pleno de coraje y dedicación. Son todas mujeres de hierro con corazones de oro y almas repletas de luz".


La versión original de este artículo apareció en el "Jewish Journal".

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.