Los judíos de Johannesburgo: la próspera comunidad judía de Sudáfrica

27/02/2023

7 min de lectura

En Sudáfrica hay más de 50.000 judíos, principalmente en Johannesburgo y Ciudad del Cabo, lo que la convierte en la 12da comunidad judía más grande del mundo.

La gran mayoría de la población judía en Sudáfrica se originó a partir de los inmigrantes de Lituania que llegaron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Como la comunidad judía de Lituania fue prácticamente destruida en el Holocausto, en varios aspectos los judíos de Sudáfrica son el eslabón vivo más fuerte que nos conecta con esta particular porción de la judería de Europa Oriental de antes de la guerra.

Los primeros judíos en Sudáfrica

Aunque en el siglo XVII los holandeses comenzaron a colonizar y a establecerse en lo que ahora es conocido como Sudáfrica (en un primer momento alrededor del Cabo de Buena Esperanza), no hubo una presencia judía notoria u oficial hasta comienzos del siglo XIX. Sólo en esa época los holandeses y británicos establecieron la libertad de religión es sus colonias de Sudáfrica (previamente, los holandeses requerían que todos los empleados de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales fueran protestantes). Apenas los judíos pudieron practicar su religión en esas colonias, comenzó la emigración, principalmente desde Gran Bretaña y Alemania.

La primera congregación judía oficial fue fundada en Ciudad del Cabo en 1841. Ocho años después, esos mismos colonos construyeron la primera sinagoga, Tikvat Israel, en Ciudad del Cabo, la cual hoy en día es un museo. En las siguientes décadas, los emigrantes británicos comenzaron a establecer una infraestructura judía en Ciudad del Cabo y se destacaron en el comercio al por menor, así como en actividades bancarias, envíos, comercio y pesca.

Los diamantes y el auge de la población judía

Un hito importante en la historia de los judíos en Sudáfrica ocurrió alrededor de 1860 cuando descubrieron diamantes y oro cerca de la ciudad de Kimberley. Dado que los colonos judíos ya estaban involucrados en el comercio, lograron establecerse rápidamente en la creciente industria de diamantes y oro. En esa época, muchos de los judíos de Ciudad del Cabo se mudaron a Johannesburgo para estar más cerca del centro del comercio de diamantes. Para 1880, la población judía en Sudáfrica se estimaba en 4.000 personas. Sin embargo, esta población tuvo un crecimiento explosivo durante las décadas siguientes, como resultado del enorme flujo de inmigrantes judíos.

La sinagoga de Jeppestown fue construida en 1926.

A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los judíos de la región báltica, fundamentalmente de Lituania y un poco menos de Letonia, comenzaron a emigrar a Sudáfrica debido a dos razones combinadas. En primer lugar, porque en ese entonces las condiciones para los judíos en Lituania eran muy duras, tanto económicamente como debido a la persecución. Tracy Ann Klass, dueña de un catering y comediante que vive en Ciudad del Cabo, remonta sus raíces a un shtetl en Lituania llamado Abel. Klass lo dice de forma brutal: “La vida en Abel era dura: era frío, violento y pobre”.

En segundo lugar, en este período fue cuando tuvo expansión la industria sudafricana del diamante, proveyendo muchas oportunidades económicas para los inmigrantes judíos.

Como resultado de esta ola de inmigración, la población judía se multiplicó por diez en tan sólo 30 años: de ser 4.000 personas en 1880 llegaron a 40.000 en 1910. Muchos de estos judíos de Europa Oriental se asimilaron rápidamente y adoptaron las costumbres de la población anglo-judía existente. Pero también tuvieron influencia: ellos llevaron su fuerte sentimiento sionista y su apego a Israel, lo cual creció y floreció entre la población judía de Sudáfrica. De hecho, en el año 1898 se fundó la Federación Sionista Sudafricana.

La Guerra Bóer

A comienzos del siglo XX, las tensiones entre los descendientes de los colonos holandeses originales en Sudáfrica, conocidos como los bóer, y los británicos (cuyos números se habían disparado tras el descubrimiento de oro), escalaron hasta llegar a la Guerra Bóer. Después de tres años de lucha, prevaleció la fuerza británica que era mucho mayor, poniendo término a la existencia de las repúblicas Bóer independientes. En 1910, se estableció la Unión de Sudáfrica como un dominio del Imperio Británico. Los británicos les dieron a los colonos judíos en Sudáfrica el mismo estatus que a otros europeos blancos en la colonia, continuando de esta manera con el atractivo de Sudáfrica como destino para los judíos de Europa.

Centro del Holocausto y Genocidio en Johannesburgo

En 1912, los colonos judíos de todo Sudáfrica crearon una organización comunitaria para abogar por sus intereses, la SAJBD, Junta Judía de Diputados de Sudáfrica, la cual existe hasta la actualidad. Esta junta promueve la seguridad y bienestar de la judería sudafricana, incluyendo la lucha contra el antisemitismo en todas sus formas y la construcción de puentes de amistad y entendimiento entre los judíos y la población sudafricana en general.

Los grandes esfuerzos de esta organización y de la población judía existente rechazaron todo intento de restricción de la inmigración judía durante los primeros años del siglo XX. Como resultado, entre 1920 y 1930, llegaron a Sudáfrica otros 20.000 inmigrantes judíos, una vez más la gran mayoría de Lituania y de las regiones bálticas.

El antisemitismo en la década de 1930

Sudáfrica no fue inmune ante el aumento global de antisemitismo y la influencia del nazismo en la década de 1930. En 1930, el gobierno restringió la inmigración desde Rusia, Europa Oriental y Palestina, lo cual tenía la intención de reducir ampliamente el número de judíos que entraban al territorio. Sin embargo, debido a que la inmigración desde Alemania aún estaba permitida, unos 6.000 judíos alemanes hallaron en Sudáfrica refugio de los nazis, hasta que eso también fue prohibido en 1937.

La comunidad judía de Sudáfrica no sólo tuvo que enfrentar el antisemitismo de las décadas de 1930 y 1940, sino que una vez que terminó la guerra debió enfrentar el dolor de enterarse que las comunidades de las que la mayoría de ellos provenían, habían sido completamente destruidas durante el Holocausto. Como ejemplo, Klass señala que fue increíblemente afortunado que su abuelo se fuera de Lituania, porque su pueblo, Abel, “fue liquidado por los nazis en 1942”.

El régimen de apartheid (segregación racial)

Luego de la Segunda Guerra Mundial, en 1948, el Partido Nacional de Sudáfrica implementó el sistema supremacista blanco de apartheid, que designaba dónde podían vivir y trabajar los ciudadanos de acuerdo con su raza. Bajo el apartheid, las diferentes razas en Sudáfrica fueron separadas físicamente y había oportunidades educativas y económicas muy limitadas para los ciudadanos que no eran blancos. Los sudafricanos negros estaban excluidos del proceso político y se los privaba de sus derechos humanos básicos. Debido al apartheid, durante la segunda mitad del siglo XX Sudáfrica se convirtió en un paria en la comunidad internacional.

La relación de la comunidad judía sudafricana con el régimen de apartheid es complicada. Muchos judíos que pudieron hacerlo, se fueron de Sudáfrica durante esa época. Dentro del pequeño número de sudafricanos blancos que hablaron en contra del apartheid, había muchos judíos. Por ejemplo, el abogado defensor de Nelson Mandela, Isie Maisels, era judío, al igual que Helen Suzman, miembro del parlamento sudafricano con tendencia izquierdista, quien fue una vocal oponente del Partido Nacional y el apartheid.

Helen Suzman

Los estudiantes universitarios judíos, en particular, participaron en protestas y actividades antiapartheid y fueron frecuentemente arrestados por ello. Las organizaciones filantrópicas judías también trataron de trabajar con los sudafricanos negros para aliviar sus terribles condiciones de vida y crear nuevas oportunidades en su beneficio.

Gran Rabino de Sudáfrica, Rav Warren Goldstein

Sin embargo, es importante reconocer que durante los años de apartheid, muchas familias judías prosperaron económicamente, al igual que otros ciudadanos blancos. Más aún, la Junta Judía de Diputados de Sudáfrica no condenó formalmente el apartheid hasta 1985, un tema doloroso hasta hoy en día. Durante los años en que muchos países cortaron sus lazos diplomáticos con Sudáfrica debido al apartheid, Israel mantuvo esos lazos e incluso vendió armas al gobierno sudafricano. Esto llevó a que hasta la actualidad existan tensiones en las relaciones entre el Estado de Israel y el gobierno sudafricano, el cual a lo largo de los años ha expresado apoyo a la causa palestina.

La comunidad judía hoy

Hoy en día, la comunidad judía de Sudáfrica sigue siendo significativa, pero mucho más pequeña que lo que era en su apogeo en los años 70', cuando llegó a contar con 120.000 personas. Durante el apartheid, muchos judíos sudafricanos emigraron a otros países, incluyendo Canadá, Australia, Estados Unidos e Israel. De hecho, entre 1970 y 1992, casi 40.000 judíos dejaron Sudáfrica.

En cierta forma, entre la gran diáspora judía alrededor del mundo, hay una diáspora más pequeña, especifica de los judíos sudafricanos. Dean Jankelowitz, un sudafricano que tiene con su esposa un restaurant en Nueva York, comenta que cuando se encuentra con otros sudafricanos expatriados en los Estados Unidos y en otros lugares, casi siempre son judíos y a menudo tienen conocidos en común.

Las preocupaciones a causa del crimen, la economía y problemas de infraestructura en la Sudáfrica contemporánea siguen causando que algunos judíos dejen el país, aunque en estos días los números son mucho menores y la mayoría de los que se van, viajan a Israel.

La comunidad judía sudafricana hoy en día en su mayoría tiene ascendencia ashkenazí y en general es bastante observante, con una vasta mayoría que forma parte de congregaciones ortodoxas. La comunidad, centrada alrededor de Johannesburgo y Ciudad del Cabo, está bien organizada y unida, con una amplia red de beneficios sociales, políticos e instituciones sionistas, incluyendo escuelas, campamentos de verano, medios de comunicación judíos, organizaciones filantrópicas y numerosas tiendas y restaurantes kasher.

La gran disponibilidad de comida kasher y safaris kasher en Sudáfrica, la han convertido en un destino turístico atractivo para los judíos de todo el mundo.

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