Tener el valor para enfrentar tus miedos

03/09/2023

4 min de lectura

El ingrediente secreto para la resiliencia es sacar el miedo de la ecuación.

Mi sobrina, Jana*, estaba muy ansiosa de ir a un campamento de verano y estaba considerando retractarse de su decisión. Necesitaba distraerse, así que la llevé a ella y a su hermana a pasar una tarde de almuerzo y de compras.

Durante el almuerzo, Jana se sentó frente a mí. Seguía inquieta y suspiraba. Vi su mirada preocupada.

—Déjame preguntarte algo. Finge que no tienes miedo. ¿Irías al campamento o te quedarías en casa?

—Definitivamente iría al campamento. Lo único que me detiene es tener miedo.

—Entonces creo que ya tienes tu respuesta. Parece que debes ir.

Supe que había llegado a su corazón cuando me respondió:

—Tía Sara, ese es un consejo bastante bueno. Gracias.

La pregunta: "¿Qué harías si no tuvieras miedo?", es algo que me pregunto a mí misma cuando enfrento una decisión y el miedo me detiene.

Es una pregunta que Mijal Oshman, una alta ejecutiva de TikTok, se hace con frecuencia, y es el título de su libro "What would you do uf you weren't afraid?" (¿Qué harías si no tuvieras miedo?). Esa es la pregunta que guio cada uno de sus pasos hacia el éxito.

El ingrediente secreto para la resiliencia es sacar el miedo de la ecuación. Tener coraje implica lograr desprenderse  del terror interno.

Avanzar en la vida requiere enfrentarte a ti mismo y superar tus miedos. Uno de los miedos constantes es sentir que no somos bastante buenos. Es normal tener miedo al fracaso. Curiosamente, a menudo también tenemos miedo al éxito.

El miedo al fracaso proviene de preocuparnos de que nuestra autoestima salga dañada. El miedo al éxito es preocuparnos de no estar a la altura de la persona exitosa en la que nos convertimos cuando ocurre ese cambio. Tememos el cambio que ocurrirá cuando nos abramos para aceptar el éxito.

Años atrás, me pidieron que hablara en un exclusivo programa de Pésaj. Yo era joven y tenía miedo de hablar ante a poderosos directores ejecutivos y dueños de compañías millonarias. ¿Qué consejo o motivación podría ofrecer a esa audiencia? No ayudó el hecho de ver a otro orador literalmente sudando y abanicándose, a punto de desmayarse.

Pero cerré los ojos, subí al escenario y simplemente hice lo mío. Ese discurso llevó a muchas oportunidades maravillosas.

La forma en que supero esta dicotomía es diciendo sí antes de estar lista. Cuando se me presenta una oportunidad que parece estar fuera de mi alcance, cierro los ojos y digo sí antes de poder convencerme de lo contrario. Doy el salto. No hay vuelta atrás.

La mayoría de las veces funciona. Inténtalo y verás que estás a la altura y que puedes quebrar cualquier límite. La clave es despojarse de las capas externas, enfrentar a los demonios internos y decirles: "No pueden detenerme en mi camino hacia mi meta".

Este nivel de valentía trasciende los límites y todos podemos hacerlo.

Enseñarle a mi hija a enfrentar su miedo

Estoy enseñándole a mi hija de 4 años cómo enfrentar su miedo. La transición de la escuela al campamento ha sido difícil para ella. Tener nuevos compañeras, nuevas maestras y un nuevo entorno crean una tormenta perfecta para que se aferré a mí cuando la llevo cada día.

Cada mañana tenemos una rutina para facilitar su transición. En el camino escuchamos sus canciones favoritas y llamamos a sus abuelos. Cuando llegamos al campamento, abro el baúl del auto para que pueda ver la caja de premios que puede ganar con buena conducta. Luego compartimos un "Abrazo Eterno", un abrazo prolongado que requiere un poco de "polvo mágico" para separarnos.

La rutina proporciona estructura y comodidad, lo que le da coraje para separarse de mi lado. El objetivo es que eventualmente comprenda que no necesita la rutina externa para tener un día sólido y valiente en el campamento.

Después de una semana de esto, le pregunté: "¿Quieres salir del auto y ver los premios?" Ella respondió valientemente: "No, ¡puedo salir yo sola!" Salió del auto y marchó con confianza hacia la entrada.

¡Bravo! En mi interior, yo saltaba de alegría.

Más tarde ese día, le dije: "Liv, no es la canción que escuchamos ni la llamada telefónica a tus abuelos. ¡No es el premio en la parte trasera del auto! Eres tú. Tienes toda la valentía que necesitas para tener un gran día en el campamento".

Esa mañana ella comprendió que tiene todo lo que necesita dentro de sí misma.

Eso es lo que me recuerdo a mí misma cuando me pongo nerviosa al hablar frente a una multitud. No es sólo el atuendo correcto, el atril adecuado o incluso el discurso ensayado. Esas son todas muletas. La verdadera valentía está dentro de mí. Soy yo dando un pedazo de mi alma a la audiencia, y esa autenticidad es lo que atrae a las personas.

Cuando Dios insufló en cada uno de nosotros el aliento de la vida, nos llenó de una luz infinita. Él quiere que entendamos que lo que está dentro de nosotros es lo que realmente importa. La valentía proviene de adentro.

Respira profundo. Ahora exhala. Cuando exhalas, estás expresando una porción de la divinidad que yace dentro de ti hacia el mundo exterior.

Reconocer tu divinidad interior es la verdadera fuente de confianza y valentía. Cuando quitas todas las distracciones externas, en el centro de todo tenemos una chispa de divinidad imbuida dentro de nosotros. No tenemos que permitir que el miedo tome decisiones. En su lugar, podemos decir: "Soy suficiente" y observar cómo florecemos.


*el nombre fue cambiado

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