Visualizar la experiencia del Éxodo

14/01/2024

2 min de lectura

Bo (Éxodo 10:1-13:16 )

Y relatarás a tu hijo en ese día, diciendo: "Fue por esto que Dios actuó por mí cuando salí de Egipto".

La Hagadá dice que la mitzvá de narrar la historia del Éxodo tiene lugar el décimo quinto día de nisán, cuando tenemos ante nuestros ojos la matzá y el maror (hierbas amargas) sobre la mesa del Séder. Esto se deriva del versículo previo. La frase "fue por esto" indica que se refiere a un mismo objeto, es decir la matzá y el maror.

El Alter de Kelm dice que los patriarcas tenían un entendimiento intelectual de Dios, lo cual para ellos era suficiente. Sin embargo, para la persona promedio, un entendimiento intelectual es inadecuado para subordinarse a la voluntad de Dios. Nuestra convicción de la realidad de algo que vemos con nuestros ojos es mayor que la de algo cuya realidad sólo conocemos porque podemos razonar sobre su existencia. Por eso, Dios les mostró a los israelitas milagros asombrosos en el Éxodo, para dejar en ellos la impresión de una firma convicción de Su soberanía sobre el mundo.

A medida que las generaciones se fueron distanciando del Éxodo, la impresión que dejaron los milagros se fue desvaneciendo y ahora sólo contamos con un conocimiento intelectual del Éxodo. Para reforzar nuestra convicción de los eventos del Éxodo, usamos objetos tangibles, tales como la matzá y el maror, para estimular la sensación de la impresión.

Rav Shlomo Wolbe dijo que debemos usar la fuerza de nuestra imaginación para fortalecer nuestras convicciones. La Torá dice: "Sólo cuídate y guarda muy bien tu alma, no sea que olvides estas cosas que tus ojos han visto y no sea que se aparten de tu corazón todos los días de tu vida…el día que te paraste delante de tu Dios en Joreb… Ustedes se pararon al pie de la montaña, y la montaña ardía con fuego hasta el corazón de los cielos… Dios les habló de en medio del fuego" (Deuteronomio 4:9-12). Esto se le dijo a las personas que habían sido testigos oculares de la revelación en el Sinaí, pero se aplica también a nosotros. Con nuestra imaginación debemos vernos tal como estuvieron nuestros ancestros en el Monte Sinaí, ver la montaña en llamas, oír los truenos, ser testigos de los relámpagos y escuchar el sonido del shofar.

La Hagadá dice que en cada generación la persona está obligada a verse a si misma como si ella personalmente hubiese salido de Egipto. Debemos visualizar en neutra mente las plagas infligidas al faraón, la escena de tres millones de personas saliendo de Egipto y la partición del Mar de los Juncos.

Los accesorios del Séder son realmente útiles, pero debemos usar la fuerza de nuestra imaginación para experimentar el Éxodo.

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