Cómo el hecho de ser un veterano de Vietnam y un pastor cristiano me llevó a convertirme en judío

14/08/2022

4 min de lectura

Mirando hacia atrás, veo que Dios me puso en el camino pequeñas señales para ayudarme a encontrar mi Verdad.

Convertirme en judío

Mi juventud estuvo repleta de rebelión. Mi padre falleció cuando yo tenía 8 años y en cierta medida tuve que criarme solo. Como adolescente y adulto joven, me involucré en muchas conductas problemáticas. Me acerqué a los grupos equivocados y experimenté bastante con muchas drogas recreativas.

Pero una parte de mí siempre tuvo principios muy arraigados. Creía en la democracia norteamericana y me oponía con fuerza al comunismo. Por eso, cuando comenzó la guerra de Vietnam me ofrecí como voluntario para la Fuerza Aérea. Algunas experiencias que tuve en Vietnam me convirtieron en quien soy hoy en día. Recuerdo claramente varias experiencias cercanas a la muerte. Una vez, cuando estaba en la letrina afeitándome, sentí una voz en mi cabeza que me dijo: “¡Sal ahora mismo!” De inmediato corrí y unos minutos después atacaron la base y murieron muchas personas.

Sentí una voz en mi cabeza que me dijo: “¡Sal ahora mismo!” De inmediato corrí y unos minutos después atacaron la base y murieron muchas personas.

Otro incidente ocurrió al final de mi estadía en Vietnam. Un amigo quería que fuéramos a Saigón a festejar el final de nuestro servicio. Pero algo dentro de mí me decía que era peligroso y tuve un fuerte presentimiento de que si iba, podía llegar a morir. No fui. Efectivamente esa noche hubo un ataque y mi buen amigo fue asesinado.

Cuando regresé a casa reflexioné mucho y me avergoncé de varias de mis conductas previas. Siempre creí en Dios y en el complejo diseño de nuestro universo, y comencé a pensar más respecto a cuál era mi propósito en este mundo. En esa época, en los Estados Unidos estaba de moda predicar en las calles. Me interesó eso y comencé a estudiar ministerio. Me convertí en un pastor y fui ministro de tres congregaciones distintas que contaban con una comunidad de entre 75 y 100 personas. Comencé a liderar grupos de estudio de Biblia y grupos de autoayuda. El ministerio del que era parte apoyaba la Teoría del Reemplazo, que cree que el pueblo judío fue reemplazado por quienes creen en Cristo y que ahora el cristianismo es el nuevo Israel.

Mientras predicaba esta creencia, comencé a tener muchas preguntas. Empecé a ver discrepancias y contradicciones entre la Biblia judía y la Biblia cristiana. Vi que Jesús no parecía ser el mesías que predijeron los profetas hebreos. Esto aumentó más cuando me encontré una vez con una Torá en hebreo e inglés. Sentí que se comenzaba a mover el suelo sobre el que estaba parado. Llevaba mis preguntas a los ancianos, pero ellos se reían de mí y me decían que estaba yendo por un camino peligroso y que no siguiera cuestionando. Pero las preguntas sólo se volvieron más fuertes.

Donando juguetes en Jevrón

Sentí una profunda soledad. Estaba divorciado y anhelaba conocer a mi verdadera alma gemela. Lloraba constantemente pidiéndole a Dios que trajera a esa persona especial a mi vida. Estaba en un restaurante en Tacoma, Washington, que tenía música jazz en vivo, algo que me encanta. No me imaginé que allí conocería a mi futura esposa. Mimi había planificado ir a otro restaurante que también tenía música en vivo, pero a último minuto uno de los miembros de la banda se enfermó y cancelaron su presentación. Así fue que Mimi llegó al restaurante en el que yo estaba. Nunca olvidaré la primera vez que la vi. Me sentí atrapado. Me presenté y comenzamos a salir… ¡nos casamos ocho semanas después!

Me presenté y comenzamos a salir… ¡nos casamos ocho semanas después!

Descubrimos que a pesar de que nuestras vidas eran muy diferentes, teníamos los mismos corazones. Mimi estaba bastante alejada de su identidad judía. Se había criado como secular, sin familia cercana alrededor. Su madre había vivido con temor de ser judía y se mudó muy lejos de su familia. Sólo cuando Mimi ya había crecido su madre finalmente compartió el secreto de que ella era judía. Pero Dios tenía un plan y estaba moviendo las piezas y jalándonos hacia el judaísmo.

Durante esa época intenté liderar una congregación mesiánica. Esta se enfocaba mucho más en el judaísmo, pero mantenía la creencia de que Jesús fue el mesías judío. También comencé a apoyar activamente a Israel y a incursionar en el judaísmo. Un día, un miembro de mi congregación sugirió que fuera de visita a Israel. Lo que se suponía que sería un viaje de dos semanas acabó convirtiéndose en una estadía de 2 meses. Mientras estaba en Israel, sentí una inesperada familiaridad. Era como si una parte de mi repentinamente cobrara vida y se expandiera. Cuando regresé a los Estados Unidos, sentí que esa parte de mí quedó atrás. Allí nació en verdad mi amor por Israel.

Mi esposa Mimi y yo

Cuando regresé a casa, decidí que había llegado el momento de dejar el cristianismo y abrazar el judaísmo y el sionismo. Mis hermanos cristianos y muchos miembros de mi congregación se sintieron devastados y algunos reaccionaron con rabia. Pero mi esposa y yo sentimos que ese era nuestro destino. En California, encontramos un rabino muy especial de Jabad que empezó a enseñarnos más sobre el judaísmo y sobre las prácticas judías y eventualmente decidimos que queríamos convertirnos.

Hace cinco años me convertí al judaísmo y hoy vivo con mi esposa en Jerusalem, donde estamos construyendo un hogar. Pasamos gran parte de nuestro tiempo apoyando a Israel y causas judías.

Escogí el nombre Baruj Ovadia. Baruj en hebreo significa “bendición”, ya que veo toda mi vida como una bendición de Dios. Y Ovadia significa “sirviente de Dios”, porque me esfuerzo para Servirlo cada día de mi vida. Vivir aquí es una inspiración diaria para hacer realidad mi destino. ¡En verdad es una bendición servir a Dios! ¡Am Israel Jai!


Tomado del libro “Your People are my People: Inspiring Stories of Coverts to Judaism”, de Yisroel Juskowitz.

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