Cómo nos relacionamos con Dios depende de cómo nos relacionamos con los demás

02/01/2024

2 min de lectura

Shemot (Éxodo 1:1-6:1 )

"Y se levantó un nuevo rey en Egipto que no conocía a Iosef" (Éxodo 1:8)

El Talmud cita dos opiniones: se trataba de un rey nuevo o del monarca que ya existía con nuevas políticas, que actuó como si "no conociera a Iosef" (Sotá 11a). El Midrash sigue la segunda opinión, y dice que cuando los egipcios se volvieron contra los judíos, el faraón se negó seguirlos y lo depusieron durante tres meses, hasta que cedió a sus deseos (Shemot Rabá 1:9).

¿No es sorprendente que el rey que le había dicho a Iosef: "Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no puede haber entendido o sabio como tú" (Génesis 41:39), ahora le dijera a Moshé: "¿Quién es Dios para que yo escuche su voz y envíe fuera a Israel. No conozco a Dios" (Éxodo 5:2)?

Rav Meir Rubman cita la Mishnat de Rabí Eliezer: "La razón por la que la Torá es tan dura respecto a un ingrato es porque negar la gratitud hacia otra persona es equivalente a negar la gratitud hacia Dios. Hoy uno niega su gratitud hacia otra persona, y al día siguiente niega la gratitud hacia Dios. Todo Egipto sabía que Iosef había salvado a su tierra, al igual que el faraón. Sin embargo, el faraón eligió negar su gratitud hacia Iosef y luego negó su gratitud a Dios, diciendo: '¿Quién es Dios para que yo escuche su voz… No conozco a Dios" (Lekaj Tov, Shemot, página 5).

La forma en que nos relacionamos con Dios depende de cómo nos relacionamos con otras personas. Cuando le preguntaron al Baal Shem Tov cómo se puede desarrollar el amor por Dios, cómo podemos amar a un Ser que no podemos ver ni experimentar de ninguna manera, él respondió: "Ama a tu prójimo. Eso te llevará a amar a Dios". De hecho, el Talmud dice que la forma en que un ser humano puede apegarse a Dios es emulando Sus cualidades: "Así como Él es misericordioso, tú debes ser misericordioso…" (Shabat 133a).

Rav Iehudá Leib Chasman comparte con nosotros otra idea. El Midrash dice que el faraón en un primer momento se resistió a las demandas de su pueblo para que esclavizara a los judíos, porque él se sentía en deuda con Iosef y con Iaakov por la bendición de la tierra. Sin embargo, cuando fue necesario perseguir a los judíos para poder mantener su trono, se volvió un cruel tirano, esclavizándolos y ordenando que asesinaran a sus hijos. Esto nos muestra que una persona es capaz de alterar sus emociones. Una persona no puede decir: "Es lo que soy. Es la forma que soy".

El faraón pasó un cambio emocional por su deseo de mantener su puesto. Tal como una persona puede alterar sus emociones de forma negativa, también es posible cambiar las emociones positivamente. El faraón estaba motivado por la conveniencia. Una persona también puede verse motivada por una convicción sincera de hacer lo correcto. Sólo es necesario darse cuenta de qué emociones son apropiadas y sinceramente desear cultivarlas.

Las personas que no desean esforzarse por modificar sus cualidades de carácter pueden decir: "Así es como nací". Rav Shneur Zalman dice en Tania: "Es una capacidad innata que el intelecto puede ser el amo sobre las emociones". La habilidad de cambiar es una cualidad innata. De hecho, es la cualidad distintiva más significativa entre el hombre y otros seres vivos. Una persona que niega esta habilidad de cambiar su carácter se reduce a un nivel subhumano. Nuestra dignidad no debe permitirnos hacerlo.

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