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Enseñanzas sobre crecimiento personal basadas en la parashá de la semana.
“Moshé le habló a Hashem, diciendo: ‘Que Hashem, Dios de los espíritus de toda la carne, designe un hombre sobre la asamblea, quien saldrá delante de ellos y entrará delante de ellos, quien los sacará y los meterá, para que la asamblea de Hashem no sea como ovejas sin pastor’. Hashem le dijo a Moshé: ‘Toma para ti a Yehoshúa, hijo de Nun, un hombre en el cual hay espíritu, y apoya tu mano sobre él… por su palabra saldrán y por su palabra entrarán, él y todos los hijos de Israel junto con él, y toda la asamblea”. Moshé hizo tal como Hashem le había ordenado. Tomó a Yehoshúa… Apoyó sus manos sobre él y lo ordenó, tal como Hashem dijo a través de Moshé’” (Bamidbar 27:18-23).
Rashí, el comentarista clásico del Jumash, señala que cuando Moshé colocó sus manos sobre Yehoshúa, lo hizo con generosidad y fue más allá de lo que había sido ordenado. Hashem le pidió que colocara sólo una mano sobre su cabeza y Moshé colocó las dos, convirtiéndolo (figurativamente) en una vasija llena y desbordante, llenándolo con sabiduría en abundancia.
Estas palabras de Rashí nos enseñan una idea muy relevante para todos aquellos que estamos en una posición de liderazgo (1): para poder influenciar apropiadamente a otros y poder satisfacer adecuadamente las necesidades ajenas, debemos convertirnos en “vasijas llenas y desbordantes”.
Sólo podemos dar a los demás de lo que se desborda de nuestras vasijas. Si no estamos continuamente llenando nuestras propias vasijas, eventualmente nos vaciaremos y no tendremos nada que compartir. Si nos dedicamos a la enseñanza, debemos seguir aprendiendo y “llenando nuestras vasijas” y dar a los demás de lo que se desborda.
Con frecuencia vemos personas que se dedican a la comunidad, ya sea ocupándose de la enseñanza o del trabajo comunitario y vemos que ya están agotados, se vaciaron, se hartaron de compartir. Una de las razones de este fenómeno tan frecuente es porque se entregaron tanto a otros que olvidaron llenar sus propias vasijas.
Para seguir impactando positiva e indefinidamente a otros, no debemos relegar nuestro propio crecimiento.
1. Este es el contexto de los versículos: Hashem le está pidiendo a Moshé que elija a Yehoshúa como el futuro líder del pueblo judío.
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