El entendimiento cabalístico de Helen Keller

"En el mundo quieto y oscuro en el que vivía, no había ningún sentimiento fuerte ni ternura", comentó Helen Keller sobre los años previos a lo que posteriormente describiría como "el repentino despertar de su alma". Alrededor de los cinco años, ella tomó consciencia de que no podía comunicarse de la misma manera que otras personas. Su necesidad de conexión y comunicación se volvió tan aguda que los arrebatos físicos y la sensación general de miseria se convirtieron en algo rutinario.

Durante ese período de soledad y aislamiento, ella sintió como si "manos invisibles me sostuvieran, y yo me esforcé frenéticamente para liberarme".

En el verano de 1886, estos esfuerzos obtuvieron fruto cuando su padre consultó con el Dr. Alexander Graham Bell para pedirle su consejo. El Dr. Bell aconsejó al Sr. Keller ponerse en contacto con la institución Perkins en Boston, donde los Keller encontraron a la maestra que cambiaría para siempre la vida de Helen: Anne Mansfield Sullivan.

La técnica de Sullivan, inmortalizada en los relatos de Keller y en la obra "Helen Keller, la increíble historia", fue escribir palabras sobre las manos de Helen cuando interactuaban con un objeto físico: una muñeca, una mesa, su madre, etc.

Helen Keller y Anne Sullivan

En un primer momento, Helen simplemente la imitaba sin entender. Un día, al dibujar agua de una fuente (un simbolismo sumamente adecuado), algo se abrió:

"Mientras la corriente fría mojaba una mano, ella escribió en la otra mano la palabra agua, primero lentamente y luego más rápido. Estaba quieta, toda mi atención fijada en el movimiento de sus dedos. De repente sentí una conciencia confusa, como recordar algo olvidado: la emoción de un pensamiento que regresaba. De alguna manera, se me reveló el misterio del lenguaje. Entonces supe que 'a-g-u-a' significaba algo maravilloso y fresco que fluía sobre mi mano. ¡Esa palabra viva despertó mi alma, le dio luz, esperanza, alegría, le dio libertad!".

La palabra Cábala a menudo es mal interpretada como si su significado fuera "recepción", lo que implica un cuerpo de información mística transmitido desde Arriba a aquellos equipados para recibirlo. Este entendimiento sólo es parcialmente correcto. La maestra de Cábala Sara Schneider subraya una descripción más amplia del término en su libro "Kabbalistic Writings on the Nature of Masculine and Feminine" (Escritos cabalísticos sobre la naturaleza de lo masculino y lo femenino). Ella demuestra que el término cábala deriva de una palabra que significa 'correspondencia'. Como declara el Libro de Éxodo: "Cincuenta lazadas harás en la primera cortina y cincuenta lazadas harás en el extremo de la cortina del segundo ensamblaje, las lazadas deberán estar contrapuestas (macbil) una con otra"

Cuando construimos una correspondencia conceptual, creamos una herramienta a través de la cual podemos entender la realidad con mayor profundidad. Cuando un niño da el salto conceptual de que un sonido particular corresponde a un objeto específico, ese niño abre una puerta que le permite ingresar a un mundo de mayor significado. Cualquier padre que ha observado el proceso puede dar fe de lo rápido que crece el vocabulario de un niño una vez que, parafraseando a Blake, ha abierto las puertas de la percepción.

Cambiar el foco de atención

Un esfuerzo similar es necesario para sacar a un ser humano de una perspectiva del mundo puramente materialista. La misma atención y enfoque que Helen Keller empleó para elevarse de su mundo de aislamiento a un mundo de interacción y comunicación es necesario para graduarse de un mundo puramente material a un mundo espiritual.

Como explica Schneider:

"Quizás el enfoque más clásico de meditación por correspondencia es lo que se llama las 'Cincuenta puertas del entendimiento'. Estos son cincuenta niveles de integración de lo que significa que Dios es uno, y cada portal conduce a un estado de conciencia más rectificado. Cuando la Torá describe "un conjunto de cincuenta lazadas correspondientes y opuestas a un segundo grupo de cincuenta lazadas", alude a esta meditación".

En otras palabras, cada vez hay que alcanzar entendimientos más profundos, nivel a nivel, para poder cerrar la brecha entre nuestra concepción básica y material del mundo y la naturaleza más elevada y verdadera de la realidad.

La frustración y el desaliento inicial de Keller por su incapacidad para comunicarse no se diferencia de nuestra ansiedad existencial diaria. Cada uno está necesariamente sujeto a limitaciones y, en consecuencia, a una perspectiva limitada. A pesar de poder contemplar profundamente galaxias inimaginablemente distantes y observar los más pequeños jirones de materia, muchos nos sentimos vacíos y carecemos de un sentido claro de comprensión y propósito. A pesar de todo lo que aprendemos, luchamos, a menudo infructuosamente, por comprender nuestras vidas, a nuestros semejantes y casi todo lo demás. ¿Por qué las cosas ocurren como suceden? ¿Cómo encaja todo? ¿Qué significa realmente todo esto?

Sin importar nuestros avances e innovaciones materiales, "no hay nada nuevo bajo el sol". Si bien es hermoso, el flujo y reflujo interminable de las mareas nunca conduce a ninguna parte, y nuestros ojos no se sacian de ver ni nuestros oídos de escuchar. ¿Cómo podemos entonces escapar de la futilidad del mundo material y de la limitación fundamental de perspectiva que provoca?

Si bien puede que no haya "nada nuevo bajo el sol", hay reinos más allá de las puertas de nuestra percepción inmediata que nos conectan con nuestras necesidades más verdaderas y fundamentales. Más allá de esas puertas espera la paz mental, la aceptación, la alegría y el significado auténtico. Sólo tenemos que abrirlas.

Los cabalistas imaginaron un momento futuro en el que el mundo será tan oscuro que ni siquiera sabremos cuán ciegos estamos. ¿Estaremos allí ahora? ¿Qué darías por experimentar el mismo grado de iluminación que tuvo Helen Keller el día que salió de su mundo oscuro a la luz?

Fuente de la imagen: www.britannica.com