El judaísmo y la cirugía estética

25/03/2024

7 min de lectura

Es fácil desmerecer a la cirugía estética como un ejercicio de vanidad. Pero ese no es el enfoque judío.

A los 21 años, Aliza Shulman estaba lista. Había llegado el momento de deshacerse del bulto de su nariz.

"No recuerdo exactamente cuándo se me ocurrió la idea" de la rinoplastia, o la cirugía para cambiar la forma de su nariz (lo que comúnmente se llama una cirugía de nariz). "Pero me desperté y me dije: '¿sabes qué? Me molesta mucho. Voy a hacer algo al respecto'".

Y eso fue todo.

Su cirujano era muy exigente con la simetría y pensó que la beneficiaría una cirugía más amplia. Pero ella no lo aceptó.

"Él me miró la cara, comenzó a imaginar lo que haría, y me dijo: 'Tus mejillas están bien, pero si vas a arreglarte la nariz tienes que arreglar también la barbilla para manetner la simetría'. Yo pensé: 'Aquí es donde la cirugía plástica puede convertirse en una adicción'. Quizás mi barbilla no es tan pronunciada como para que se parezca a lo que ellos considerarían bello, pero a mí no me molestaba en absoluto, y me pregunté: '¿Dónde va a acabar esto?'".

Shulman estaba en la universidad en ese momento y se sometió a la cirugía durante el receso de invierno. La recuperación fue rápida. "Sólo tenía que poner un poco de maquillaje bajo mis ojos. Mi nariz estuvo hinchada durante un año, pero recuperó su tamaño".

El procedimiento fue liberador. Me hizo sentir bien. Y hasta el día de hoy, no es una nariz perfecta.

Hoy, más de una década más tarde, ella sigue pensando que fue la decisión correcta. En ese momento no se sintió presionada para operarse, y los comentarios de los demás —tanto en favor como en contra— no influyeron demasiado en su decisión. Era algo que ella quería hacer.

"Me molestaba. Sentía que tal vez debía usar anteojos para disimular ese bulto y no me gustaba esa sensación. Así que someterme a la cirugía fue liberador. Me hizo sentir bien. Y hasta el día de hoy, no es una nariz perfecta. Si ves mi nariz nunca te imaginarías que me operé. No es cien por ciento simétrica con el resto de mi rostro, pero no me arrepiento en absoluto".

Dignidad humana básica

La cirugía estética existe desde hace milenios. La referencia más antigua, aunque discutida, es una solución sugerida para las lesiones nasales: manipular la nariz en la posición deseada antes de usar tablillas de madera, pelusas, hisopos y tapones de lino para mantenerla en su lugar". Esto se encuentra en el papiro Edwin Smith, un texto médico egipcio del siglo XVII AEC. En la tradición judía, la cirugía estética podría definirse en sentido amplio como cualquier procedimiento que provoca sangrado, lo que incluiría también los piercings, llevando a que la referencia judía más antigua sea un regalo mencionado en Génesis 24:22: "Tomó un arete de oro (en hebreo nezem/נזם, pendientes o un aro para la nariz)… y le preguntó: '¿De quién eres hija?'".

Basándonos en esto, podríamos argumentar que la modificación corporal, incluso algo menor, como un piercing, está permitido de acuerdo con la ley judía (especialmente porque hay otra clase de modificaciones, como por ejemplo hacerse un tatuaje, que en general no está permitido). "Técnicamente, una herida es algo que provoca una hemorragia", explica Rav Micha Cohn, una autoridad legal judía y autor de la obra de varios volúmenes "Healing in Halacha". "Técnicamente, un piercing es una herida, y sin embargo sabemos que se lo hacía. A partir de esto, hay que decir que a) como era muy leve y b) la gente lo deseaba, es permisible".

¿Pero hasta qué grado se aplica este principio?

En algunos casos, es obvio: los injertos de piel y la cirugía reconstructiva después de un accidente o un incendio, la reconstrucción mamaria tras una mastectomía, la extirpación de piel tras una pérdida de peso significativa y otras situaciones en las que a) la cirugía es reparadora, y b) la consideración primordial es la dignidad humana básica. En estos casos, las cirugías están permitidas la mayoría de las veces. "Una persona es sólo humana, y si es algo importante, no tiene por qué ir sufriendo por la vida", dice Cohn. "Sobre todo si es algo que resultó de un accidente".

A veces el dolor es psicológico, y la cirugía estética es una forma de ayudar a la persona a sentirse cómoda.

Pero en otros casos no es tan obvio. A veces el dolor es psicológico, y la cirugía estética es una forma de ayudar a la persona a sentirse cómoda. La cirugía no es necesariamente un asunto de "belleza", sino una forma de realzar la vida de la persona.

"La gente se acompleja por muchas cosas", declara el Dr. Howard N. Tepper, cirujano plástico que ejerció durante 39 años en Nueva Jersey. "Se sienten incómodos con lo que ven en el espejo, cómo se visualizan a sí mismos, o cómo proyectan que los ven los demás. Todos tenemos una imagen de cómo creemos que somos o cómo nos gustaría ser, y es interesante lo común que es que a la gente le disguste cómo se ve en las fotografías. A veces es real y otras no. Todo el mundo incorpora imágenes visuales a su forma de considerar, juzgar o reaccionar ante otras personas. Esto también tiene una implicación cultural. Pero sobre todo se trata de un caso de confianza en uno mismo y de sentirse a gusto con uno mismo".

También esto coincide con la perspectiva judía. Como dice una fuente medieval: "Si su único dolor es que le avergüenza caminar entre otras personas, entonces [modificar su aspecto] está permitido, porque no hay mayor dolor que ese".(1) Las opiniones varían respecto a la medida en que esto se aplica, aunque queda claro que la ley judía es sensible al bienestar psicológico de la persona.

Mamá cambia su imagen

"La cirugía plástica no es algo con lo que haya soñado toda mi vida, ni nada parecido", afirma Lizzy Savetsky, una influencer de las redes sociales que durante un breve período fue parte del reparto de "Amas de Casa Reales de Nueva York". Su única operación incluyó aumentar el tamaño de sus pechos y un toque de liposucción bajo la barbilla y los brazos. "No me sentía insegura. No lo hice buscando la felicidad. Pero había tenido tres hijos y los había amamantado, y quería sentirme bien. Quería sentirme segura de mí misma y recuperar el cuerpo que tenía antes de los embarazos".

De acuerdo con Savetsky (su esposo es un cirujano plástico que ejerce en el Upper East Side de Manhattan), la cirugía a veces es la única opción. "Hay ciertas cosas que no se pueden arreglar sin una cirugía. Una de ellas son los pechos después del embarazo. Nunca van a tener el mismo aspecto a menos que se haga algo quirúrgicamente. Durante el embarazo aumentas y pierdes peso y luego, durante la lactancia, la leche que entra y sale causa que la piel se estire. Yo no necesitaba elevar el pecho (muchas mujeres lo necesitan, pero yo no lo necesitaba), sólo precisaba un pequeño implante que me devolviera el volumen que tenía antes del embarazo".

Lizzy Savetsky y su familia.

Para Savetsky, la cirugía estética no era sólo una reparación física, sino también una reparación psicológica, algo que Tepper experimentó con muchos de sus pacientes. "Cuando comprendí lo que les ocurría a las personas a las que operaba, cómo mejoraba significativamente su calidad de vida, entendí que para esas personas [percibir una deficiencia física] a veces era como sufrir un dolor". "Puede que esto represente un extremo, pero de todos modos, vivimos en una sociedad en la que frecuentemente la gente siente: 'Si tan sólo pudiera corregir esto… Y si puedo hacerlo sin demasiada negatividad ni inconvenientes… ¿por qué no?'".

"No hubo algo negativo por parte de otras personas", añade Aliza Shulman respecto a por qué decidió someterse a una rinoplastia. "Más bien era algo que me molestaba tremendamente".

Otros aspectos

Además del hecho de si la cirugía estética está o no permitida por la ley judía, existen otras consideraciones filosóficas más matizadas. De acuerdo con Cohn, "Existe un concepto filosófico sobre no cambiar el orden de la creación. Es un punto importante, porque hay un valor frente a una prohibición". "A la humanidad se le dio permiso para usar sus habilidades para cambiar la naturaleza. Sin embargo, este permiso es muy específico. Sólo debe usarse por razones importantes".

Hubo momentos en los que le dije a la gente que eso no haría que se vieran o se sintieran mejor.

Tepper adopta un enfoque similar. Aunque en general él cree que brinda a sus pacientes un enorme beneficio, hubo ocasiones en las que pensó que lo estaban llevando demasiado lejos. "A veces les dije: 'Esto no es para ti'. 'Vas a encontrar a alguien que te quite el dinero, pero te aseguro que esto no hará que te veas o que te sientas mejor". Y agrega: "Hay algo que se llama dismorfia corporal, por lo que algunas personas nunca estarán felices con su cuerpo. Puedes hacerte todas las cirugías que existan y nada ayudará. Es lo que ellos ven".

Pero también señala: "Hay un gran componente psicológico. La gente tacha estas cosas como superficiales y sin importancia, pero es algo serio. Yo siempre decía: 'Ojalá no fuera tan importante. Ojalá no fuera necesario. Ojalá todo el mundo estuviera contento con lo que ve en el espejo, o sintiera 'esto es lo que tengo, es lo que Dios me ha dado y estoy a gusto con ello'. Pero por desgracia, no es así".

Sensibilidad

Como la mayoría de las cosas en la vida judía, la cirugía estética es complicada. Involucra numerosas cuestiones y la persona que se plantee someterse a ella debe consultar con su Rabino y con su médico. Pero eso no debería ser desalentador, ya que la compasión, la sensibilidad, la dignidad humana y la consideración psicológica de la persona son valores judíos básicos.

"Si las personas se tienen más confianza en cómo se sienten consigo mismas, se proyectan de una manera diferente en una entrevista de trabajo, interactúan de una forma diferente con las personas y son diferentes en las relaciones", afirma Tepper. "No es blanco o negro. La cirugía estética tiene un impacto significativo en la vida de las personas".

"Para mí, no verme como sentía que podía y debía verme afectaba mi bienestar mental", dice Lizzy Savetsky. "Si algo causa que la persona se sienta insegura y eso le impide vivir su mejor vida, entonces está ocupando un espacio mental que podría utilizarse para hacer algo nuevo en el mundo. Entonces… ¿por qué no?"


Notas:

  1. Tosafot sobre Shabat 50b
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Ionah Estévez- Bretón
Ionah Estévez- Bretón
6 meses hace

Este es un asunto con muchos matices. Pero en términos generales es claro para mí, como especialista en Medicina Familiar, que lo más adecuado es que TODOS los centros de Cirugía Plástica y Estética cuenten con un grupo de Psicología y Psiquiatría. Así lograrían hacer las cosas con una máxima ética profesional y un máximo estándar de cuidado integral para sus pacientes.

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