El yihadista que se convirtió al judaísmo

02/04/2024

7 min de lectura

Yaron Abraham y su travesía de entrenarse para ser un shahid a ser un judío comprometido.

Al crecer en una familia árabe musulmana en Lod en la década de 1980, Yaron Abraham estuvo expuesto al crimen y la violencia desde que era muy pequeño. A los siete años lo enviaron a distribuir drogas a los clientes de su familia por el barrio.

A los 9 años, las cosas pasaron de mal a peor. La hermana de 16 años de Yaron, con quién él se sentía más cerca entre sus 17 hermanos, fue asesinada por sus hermanos mayores en un asesinato por "honor familiar". Una noche llegó tarde y eso era demasiado sospechoso en esos círculos musulmanes extremistas. El asesinato ocurrió en el hogar, en la habitación pegada a la de Yaron, y él escuchó todo.

La familia ocultó el asesinato, y hasta la fecha, la hermana de Yaron figura como desaparecida en los registros del gobierno israelí. Pero la familia tenía un problema. Yaron comenzó a formular preguntas. Quería saber a dónde se había dio su hermana y qué le habían hecho sus hermanos.

Sintiendo el peligro, la familia de Yaron decidió alejarlo de la casa, a una mezquita que también funcionaba como escuela con internado en Gaza. "No sé si conocían cómo era la educación allí, o si simplemente quisieron liberarse de mí", dice Yaron. "De pronto me encontré en una mezquita, una de las más extremistas en Gaza". La educación que recibió allí sólo puede definirse como abuso infantil.

Entrenamiento para ser shahid

El objetivo explícito de la mezquita era convertir a sus estudiantes en shaidis-mártires dispuestos a sacrificar sus vidas por la guerra religiosa del islam, la yidad. "Es una educación muy cruel", relata Yaron. "La mayor parte está estructurada alrededor de la muerte. Cada mañana te obligan a recordar que tu meta máxima es volver a la tierra lo antes posible. Te hacen caminar por cementerios, te llevan a ver a los terroristas asesinados por el ejército de Israel, a besar sus manos, sus pies, para inspirarte, para que quieras que te maten como a ellos".

Yaron Abraham

En la mezquita no había escritorios ni camas. Cuatrocientos estudiantes dormían sobre el suelo para acostumbrarse a la idea de regresar a la tierra. Durante las comidas, se sentaban en el suelo y comían con las manos. Las actividades normales de la infancia, como escuchar música, estaban estrictamente prohibidas. No había lugar para la individualidad. Los niños que por naturaleza eran zurdos, eran obligados a comer con su mano derecha. La mayor parte del día se pasaba memorizando el Corán.

Yaron recuerda que el punto culminante de esta educación era acostarse en una tumba abierta en medio de la noche mientras tus profesores se paraban a tu lado y leían versículos del Corán "para evocar la sensación del momento de la ascensión, cuando el alma se eleva al Cielo… Personalmente, me llevó casi 15 años superar esa experiencia".

Cualquier mal comportamiento era estrictamente castigado. "Hubo un incidente de dos niños de 13 años de quienes sospecharon que intimaron entre elllos", cuenta Yaron. "Nos sacaron a todos de la cama a las 4 de la madrugada, explicaron de qué acusaban a esos niños y les cortaron la cabeza delante nuestro".

Yaron permaneció en la mezquita cinco años. "Nunca me acostumbré. Cada vez era más difícil. No me conecté con esa educación". Yaron notó contradicciones en sus estudios y comenzó a formular preguntas.

Un tema central en la educación de Yaron era el odio a los judíos. "Nos dijeron que los judíos son vampiros sedientos de sangre que roban, violan, asesinan y hurtan. Nos decían que el judío es la criatura más baja, el enemigo número 1, impuro". Matar judíos se consideraba el objetivo más admirable.

De todos los alumnos de la mezquita, Yaron era el único que había estado fuera de Gaza y que realmente había visto judíos. Por sus muchas preguntas, Yaron fue golpeado severamente. Luego sus profesores lo trasladaron a otra mezquita en Yatta, cerca de Jevrón, con la esperanza de convertirlo en un auténtico shahid. Yaron pasó 18 meses en Yatta, donde la educación era todavía más cruel que en Gaza.

El escape 

A los 16 años, Yaron logró escaparse de la mezquita.

En un primer momento, regresó a su hogar en Lod, pero su familia no se alegró de verlo. Sus hermanos mayores le dijeron que ese ya no era su hogar y que no lo querían allí. Su madre, una obediente mujer musulmana, no dijo ni una palabra en su defensa. Su padre tampoco se involucró.

Después de dos semanas, Yaron escapó de su hogar y se fue a vivir en un cementerio musulmán. "Ese era el único lugar en el que me sentía seguro. Nadie iba ir a buscarme en un cementerio. De noche salía a buscar comida en los tachos de basura, y cosas así".

Yaron pasó diez días en el cementerio. Una noche, mientras buscaba comida, Yaron se encontró con un hombre judío que le ofreció ayuda. "Él salvó mi vida", dice Yaron. "Me dio dinero y me puso en un autobús a Eilat". Allí lo recibió otra familia judía que lo ayudó a ponerse en contacto con una organización para jóvenes en riesgo en Tel Aviv.

"Descubrí algo que para mí era completamente nuevo. Algo que en el judaísmo, y en general en el Mundo Occidental, se enseña desde que el niño es muy pequeño: la santidad de la vida. Descubrí que tenía permitido vivir, que tenía permitido soñar. Los judíos me aceptaron. No formularon preguntas. No les importó si era o no árabe. Simplemente me dejaron estar en su casa. Me dieron comida. Me mantuvieron a salvo de mis hermanos. Me mantuvieron a salvo del peligro. Estas personas me inculcaron confianza, la certeza de que yo era un ser humano como cualquier otro. Me enseñaron a aprender, a crecer, a ser humano, a ir a la playa, a tener amigos. No sabía cómo comportarme con las personas comunes, cómo mantener una conversación con ellos. Ni siquiera sabía cómo sostener un tenedor y un cuchillo. Tuvieron que enseñarme todo, desde cero".

Servicio militar

Agradecido con el pueblo judío por toda la ayuda que había recibido, Yaron decidió enlistarse en el ejército israelí. "Eso era lo único que podía hacer para devolver el bien que [los judíos israelíes] hicieron por mí".

En un primer momento, la oficina de reclutamiento del ejército lo rechazó. "Pero no me rendí fácilmente", dice Yaron. Eventualmente, se enlistó y sirvió en la unidad Guivati.

Durante su servicio militar, Yaron fue enviado a Gaza. Él se impresionó por la conducta de sus compañeros soldados hacia los residentes locales. Los soldados israelíes no tenían nada que ver con los monstruos sedientos de sangre que describían sus maestros. Exactamente lo contrario: eran éticos y con principios. Compartían su comida y su bebida con las familias de Gaza. No mataban a nadie sin razón.

En una oportunidad, la unidad de Yaron se acercó a la misma mezquita en al cual Yaron había sufrido terribles abusos sólo tres años antes. Para Yaron fue un momento difícil. Estaba desesperado por vengarse de sus verdugos.

Cuando Yaron vio al profesor que lo había golpeado cruelmente, no pudo contenerse. "Levanté la pistola y estuve a punto de disparar".

El comandante de Yaron le quitó el arma. Le habló y lo calmó.

"Es algo increíble, La persona que salvó la vida del que me enseñó a matar judíos por el mero hecho de serlo era un oficial del ejército de Israel". Más tarde, en una conversación sincera, este oficial enseñó a Yaron a "santificar la vida, no la muerte". Fue entonces cuando decidí que quería unirme a esta nación".

Fue un largo viaje. Después del ejército, Yaron regresó a Tel Aviv y estudió para ser chef. Luego fue a lo que él describe como "el Cielo en la tierra": la ieshivá Majón Meir de Jerusalem, donde pasó el proceso de conversión al judaísmo.

Hoy Yaron está casado y es padre de tres hijas. Es un orador popular y ha sido invitado a hablar en universidades, así como en varias comunidades en Israel. En este momento, Yaron está trabajando en un libro sobre sus experiencias.

"A medida que aprendía más sobre el judaísmo, comencé a entender que toda la oscuridad que había experimentado en mi vida podía transformase en una gran luz. Muchas personas pasan momentos difíciles y caen en la desesperación, pero al escuchar mi historia, pueden encontrar fuerzas y perseverancia".

Luchar por la santidad de la vida

Poco después del brutal ataque terrorista de Hamás, Yaron dijo: "Lo que ocurrió el 7 de octubre no llega a ser el máximo de su crueldad. Tienen muchos más métodos. Ellos odian a los judíos simplemente por ser judíos. No hay ninguna otra razón. Dicen que es por la ocupación, pero en el Corán esta escrito que la Tierra de Israel fue entregada al pueblo de Israel. Enseñan un odio ciego, sin rima ni razones. Es simplemente un asunto religioso.

"Literalmente salí de la tumba. Estoy vivo y tengo una misión: sacar a la luz al verdad. Cuando estaba en el ejército, e incluso ahora, en la reserva, defiendo al pueblo que santifica la vida. Quiero luchar por la verdad".

Yaron advierte al mundo sobre la amenaza del islamismo radical, que él asegura que "se está difundiendo en Europa y en otras partes. Durante años he estada advirtiendo a todo el que quisiera escuchar que son capaces de los horrores que los vieron cometer [el 7 de octubre]. La gente no me creía. Me decían que exageraba.

"La gente piensa que este es un problema israelí. Pero deben agradecerle a Israel, porque Israel está luchando la guerra por todo el mundo, Israel está luchando por la santidad de la vida".


Fuentes:

The Gazan who escape from Hamas and converted to Judaism: "Yo hubiera sido uno de los asesinos", Kan News

La historia de Yaron Abraham, el yihadista que se convirtió al judaísmo, entrevistado por el Dr. Mordejai Kedar, puede verse en cuatro partes (en hebreo):

  1. https://www.youtube.com/watch?v=Jty7teQLSxo&ab_channel=Dr.MordechaiKedar-Hebrew
  2. https://www.youtube.com/watch?v=tFIcaCWRjYk&ab_channel=Dr.MordechaiKedar-Hebrew
  3. https://www.youtube.com/watch?v=Ph5S2CuKWk0&ab_channel=Dr.MordechaiKedar-Hebrew
  4. https://www.youtube.com/watch?v=uJH55RNuVSo&t=542s&ab_channel=Dr.MordechaiKedar-Hebrew
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Karla
Karla
24 días hace

Este tipo de artículos se deberían de dar a conocer a TODO el mundo. Son varios testimonios de extremistas islamicos que se dan cuenta de la aberración de la doctrina nefasta que promueven. Es importante que el mundo sepa la verdad.

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