Formúlate a ti mismo la primera pregunta registrada en la historia

07/09/2023

3 min de lectura

En cada momento la vida te pregunta "¿quién eres". Si no te gusta la respuesta, cámbiala.

Viktor Frankl, uno de los más destacados pensadores del último siglo, sobrevivió a los campos de concentración. Cada día, él se preguntaba: ¿Hoy me golpearán? ¿Hoy comeré? ¿Hoy voy a morir? Frankl comprendió que al quitarle todo atisbo de libertad, Auschwitz lo había reducido a un pensamiento animalístico. Estaba preocupado por cuestiones que él consideraba "pequeñas" y quería formularse preguntas más importantes.

Frankl comprendió que a pesar de todo, le quedaba una libertad, y esta era por lejos la libertad más importante que existe: la libertad de elegir. Como escribió en su libro El hombre en busca de sentido: "Al hombre pueden quitarle todo menos una cosa, la última de las libertades humanas: elegir su actitud sin importar las circunstancias, elegir su propio camino".

Pregúntate a ti mismo: "¿Quién soy yo y como voy a reaccionar ante esto?".

Esta pregunta no es sólo para los campos de concentración , o ni siquiera para los terrores menores de la vida. Es una pregunta que puedes formularte en cualquier momento: el "esto" puede ser estar atascado en un embotellamiento de tránsito, el "esto" puede ser esperar los resultados de unos estudios, el "esto" puede ser cometer un error y sentirte tonto, etc.

El comportamiento sigue a la identidad

Simplemente formular una pregunta crea una pausa, un momento crucial en el cual puedes elegir tu camino. Ya has estado antes en esta encrucijada, en este desafío, ante este desencadenante. ¿Vas a crear un camino diferente, o crearás un final alternativo para la historia que ya has escrito tantas veces? Por enésima vez te enfrentas a un niño que te lleva a tus límites… "Si fuera el mejor padre que pudiera ser ahora mismo, ¿que haría?…". Discutes con tu cónyuge, probablemente una variación del mismo desacuerdo que han tenido durante años: "Si fuera el mejor esposo que pudiera ser ahora mismo, ¿que haría?…". "Si fuera el más valiente, el más compasivo, el más ético, el más misericordioso que pudiera ser ahora mismo, si fuera la mejor versión de mí mismo, entonces… ¿que haría?…".

Estas preguntas son una variación de: "¿Quién soy yo y como voy a reaccionar ante esto?". Cómo respondes a esta pregunta da forma a tu identidad. Y a eso le sigue tu comportamiento, como inevitablemente debe ser, para bien o para mal.

El comportamiento sigue a la identidad. Eso era lo que Dios trató de que Adam, el primer hombre, entendiera.

La primera pregunta registrada en la historia

Rosh Hashaná conmemora la creación de Adam y Javá. Pero de inmediato ellos desobedecieron a su Creador, comiendo del fruto prohibido y trataron de ocultarse detrás de un arbusto.

Entonces Dios formuló la primera pregunta registrada en la historia: "¿Dónde estás?". Esto no era un juego de escondidas cósmico. El Alter Rebe, un Rabino jasídico del siglo XVIII, dice que esta pregunta significa: "¿Quién eres?". En otras palabras: ¿quién eres tú en este momento para que esto fuera posible? Adam admitió que había comido el fruto, y en la traducción al español este verbo está en tiempo pasado. Pero en el texto hebreo, se inserta una letra que hace que el verbo también esté en futuro. Hay un Midrash (un antiguo comentario) que explica que el significado profundo del verbo es doble: comí y comeré en el futuro. Es como si Adam estuviera diciendo: Si me colocas en la misma situación, lo volveré a hacer. Si me identifico como el "tipo que comió la manzana", entonces siempre la comeré, porque eso es lo que soy.

Es un hecho que, a pesar de tus mejores intenciones, no siempre serás la mejor versión de ti mismo. Las vibraciones del último shofar de Iom Kipur todavía flotan en el aire cuando nuevamente pides perdón. Tú (y todos) comiste la manzana. Pero incluso si vuelves a comerla, ¡eso no te convierte en un "comedor" de manzanas! Cometer un error no te convierte en el error mismo. Es un comportamiento, no tu identidad, a menos que elijas conscientemente convertirlo en quien eres.

¿Qué es lo que Dios te pide ahora mismo?

Quieres que te inscriban en el Libro de la Vida. ¡Entonces vive! Si al igual que la mayoría de las personas estás cómodamente adormecido, o vas por la vida medio dormido, el sonido del shofar puede despertarte.

En cada momento la vida te pregunta "¿quién eres" en ese mismo momento. Si no te gusta la respuesta, cámbiala. No es sencillo. La vida te empuja en direcciones opuestas, entre un alma animal y un alma Divina; una inclinación que te alienta a elegir sabiamente y una inclinación que te tira hacia abajo.

Durante este período previo a Rosh Hashaná, es más fácil sentir la presencia de Dios en tu vida. Puedes lograr la claridad adicional que es capaz de disolver tus ilusiones y las distracciones autoimpuestas. Es el momento de profundizar en quién eres realmente y abrazar la identidad que generará la mejor versión de ti mismo, elegir cómo aprovechar mejor el momento y, en definitiva, servir a Dios.

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