

10 min de lectura
Una breve historia y una sinopsis de las creencias básicas de la fe monoteísta más antigua.
El judaísmo es la religión del pueblo judío, y se basa en las enseñanzas que se encuentran en la Torá, el libro sagrado judío. Los judíos creen en un único Dios, omnipotente, todopoderoso y omnisciente, que creó, mantiene y supervisa cada aspecto de la existencia.
En el pensamiento judío, Dios (que tiene diversos nombres a lo largo de la literatura judía), creó el mundo para tu beneficio, significado y placer, y el mayor placer es tener una relación con Él (1). La Torá se considera el manual que a través de sus largas secciones narrativas y sus mandamientos y leyes, te enseña a desarrollar y profundizar esa relación.
De acuerdo con la tradición judía. El fundador del judaísmo es el personaje bíblico Abraham, quien es mencionado por primera vez en el libro de Génesis (11:26). La tradición rabínica enseña que Abraham rechazo las creencias paganas de su época (mediados de la edad de bronce, hace unos 3.800 años) y adoptó la idea de una única deidad omnipotente y todopoderosa, lo que hoy se considera la base del judaísmo, así como de otras creencias éticas monoteístas (como el cristianismo y el islam).
Abraham era un profeta, y sus conversaciones con Dios (y las promesas que Dios le hizo), fueron registradas en el libro de Génesis, capítulos 12-22. Abraham se casó tres veces y tuvo por lo menos ocho hijos, aunque el pacto especial que hizo con Dios sólo se transmitió a través de su hijo Itzjak (Génesis 25:5) y de su nieto Iaakov (Génesis 28:4), y no por sus otros descendientes.
A lo largo de la Torá, así como en los otros libros que componen la Biblia, el pueblo judío es llamado los "hijos de Israel", que es el nombre que recibió el nieto de Abraham, Iaakov, en Génesis 32:29. Los nombres de los 12 hijos de Iaakov (o Israel) también se usan para referirse a los grupos tribales o clanes, así como a los territorios en los que ellos habitaron en el antiguo Oriente Cercano (partes de lo que hoy en día es Israel y Jordania). Con el tiempo, el nombre de Iehudá (que alude tanto a la tribu como al territorio) pasó a referirse a todo el pueblo judío, y de aquí surgió la palabra "judío" (2).
Los judíos a veces también son llamados "hebreos" (עברים), lo cual también es el nombre de su lenguaje (עברית) y viene de la palabra hebrea que significa "cruzar del otro lado" (עבר), una referencia a Abraham quien, por así decirlo, "cruzó el río" y se distinguió a sí mismo y a sus descendientes con sus creencias diferentes.
El libro sagrado del judaísmo es la Torá, también llamada los "Cinco Libros de Moshé", y consiste en los libros bíblicos de Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. El nombre "Torá" significa "instrucciones", y a menudo es llamada "Torat Jaim", o "instrucciones para la vida". Además de las secciones narrativas que describen el nacimiento y el desarrollo de la nación judía, la Torá también contiene 613 mandamientos, que son las herramientas (o instrucciones) para vivir una vida significativa, espiritual, equilibrada y judía.
La Torá también se conoce como los primeros cinco libros del Tanaj (תנ׳ך), que es una sigla hebrea que se refiere a la Torá, los Profetas y los Escritos, también conocidos como los 24 libros de la Biblia judía.
De acuerdo con la tradición judía, la autoridad de la Torá viene de su revelación en el Monte Sinaí, como quedó registrado en Éxodo, en los capítulos 19 y 20, cuando toda la nación judía experimentó de forma masiva una profecía grupal de los Diez Mandamientos.
La Torá también se conoce como la "Ley Escrita", y originalmente fue transmitida junto con un acompañamiento oral (llamado la "Ley Oral"), que consiste en explicaciones profundas de los muchos detalles y pormenores de la Torá, así como ideas éticas, filosóficas y místicas impregnadas dentro del texto de la ley escrita. A lo largo de milenios, la ley oral fue acomodada, organizada y publicada en varias obras, que incluyen:
Como ya dijimos, el fundador del judaísmo es el personaje bíblico de Abraham, cuya vida, así como la de sus descendientes, incluyendo las promesas que Dios les hizo, se describen extensamente en el libro de Génesis.
Sin embargo, el verdadero amanecer del pueblo judío comenzó en el antiguo Egipto, donde la naciente nación judía había caído en la esclavitud y fue oprimida por los egipcios. Como relata el libro de Éxodo, Dios, a través del gran líder judío, Moshé, y con grandes milagros y maravillas, liberó a los israelitas de su cautiverio y los llevó al Monte Sinaí (que se considera que estaba cerca del extremo sur de la península del Sinaí, un pequeño puente de tierra que conecta África con Asia, y que impide que el Mar Rojo fluya hacia el Mediterráneo), donde en el año 1312 AEC experimentaron una revelación profética nacional, y recibieron el texto de los Diez Mandamientos y los fundamentos del monoteísmo ético.
En el año 1272 AEC, el pueblo judío inició la conquista de la Tierra de Israel y estableció la primera mancomunidad, que duró hasta el año 422 EC, cuando fue destruido el Templo de Salomón y el posterior exilio babilonio. Durante este período se escribieron la mayoría de los libros de la Biblia.
En el año 370 ARC, algunos judíos regresaron del exilio a Israel, y restablecieron una comunidad judía en Israel. Su cuerpo gubernamental, llamado la Gran Asamblea, instituyó algunos cambios importantes, entre ellos la canonización de la Biblia, la plegaria estandarizada, compusieron numerosas súplicas y bendiciones, y establecieron muchas leyes y decretos importantes. Esta segunda mancomunidad duró a lo largo de las conquistas griegas de Alejandro Magno y hasta la era romana, culminando con la destrucción del Segundo Templo en el año 70 y el aplastamiento de la rebelión de Bar Kojba en el año 135.
Hacia el año 200 EC, Rav Iehudá el Príncipe compilo la Mishná, la primera gran obra de erudición rabínica, que constituye la base de la ley judía. El Talmud de Babilonia se recopiló y se redactó a lo largo de un período de 200 años, con las ediciones finales realizadas alrededor del año 474. La mayoría de las otras obras rabínicas importantes , incluyendo múltiples colecciones de Midrashim, así como el Zóhar, el texto principal de la Cábala, también fueron escritos en esta época.
En los siglos siguientes, incluyendo al período de las cruzadas, se desarrolló la Diáspora judía, con judíos viviendo en Europa, el Norte de Áfricay el Medio Oriente. A medida que los judíos comenzaron a aprender los idiomas, gustos y costumbres de las naciones entre las que vivían, comenzaron a dividirse en diferentes grupos, incluyendo ashkenazim, sefaradim, mizrajim, y otros grupos de judíos culturalmente diferentes. El común denominador era su linaje judío, su herencia, creencias, erudición y el compromiso a observar la ley judía. En este período también fueron escritos los grandes códigos de la ley judía y una miríada de cometarios bíblicos, obras filosóficas y poesías litúrgicas.
La era moderna fue testigo de una mayor aceptación de las tradiciones místicas del judaísmo, especialmente tras el período de la gran escuela de Tzfat del siglo XVI y también del auge del movimiento jasídico y de los inicios de la ieshivá moderna.
Es complicado. De acuerdo con la tradición judía, el pueblo judío desciende de un antepasado común, y a lo largo de la era bíblica y clásica eran un grupo étnico distinto, en general con piel color oliva y ojos y cabello oscuro (3). Según la Mishná (Negaim 2:1), que se publicó hacia el año 200 EC, "el pueblo judío es como el boj (אשכרוע), ni negro [como los etíopes], ni blanco [como los alemanes], sino de un tono intermedio".
Pero dados los últimos 2.000 años de exilio y dispersión por Europa, el Norte de África, Medio Oriente y el nuevo mundo, junto con el posterior desarrollo de las comunidades judías ashkenazí, sefaradí, mizrají, persa, yemenita, etíope y otras; así como una historia que incluye conversiones, matrimonios mixtos y generaciones que comieron dietas diferentes y hablaron diferentes lenguajes, ya no puede decirse que exista una única distinción racial o étnica "judía".
Sin embargo, a pesar de esto, el pueblo judío por todo el mundo sigue siendo considerado genéticamente similar, lo cual incluso incluye genes particulares entre los miembros de los cohanim (sacerdotes-כהנים).
Los judíos creen en un único Dios omnipotente e infinito. Dios es el creador, quien sustenta y supervisa la creación. Él creó el mundo, lo sustenta y supervisa todo lo que ocurre en toda la existencia. Dios es todopoderoso, el único poder, lo que implica que todo lo que ocurre se debe sólo a la participación directa, íntima y constante de Dios. Nada existe ni ocurre independientemente de la voluntad Divina. Dios es la única realidad y la fuente de toda la realidad, y Él creó todo lo que existe para ti.
Dios creó el mundo para tu beneficio y placer, y el máximo placer es tener una relación con Él. Él le dio al pueblo judío la Torá, que son las instrucciones para vivir. La Torá contiene 613 mandamientos (mitzvot/מצות), y esas son las herramientas para establecer una conexión más profunda con Dios. El judaísmo también es una religión de responsabilidad personal, y la fuerza de tu relación con Dios depende de ti.
El judaísmo es igualitario, lo que significa que, dado que Dios es infinito, todas las personas están a la misma distancia de Dios. Cada persona tiene la misma e igual oportunidad de acercarse a Dios, y no necesitas un sacerdote, rey u hombre santo para actuar como intermediario, o para facilitar tu relación con Él. Puedes hacerlo tú mismo.
Tu existencia también tiene un propósito y un significado inherente. Dios es infinito y todopoderoso, y sin embargo eligió crearte. Tu existencia no es un accidente. Estás aquí por un propósito.
Estas ideas han cambiado al mundo. El pueblo judío enseñó al mundo los principios del monoteísmo ético, conceptos como la dignidad del individuo, la fraternidad, igualdad y justicia, el valor de la educación, la centralidad de la familia, la responsabilidad social, el respeto por la vida humana y la importancia de anhelar y trabajar por la paz. Ideales que hoy en día la mayoría de los occidentales consideran "obvios".
Las prácticas del judaísmo incluyen un Shabat semanal (שבת), que es un día repleto de costumbres, tradiciones y leyes diseñadas para facilitar la renovación y el crecimiento espiritual; un ciclo de festividades anuales que incluyen la celebración del año nuevo (Rosh Hashaná/ראש השנה), un día de expiación (Iom Kippur/יום כיפור), Sucot (סוכות), Pésaj (פסח), Shavuot (שבועות), y también numerosas celebraciones rabínicas como Janucá (חנוכה) y Purim (פורים), y ayunos.
La práctica judía también incluye una meditación diaria sobre la idea de la unidad infinita de Dios, llamada Shemá (שמע), así como la plegaria diaria, los eventos del ciclo vital (como la circuncisión, el bar o bat mitzvá cuando un niño cumple 13 años o 12 una niña, las bodas, los funerales y un periodo de luto de siete días (llamado shivá/שבע) tras la muerte de un familiar cercano, las leyes y restricciones dietéticas, y mucho más.
La ley judía también obliga al estudio diario de la sabiduría judía, y muchas comunidades ofrecen clases, así como tutorías privadas, sobre una miríada de temas que incluyen el crecimiento personal, el estudio diario del Talmud, el análisis de la lectura semanal de la Torá, la Cábala y las enseñanzas místicas, y mucho más.
Un judío es alguien que a) nació de madre judía, o b) se convirtió al judaísmo más tarde en su vida. Una persona nacida de un converso es judía y tiene exactamente el mismo "estatus judío" que cualquier otro judío.
La conversión al judaísmo incluye tres pasos:
Ser judío, ya sea por nacimiento o por propia voluntad más adelante en la vida, implica que eres parte del pueblo judío. Tu historia es la historia judía, y tu misión es la misión judía, lo que implica vivir los valores que se delinean en la Torá.
El judaísmo es la religión del pueblo judío, y se basa en las enseñanzas que encontramos en la Torá. Fue fundada por el personaje bíblico de Abraham hace 3.800 años, y su libro sagrado, la Torá, fue entregada a Moshé y al pueblo judío en el año 1312 AEC en la revelación en el Monte Sinaí, aunque el corpus de literatura judía fue compilado a lo largo de los milenios. El pueblo judío ya no tiene características étnicas distintivas, a pesar de que siguen siendo considerados genéticamente similares. La creencia judía gira en torno a Dios, quien creó el mundo para nuestro beneficio y placer. La Torá es nuestro manual, o las instrucciones que debemos seguir. Pero todo depende de nosotros: el judaísmo es una religión de elección y responsabilidad personal, y cuán cerca o conectados a Dios nos sintamos depende por completo de nosotros.
Aunque el cristianismo y el judaísmo son religiones monoteístas, y el cristianismo se considera a sí mismo, en cierto sentido, una continuación o el cumplimiento del pacto que Dios hizo con el pueblo judío (llegando al punto de aceptar por completo la Biblia judía y llamarla el "antiguo" testamento, o el original), allí terminan las similitudes. El cristianismo rechaza el "yugo de los mandamientos" (la obligación de observar los 613 mandamientos de la Torá), el concepto del pueblo judío como el "pueblo elegido por Dios", la imposibilidad de que Dios exista con forma humana, y la idea de que la plegaria sólo puede dirigirse directamente a Dios sin ningún intermediario. El cristianismo y el judaísmo también difieren en su entendimiento de conceptos como pecado, la vida después de la vida, y mucho más.
El judaísmo también rechaza, completa y totalmente, el significado o la importancia de Jesús, o que Jesús fuera el Mesías judío. Los judíos no aceptan a Jesús como el Mesías porque:
El judaísmo jasídico es un movimiento judío ortodoxo que comenzó a mediados del siglo XVIII con Rabí Israel ben Eliézer, más conocido como el Baal Shem Tov. El judaísmo jasídico se originó en Europa Oriental, y se estima que a mediados del siglo XIX más de la mitad d ellos judíos ortodoxos de la región eran jasídicos. El movimiento pone fuerte énfasis en la plegaria, la devoción y las enseñanzas místicas; y modificó el sidur tradicional ashkenazí, el libro de plegarias. La mayoría de las comunidades jasídicas tienen un líder o Rebe, que a menudo es reverenciado por su piedad.
Notas:
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.
No pude terminar el comentario anterior: A esos dos temas no solo no los rechaza, sino que los promueve. Para mí, deberían haberse separado los dos rechazos primeros y luego agregar el verbo acepta (u otro equivalente) para los otros dos. Agradezco vuestra opinión sobre ambos comentarios que hice. Muchas gracias, muy buen artículo Qué es el judaísmo. Norberto.
Tengo formación judía tradicional, no religiosa. Mis padres salieron de Alemania con sólo mi hermana de 18 meses, en 1938. Mantuvimos la tradición todo el tiempo que vivieron mis padres, y también después. También conozco el cristianismo evangélico bautista. Me llamó la atención el párrafo de este artículo, que dice: "El cristianismo rechaza el "yugo de los mandamientos" (la obligación de observar los 613 mandamientos de la Torá), el concepto del pueblo judío como el "pueblo elegido por Dios", la imposibilidad de que Dios exista con forma humana, y la idea de que la plegaria sólo puede dirigirse directamente a Dios sin ningún intermediario". ¿Cómo va a rechazar la posibilidad que Dios exista con forma humana y cómo va a rechazar la posibilidad de dirigirse a Dios sin intermediarios?
Me encantó este artículo. Muchas gracias por publicarlo.