Sueño positivo

03/07/2023

2 min de lectura

Balak (Números 22:2-25:9 )

El Dr. Martin Seligman, conocido como el fundador del movimiento de psicología positiva, escribió en su libro "La auténtica felicidad" que cuando sus hijos eran pequeños hacía con ellos dos actividades como parte de la rutina nocturna. Primero les pedía que le contaran todos los eventos positivos de ese día, así como las partes que no habían sido tan exitosas, para mostrarles cómo lo positivo por lo general sobrepasa lo negativo.

En segundo lugar, justo antes de que se durmieran, hacía que sus hijos pensaran sobre algo específico positivo, para que continuaran imaginándolo mientras se quedaban dormidos. Él explica que la razón de este ritual es que "los últimos pensamientos que el niño tiene antes de quedarse dormido están cargados con emociones y ricas imágenes visuales, y estos se convierten en hilos sobre los cuales se tejen los sueños". Los últimos pensamientos que tenemos antes de ir a dormir impactan lo que vamos a pensar mientras dormimos.

A pesar de lo mucho que Bilam deseaba maldecir a los judíos, Dios no se lo permitió. En vez de maldiciones, leemos algunas de las más bellas bendiciones que llegan al corazón mismo de las fuertes características espirituales que personificaban a los Benei Israel. "Cuán maravillosas son tus tiendas" (Bamidbar 24:5), se entiende como una referencia al increíble recato que demostraban al acampar en el desierto.

Otro versículo elogia su espiritualidad: "Él no ha percibido iniquidad en Iaakov, ni ha visto delito en Israel" (Bamidbar 23:21), y "no hay adivinación en Iaakov ni hechicería en Israel" (Bamidbar 23:23). Las bendiciones entonces cambian abruptamente del elogio espiritual a la proeza física: "He aquí un pueblo que se levanta como un león fuerte y como león se yergue; no se acostará sino hasta que consuma la presa y beba la sangre de los muertos" (Bamidbar 23:24). Esta es una transición bastante radical de la elevación espiritual a tragar salvajemente la sangre del enemigo.

Rashi, siguiendo al Midrash, explica que incluso esta alabanza física es una alusión espiritual. No descansar hasta consumir la presa y beber su sangre se refiere al ritual de recitar el Shemá antes de ir a dormir. La conexión requiere una explicación. ¿Qué tiene que ver decir el Shemá antes de dormir con matar a los enemigos?

El Talmud (Brajot 5a) dice en nombre de Rabí Itzjak que "quien recita el Shemá en su cama, es como si sostuviera una espada de doble filo" que lo protege del mal, y que incluso los "demonios se mantienen lejos de él". Algunos entienden que estos demonios, conocidos en arameo como mazikin, son peligrosas entidades metafísicas que pueden dañar físicamente a las personas. Decir el Shemá en la cama nos protege para que no puedan dañarnos. Sin embargo, el Meiri adopta un enfoque mas racional y psicológico respecto al concepto de los mazikin, y explica que deben entenderse como pensamientos irracionales, rebeldes, que pueden atrapar a las personas cuando no están ocupadas. Debido a que la mente tiende a vagar hacia esos pensamientos negativos antes de ir a dormir, es esencial santificar y unificar nuestros pensamientos para propósitos espirituales. Recitar el Shemá a la noche nos protege de patrones de pensamiento dañinos.

Los pensamientos que tenemos justo antes de ir a dormir tienen un profundo impacto sobre nuestro sueño. Muchas personas tienen dificultades para quedarse dormidas, se ven afectadas por pensamientos ansiosos o molestos. Al recitar con concentración el Shemá, podemos protegernos de los mazikin, permitiéndonos dormir mejor. Al hacerlo, también somos capaces de transformar la experiencia física del sueño en un emprendimiento profundamente espiritual.

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